Economía circular

La primera comunidad energética de Aragón: «Hemos aprendido a cabezazos»

Un grupo de vecinos de Luco de Jiloca, en la provincia de Teruel, fueron los pioneros en Aragón en la puesta en marcha de una comunidad energética cooperativa demostrando que son una posibilidad válida de consumo eléctrico a la que, de forma tímida, se van sumando otros enclaves de la comunidad

Las placas solares que brinda energía a los socios de la comunidad de Luco de Jiloca.  | LUCO ENERGÍA

Las placas solares que brinda energía a los socios de la comunidad de Luco de Jiloca. | LUCO ENERGÍA

David Chic

David Chic

Zaragoza

Un grupo de vecinos de Luco de Jiloca, en la provincia de Teruel, fueron los pioneros en Aragón en la puesta en marcha de una comunidad energética cooperativa. Y en los meses en los que lleva en marcha han demostrado que son una posibilidad válida de consumo eléctrico a la que, de forma tímida, se van sumando otros enclaves de la comunidad a pesar de las dificultades asociadas al modelo.

Algunos vecinos se adhieren con entusiasmo a este tipo de proyectos. Otros tienen dudas y recelos, pero poco a poco, superando escollos, los municipios están viendo en este tipo de autoconsumo colectivo una fórmula para reducir la factura de la luz en un contexto de escalada de precios. 

«Estamos muy contentos con la evolución del proyecto, aunque al principio pensamos que todo iría mucho más rápido», indica la vicepresidenta de la cooperativa Luco Energía, María Navarro. La práctica totalidad de estas iniciativas comunitarias se encuentra en Aragón en el entorno rural, avanzando poco a poco según avanza el desarrollo de la legislación. 

Los pioneros en Luco de Jiloca comenzaron a producir energía en abril del pasado año, dos años después de iniciar el largo proceso burocrático. Se convirtió en la primera comunidad energética de Aragón, una comunidad que agrupa a 27 cooperativistas de las 71 personas censadas. Después han llegado las de Calatayud, Ansó, Fiscal, Secastilla, Escarrilla, Artieda o la recién llegada del barrio del Oliver de Zaragoza. Así hasta las 23 comunidades energéticas que ya producen electricidad en Aragón bajo un modelo en el que prima un talante grupal. 

«El objetivo de estas iniciativas no está únicamente en el ahorro, lo fundamental es la creación de una comunidad que permita generar oportunidades para otros proyectos», asegura Navarro. En la propia pedanía de Calamocha ya han podido conformar una consultora con la que tratan de animar a otras colectividades a emprender el mismo camino. «Mucha gente está interesada en estos modelos, construyendo su propio modelo según las peculiaridades de su entorno», indican.

La idea inicial de autoconsumo surgió hace unos cuatro años de cuatro jóvenes amigos del pueblo. Todos ellos tenían intención de dotar a sus casas de sistemas individuales de autoconsumo fotovoltaico, pero optaron por hacerlo de forma colectiva bajo un modelo hasta hace poco desconocido en España pero que en Europa lleva ya tiempo funcionando

En este momento en Luco tienen un huerto solar de 60 kilovatios instalado por la empresa zaragozana Endef que les permite un ahorro de entre el 40% y el 50%, como mínimo, a los 27 vecinos que forman parte de la sociedad cooperativa que impulsa la iniciativa.

Sin embargo, a pesar de lo que han avanzado en estos últimos meses, no todo discurre con la facilidad que esperaban. Sobre todo porque desde las comercializadoras no se están emitiendo todas las facturas. Lamentan que muchas de las trabas estén llegando de Endesa. También tienen problemas a la hora de cobrar la venta de excedentes que les permite ir amortizando la inversión inicial en placas solares. «El ir haciendo frente a los créditos solicitados nos aporta mucha más estabilidad», indica Navarro.

«No sé si las administraciones llegan tarde en la promoción de estos modelos, entendemos que tiene que haber un periodo de pruebas, pero para nosotros todo esto ha sido un aprendizaje a cabezazos», manifiesta Navarro con la perspectiva que ofrece el paso del tiempo.

El sentimiento general es de «orgullo por lo conseguido», asegura. Sobre todo por poder ofrecer una alternativa en el marco energético actual, dada la inestabilidad de los precios y los modelos existentes. «Nuestros proyectos abre paso a nuevos modelos energéticos siendo un proyecto piloto replicable en cualquier zona rural o urbana del país», indican. 

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