La contracrónica del debate sobre el estado de la comunidad: Fidel Castro, Luther King y un bostezo

Los pasillos critican la elevada duración del discurso del presidente Jorge Azcón, que se alargó hasta las dos horas y media

La tribuna de invitados volvió a contar con rostros reconocibles de la sociedad aragonesa.

La tribuna de invitados volvió a contar con rostros reconocibles de la sociedad aragonesa. / Jaime Galindo

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Zaragoza

Innumerables estudios sociológicos alertan de la pérdida de atención que los seres humanos registran por culpa de las redes sociales, en busca de la velocidad. La política, enmarcada en la sociedad, lleva años apuntando a los vídeos cortos y los mensajes claros para triunfar en internet. Este miércoles, a la contra, Jorge Azcón ha recuperado la vieja escuela, dejando el reloj en casa y lanzándose a desgranar el presente y el futuro inmediato de Aragón.

Gustó poco, a propios y extraños, que el jefe del Ejecutivo autonómico emplease poco más de dos horas y media en su primera intervención en el debate sobre el estado de la comunidad. «Se ha hecho un Fidel Castro», dijo un diputado al abandonar las Cortes, recordando la oratoria del líder cubano. Tan poco que la oposición se resguardó en el silencio, la mirada a los ordenadores y las notas para el discurso para aislarse de la perorata popular. Solo los murmullos, en especial de la bancada socialista, hicieron acto de aparición al final del mismo, cuando Azcón atacó frontalmente al Gobierno central y a Pedro Sánchez, por las acciones y los pactos tomados desde su llegada a La Moncloa.

En la tribuna de invitados, la presencia de las alcaldesas de Zaragoza y Teruel, Natalia Chueca y Emma Buj, la del delegado del Gobierno en la comunidad, Fernando Beltrán, o la de los presidentes provinciales Juan Antonio Sánchez Quero e Isaac Claver aportó algo de color a un pleno monopolizado por el presidente. Rostros históricos, como Luisa Fernanda Rudi y José Ángel Biel, o conocidos de la casa, como Marian Orós o Javier Campoy, aprovecharon para reencontrarse con amigos y pasear de nuevo por los pasillos de La Aljafería.

Unas zonas comunes bastante menos concurridas que en otras citas especiales en las Cortes de Aragón. Las ganas de escuchar a Azcón, espoleado por la reciente firma con Blackstone, ni siquiera dio pie a conversaciones fuera de los lugares reservados para el escenario político. Y dos horas y media después, había más hambre que ganas de conversación.

Un discurso largo

Entre los diputados autonómicos con acta sí que se notó que la jornada no dejaba de ser la antesala del enfrentamiento del presidente con la oposición. Un miércoles para calentar el cuerpo del jueves, y en el que a alguno se le hizo largo. Por ejemplo, a los diputados de Vox, que en esa suerte de reivindicación de lo ya hecho y crítica a lo que se hace, ni siquiera aplaudieron a Marta Fernánez, presidenta de las Cortes. Azcón agradeció la colaboración de Fernández en el homenaje a Goya que acogerá en diciembre La Aljafería, pero la ultraderecha mantuvo el ceño fruncido con el presidente.

Algunos socialistas llegaron a compartir algunos caramelos, para pasar el trago de tener que mantener el silencio. Enfrente, entre los populares, más allá de los aplausos ante algunos de los anuncios, algunas sonrisas. Las medidas sobre vivienda en el Pirineo, las rebajas fiscales o los incentivos para familias numerosas desataron algunas miradas cómplices entre los que se veían afectados –positivamente– por algunas de las nuevas acciones del Gobierno.

La calma se mantuvo hasta el cierre del discurso, con unos últimos agitados por los ataques de Azcón al Gobierno central. No hubo para más: Fernández levantó la sesión, el presidente abandonó el hemiciclo y los portavoces se lanzaron a por sus asesores para preparar la respuesta al presidente. Algunos rezagados del PP aprovecharon el silencio para ponerse al día y ser los encargados de cerrar la sala que hoy volverá a abrirse.

Reacciones a la inversa

Las reacciones al discurso fueron el espejo al revés de la intervención del presidente. Ni a los ocho minutos llegó la respuesta más larga, de Alejandro Nolasco (Vox), que puso a su partido «con la gente» y mandó al PP «con la élite política». Hay que repartir hueco en la derecha, que los votos aprietan.

La izquierda criticó la totalidad de la intervención y Teruel Existe y PAR aplicaron la inflación a su apoyo para los presupuestos, de partida más caro que hace un año.

«¿Qué estás haciendo por los demás?», emuló Azcón a Luther King durante su discurso. Los demás del parlamento aragonés, el resto de portavoces, intervienen este jueves en el debate. «Esperamos que se nos haga más breve», se despedía algún parlamentario, sujetando el bostezo. Veremos.

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