Colectivos vulnerables

Integración en Aragón: la mujer gitana toma la palabra

Las participantes en el Programa Cali celebran en las Cortes los buenos resultados de un proyecto que fomenta la autoestima de un colectivo doblemente invisibilizado

Encuentro de mujeres gitanas en las Cortes de Aragón, este lunes.

Encuentro de mujeres gitanas en las Cortes de Aragón, este lunes. / Miguel Ángel Gracia

David Chic

David Chic

Zaragoza

Las mujeres gitanas aragonesas han tomado este lunes la palabra en las Cortes de Aragón para reclamar su autonomía como colectivo dentro de un espacios que las condena a una doble invisibilidad. «Tenemos que dotarnos de herramientas que nos permita buscar formas propias de realizarnos y además tenemos que trabajar por entornos que favorezcan estas decisiones», destacó la directora territorial de la fundación Secretariado Gitano, Tamara Clavería.

La entidad ha reunido en Zaragoza a 36 gitanas procedentes de la provincia, así como también de Cuenca y Talavera para hacer balance del Programa Cali, una iniciativa que desde el 2016 ha trabajado en toda España con más de 4.6oo mujeres para dotarlas de herramientas que les permitan empoderarse, obtener competencias y trabajar contra la violencia de género. En el acto también ha participado la que fue la primera diputada gitana en las Cortes de Aragón, Vanesa Carbonell.

«Tenemos que preparar a las nuevas generaciones de chicas para que sean autónomas, pues los oficios tradicionales están desapareciendo, y para eso hace falta sensibilización y apoyo», ha celebrado Clavería al destacar que la puesta en común de sus experiencia en un espacio como el hemiciclo de las Cortes ha sido «muy grata».

En total, el programa ha permitido realizar 1.4676 itinerarios personalizados con mujeres y se ha asegurado un 52,5% de activación laboral, así como 704 incorporaciones laborales, 279 retomaciones de estudios y 406 formaciones preocupacionales y de competencias digitales. Por otro lado se han tutelado 2.736 actividades de sensibilización en materia de derechos, conciliación, corresponsabilidad, prevención de violencia e igualdad género.

Clavería destaca que son datos "muy positivos contando el perfil de extrema vulnerabilidad y exclusión social de las mujeres participantes". La gran virtud del programa es que se ha desarrollado en su mayoría por profesionales gitanas con un gran acompañamiento en el proceso de alcance de objetivos y metas propias a las mujeres. "Se ha un gran trabajo en materia de autoconocimiento, autoestima e identidad", indican.

En los próximos días seguirán trabajando en común para demostrar que son «el pilar de la familia».

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