Las personas con discapacidad se enfrentan a la ola de calor en Aragón: "Apenas hay apoyo ni medidas"

Estas personas forman parte de los grupos más vulnerables frente a las altas temperaturas junto con los ancianos y los recién nacidos

Miembros de la Fundación Aspace Zaragoza en las piscinas de San Gregorio

Miembros de la Fundación Aspace Zaragoza en las piscinas de San Gregorio / Fundación Aspace Zaragoza

Zaragoza

Las olas de calor tienen efectos en toda la población, pero sobre todo en grupos concretos, los que son más vulnerables a las consecuencias de exponerse a temperaturas extremas. A los ancianos y a los bebés hay que sumar el colectivo de las personas con discapacidad, sea cual sea, ya que agrava los peligros de las altas temperaturas. 

Desde la Fundación Aspace Zaragoza, Mónica Iglesias, su gerente, explica que en el caso las personas con parálisis cerebral las olas de calor son muy peligrosas. «En general, es algo similar a lo que puede pasar con personas de la tercera edad o recién nacidos. No son conscientes de las necesidades extra que les genera el calor y hay que ayudarles. Por ejemplo, no se hidratan tanto como deberían».

«Como tienen un nivel cognitivo limitado, no basta con informales. Hay que actuar, llevándolos a sitios frescos, hidratándolos…», explica Mónica Iglesias. Las olas de calor hacen que los individuos que sufren parálisis cerebral tengan principalmente más problemas físicos, por la movilidad, por ejemplo, como edemas en las piernas. Para ello, afirma que envían fisioterapeutas a las residencias donde están los afectados «para evitar todos los problemas de movilidad y musculares que puedan tener y ayudarles».

Esta incidencia habitual durante el verano hace que las fundaciones tengan que movilizar más recursos para cubrir las necesidades de las personas con discapacidad que atienden porque, según cuenta la gerente de Aspace, «desde las administraciones públicas apenas hay apoyo ni medidas, solo avisan de la llegada de las altas temperaturas y su riesgo y eso es algo que sabemos». Desde la fundación lo que demandan es un acompañamiento más cercano y mayores facilidades. 

Miembros de la fundación Aspace Zaragoza

Miembros de la fundación Aspace Zaragoza / Fundación Aspace Zaragoza

«Nosotros vamos a las piscinas y muchas de las personas con parálisis cerebral pagan entrada como cualquier otro. Además, necesitan utilizar elementos que les ayuden a bajar a la piscina por sus problemas de movilidad», explica Iglesias. 

Factores socioeconómicos

En estas fechas de agosto, Aspace centra sus esfuerzos en su residencia, pero no hay que olvidar que las personas que vulnerables viven en sus casas «suelen estar siempre acompañados, y esos acompañantes son conscientes de sus necesidades y de cómo actuar con las altas temperaturas» pero también los factores socioeconómicos son muy importantes. «El año pasado una niña que padecía parálisis cerebral murió por un golpe de calor, además de por la enfermedad porque en su casa no había aire acondicionado», añade Iglesias.

A pesar de haber avanzado en la materia, sigue habiendo trabajo por hacer. «En cuanto a accesibilidad se han dado unos pasos muy importante gracias a que muchas asociaciones y fundaciones han luchado por ello, pero es un proceso que aún no se ha conseguido al 100%», lamenta.

Personas de la Fundación Aspace Zaragoza

Personas de la Fundación Aspace Zaragoza / Fundación Aspace Zaragoza

La visibilidad de sus necesidades y de sus problemas en lo que refiere a las altas temperaturas es muy importante para que entren y sean tomadas en cuenta en el debate climático tan importante en nuestros días. 

Además, en muchos casos, «da la sensación de que no se tiene en cuenta a las personas con discapacidad, como es el caso de las olas de calor. Según explica la responsable de Aspace, «debería haber gente o fundaciones que conozcan las necesidades de las personas con discapacidad o incluso ellos mismos tratando con las administraciones para que estas hicieran planes que ayuden verdaderamente a este tipo de personas».

Otro colectivo que puede verse afectado es de la ONCE, principalmente por los problemas que pueden encontrarse para acceder a la información. 

Como ellos mismos explican, ese aumento de las temperaturas no tiene por qué afectar a todas las discapacidades por igual. Raquel Pérez, delegada de ONCE en Aragón, afirma, por ejemplo, que «para la gente con problemas visuales no supone ningún riesgo mayor que el que podría tener cualquier otra persona». Pero aclara que «estas afectan más a personas que sufren patologías vulnerables a las altas temperaturas o que tiene un efecto como pueden ser problemas respiratorios o cardiovasculares».

«Desde la ONCE trabajamos constantemente con las administraciones públicas y con las entidades privadas para conseguir la accesibilidad universal», afirma Raquel Pérez, delegada de ONCE en Aragón. Así, si las páginas web donde estos datos se facilitan han sido concebidas bajo los parámetros de la accesibilidad universal, se permite que los sujetos con visión parcial o ceguera puedan usar ayudas como los lectores de pantalla o ampliadores de texto.

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