La marea verde
Recortes en la educación pública en Aragón: “¿Cómo compartimos a una auxiliar de educación especial? ¿La partimos?”
Muchos niños necesitan contar en el aula con un profesional con el que en muchas ocasiones no tienen a tiempo a completo: “Los alumnos con necesidades de la escuela rural no son de segunda”, dicen las familias

Sandra ha estado en la protesta en Teruel para reclamar los derechos de su hijo.
Pablo tiene cinco años y “va muy contento al cole”, al CRA Pórtico de Aragón, que agrupa centros en Rubielos de Mora, Valbona, Alcalá de la Selva, Fuentes de Rubielos, Camarena, La Puebla de Valverde y Nogueruelas. Pablo tiene autismo y necesita un auxiliar de educación especial las 25 horas que está en su colegio en Rubielos de Mora, pero no la tiene o por lo menos todo el tiempo que la necesita, asegura su madre, Sandra.
El curso pasado había tres niños con necesidades especiales y “empezamos el curso si auxiliares” y lo terminaron con dos. Este año son cuatro los pequeños y las mismas profesionales. Además, “son carreteras de montaña y eso hace que no se cumplan las horas establecidas en los informes, porque las necesidades son los cinco días de la semana”, explica.
La que corresponde al centro está contratada 30 horas, pero “como itineran…” El auxiliar puede estar en dos aulas separadas por 37 kilómetros. Por eso apoyan la protesta educativa convocada este miércoles en Aragón porque “los niños en la escuela rural tienen que tener los mismos derechos que los de la zona urbana”, y, de momento, no es así. “No son niños de segunda”, insiste.
Pablo lleva pañal, hay que orientarlo porque no puede seguir la clase y tiene crisis cuando no entiende a qué van a jugar. En esos casos, “la auxiliar tiene que sacarlo del aula y adelantarle las actividades que van a hacer”. Pero al compartir auxiliar con otro niño del CRA, los martes y los jueves no cuenta con ella. “En ese tiempo, ¿a quién se dirige?”, se pregunta; y aunque la tutora, por ejemplo, le cambia el pañal, para eso “tiene que dejar al resto”. Y si tiene una crisis y sale corriendo… “No estamos intranquilos porque la tutora lo hace pero me sabe mal por el resto de compañeros”, afirma.
Sandra recuerda las palabras de la consejera de Educación Tomasa Hernández, que dijo que las dotaciones dependían de las necesidades, pero ella no cree que se estén dando pasos por la inclusión. “Tener en un aula ordinaria a un niño diferente le va bien, a mi hijo, pero también al resto porque se acostumbran a ser tolerantes, a convivir con personas diferentes”, afirma.

Dídac, con sus padres. / El periódico
Mucha lucha para conseguirla
También Dídac, hijo de Eva, comparte auxiliar, pero en este caso en el CEIP San Miguel de Tamarite de Litera, con un niño de otra clase. Dídac tiene muchos problemas. A sus cuatro años lleva pañal, no habla, no presta atención, tiene dificultad para expresarse, tiene el síndrome de hombre de piedra y necesita un auxiliar durante toda su estancia en el colegio. “El año pasado tuvimos que luchar mucho para conseguirla” y este año, como ha entrado en el centro un pequeño que también la necesita, la compartimos, pero “al ser nuevo y necesita mucho apoyo, va en detrimento del nuestro, asegura Eva. “¿Cómo compartimos auxiliar? ¿La partimos? Porque están en dos clases diferentes”, señala.
De hecho, los dos pequeños tienen reconocida la necesidad de contar con un auxiliar, “lo hemos reclamado pero pasan los días y seguimos sin ese auxiliar que los orientadores del Gobierno de Aragón dicen que necesita”, dice remarcando la incongruencia. Los informes dicen que necesitan un auxiliar cada uno “pero no lo ponen; porque no es una cosa que pidamos nosotros, lo dice una orientadora”. Dídac necesita apoyos 27,5 horas a la semana “pero no lo tiene”.
Por eso seguirán luchando porque se incorpore y no haya que compartir a esta profesional. “El curso pasado cuando tuvo auxiliar avanzó mucho. Es necesario que tenga claves para ser independiente en un futuro, porque lo que gana en independencia es beneficio para él el día de mañana”, concluye.
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