El declive de la caza en Aragón: cada vez hay más animales y menos licencias

Los cazadores aragoneses comienzan la temporada con un mínimo histórico de federados

Campeonato de recorridos de caza en Sos del Rey Católico.

Campeonato de recorridos de caza en Sos del Rey Católico. / FARCAZA

David Chic

David Chic

Los corzos, jabalíes y conejos son poblaciones cinegéticas que por su sobreabundancia causan problemas en los cultivos y núcleos urbanos de Aragón. Por esta razón, desde el Gobierno de Aragón se han promovido diferentes normas extraordinarias de control, algunas basadas en la mayor permisividad para su captura o en los abatimientos sin cupo. Sin embargo, para que estas medidas sean efectivas es necesario el desempeño de la caza deportiva, algo que en la comunidad va a menos y en el comienzo de esta temporada marca un mínimo en el número de federados.

Según los datos de la consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, en 2018 se expidieron 47.014 licencias de caza y en 2023 se tramitaron 45.496, la mayoría de ellas a población entre los 55 y los 75 años. El número de nuevos cazadores que en 2019 fueron 1.622 mientras que el pasado ejercicio solo se sumaron 382.

Un cazador en un coto en las afueras de Zaragoza.

Un cazador en un coto en las afueras de Zaragoza. / SCCZ

Desde la Federación Aragonesa de Caza (FARCAZA) indican que este descenso puede asociarse a varios factores. Más allá de la edad, achacan la situación a la menor entrada de cazadores de otras autonomías y extranjeros por bajada de los cupos de cabra montés asociados a la epidemia de sarna, etc.

Sin embargo, el presidente de la entidad, Miguel Ángel Girón, indica que en el sector «preocupa mucho» la bajada en el número de cazadores, y sobre todo su envejecimiento, y la falta de relevo generacional. Por ello, han tratado de facilitar una asociación para facilitar la formación y los trámites administrativos necesarios para que los jóvenes se incorporen como cazadores. Con todo, tras un gran impulso inicial el proyecto de gente joven ha languidecido y se espera que el próximo presidente de la federación (el proceso electoral ya ha comenzado y la nueva directiva será nombrada a finales de este mes) le de un nuevo impulso tras el frustrado impulso inicial.

La campaña de caza menor comenzará el próximo 20 de octubre con la mirada puesta en controlar la población de conejos, aunque esta es la modalidad que más practicantes ha perdido frente a la popularización entre los cazadores de la batidas de caza mayor. La temporada ordinaria de estas especies comenzó el 15 de septiembre. Sin embargo, dado los problemas que generan para el medio agrario y rural la masificación de conejos, corzos y jabalíes la captura de estas especies se rige por condiciones especiales. «El monte está abandonado, cada vez nos dedicamos menos personas a este deporte y eso se acaba notando», explica Girón.

Batida de caza mayor en Abizanda, con los integrantes de camino a los puestos.

Batida de caza mayor en Abizanda, con los integrantes de camino a los puestos. / FARCAZA

Por ejemplo, para el jabalí en toda la comunidad se considera en situación de sobreabundancia y se permiten abatir sin cupo, además de en múltiples modalidades tanto colectivas, como las batidas desde el 15 de septiembre hasta finales de marzo, o individuales, como los esperas durante todo el año cumpliendo los requisitos administrativos legalmente establecidos como los libros de batida o las comunicaciones. Pese a la popularización de su captura, desde la federación reconocen que en el Pirineo falta gente para cerrar algunas de las cuadrillas.

En el caso del conejo, las medidas de control extraordinario se desarrollan en torno a 170 municipios de las tres provincias destacando el valle del Ebro. La caza con perro se puede realizar ocho meses al año desde el 15 agosto hasta el 1 de abril; y la caza con hurón y las esperas nocturnas durante todo el año.

Promoción de la mujer

La localidad turolense de Bañón ha vuelto a ser escenario este fin de semana de una batida de caza mayor exclusivamente para mujeres tras el éxito cosechado en la pasada edición con el objetivo para impulsar la presencia de la mujer en el sector cinegético. En aquella ocasión contó con la asistencia de más de 40 aficionadas.

Por ello este año, la Sociedad de Cazadores San Valero de Bañón ha decidido repetir la experiencia, una labor en la que cuenta con el apoyo y la colaboración de la Federación Aragonesa de Caza (FARCAZA).

La batida se realiza sobre dos manchas de unas 500 hectáreas de extensión y la jornada, además de la salida al monte, incluye desayuno, comida de hermandad, una actividad de tiro con arco, sorteos y actividades de entretenimiento durante todo el fin de semana.

Esta temporada se ha permitido el uso de rifles de pequeño calibre para el control del conejo, siguiendo las experiencias de otros países europeos como Inglaterra. «Pese a ello, los daños siguen ahí, y se hace necesario seguir abordando nuevas medidas de control de la mano de las autoridades competentes, sector agrario y la federación», indica Girón.

Los aficionados aragoneses de este deporte, que al comienzo de la legislatura logró estar representado en una dirección general («es evidente que nos daba algunas ventajas», reconocen), insisten en sus beneficios sociales y económicos pese a su lento declive como ejemplo del abandono rural. 

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