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Ebroacero ejerce su peso en Aragón

Con más de 60 años de trayectoria, la fundición aragonesa es referente en la fabricación de piezas de acero moldeado para muy diversos sectores

Ebroacero cuenta con un equipo altamente cualificado en sus instalaciones de Zaragoza.

Ebroacero cuenta con un equipo altamente cualificado en sus instalaciones de Zaragoza. / Ángel de Castro

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Zaragoza

Ebroacero forma parte del conglomerado de empresas familiares referentes en Aragón, ya no solo por su actividad productiva sino también por su exitosa trayectoria de 61 años. Esta fundición se encarga de fabricar piezas de acero, que pueden pesar desde los 200 kilos a las 15 toneladas y destinadas a muy diversos sectores, basando su crecimiento en la más avanzada tecnología y un personal altamente cualificado integrado por 98 profesionales.

En la actualidad, Ebroacero está inmerso en un «proceso de regeneración del personal», destaca su director general, Ignacio Giménez. «El equipo humano es fundamental. Si tienes personas cualificadas en las que confías, sabes que lo van a hacer bien. Ahora estamos sufriendo un cambio generacional. Hay personas que se están jubilando y hay que incorporar savia nueva y solaparla para que adquiera los conocimientos. Estamos satisfechos de las personas que se están incorporando y de su nivel de compromiso», añade el responsable de esta compañía que favorece la «conciliación familiar».

Diferentes segmentos

Ebroacero opera en segmentos muy diferentes, como el industrial, naval, energético, minero y cementero o el offshore (plataformas de petróleo y gas, energía eólica marina...), siendo uno de los mercados que ha experimentado una mayor evolución. En un sector tan competitivo, la compañía se distingue por «la calidad, el precio y los plazos de entrega» de los pedidos suministrados a sus clientes.

La fundición atiende las necesidades de piezas semipesadas y pesadas de sus clientes nacionales e internacionales. «Ebroacero se ha especializado en piezas de alto requerimiento de calidad, que pasan muchas inspecciones. Por eso el cliente tiene esa confianza en nosotros», apunta su director general.

Sus orígenes se remontan a 1963. Un grupo de directivos de Talleres Mercier dedicados a la fabricación de bienes de equipo para el sector industrial vio la necesidad de contar con una fundición que les suministrara acero. Al principio trabajaba como siderúrgica hasta que encontró su rumbo hacia el acero moldeado.

En la actualidad, Ebroacero exporta a más de 30 países de los cinco continentes. «Alrededor del 80% que fabricamos para clientes españoles se destina a la exportación. Los destinos finales pueden estar en Arabia o Estados Unidos o en el offshore en la Guayana francesa, Caribe, Malasia o China, por ejemplo». La compañía tiene presencia en toda Europa, Australia, Estados Unidos y algunos países de Asia y África, dos continentes en los que pretende «abrir nuevos mercados».

También tiene entre sus proyectos adentrarse en las «energías alternativas», así como poner en marcha «una mezcladora para mejorar en productividad y seguridad de los trabajadores» y «robotizar algunas de las secciones» en sus instalaciones de la calle Argualas en Zaragoza.

«No somos una empresa tan grande como otras empresas familiares de Aragón, pero sí somos una compañía referente en la industria pesada y del metal. Después de más de 60 años somos en muchos casos una escuela de personal cualificado para el resto de industrias de la comunidad», reconoce Giménez.

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