Cuidados paliativos en Aragón: la atención ha crecido un 30% en diez años
Los profesionales reclaman una mejor acreditación de sus puestos y consultas externas para garantizar el bienestar de los pacientes

Unidad de cuidados paliativos en el hospital San Juan de Dios de Zaragoza, esta semana / Laura Trives
La realidad demográfica aragonesa tiene su reflejo directo en los servicios hospitalarios. En los últimos diez años, de forma paralela al envejecimiento de la población y al aumento de la esperanza de vida, la atención en cuidados paliativos ha crecido un 30% en la comunidad. Ante la importancia creciente del servicio, los profesionales de la especialidad reclaman al Departamento de Sanidad una mejor acreditación de sus puestos y la puesta en marcha de consultas externas para garantizar el bienestar de los pacientes.
El pasado año los servicios aragoneses de paliativos atendieron a 2.324 personas frente a las 1.816 que entraron hace diez años en el sistema. En este década las atenciones han ido creciendo ligeramente año tras año. La media de ingreso es de 20 días, aunque en las atenciones domiciliarias el proceso se puede alargar durante tres meses.
«La atención en paliativos es altamente eficiente, aporta bienestar, ahorra sufrimiento a los pacientes y también permite economizar en el sistema», explica el médico del sector III y presidente de la Sociedad Aragonesa de Cuidados Paliativos (Cusirar), Santi Trueba. «Los propios médicos de Atención Primaria optan por derivar a sus pacientes a las unidades de paliativos, sobre todo porque existe más conocimiento por parte de la población», manifiesta la coordinadora del hospital de San Juan de Dios de Zaragoza, Silvia Fernández.
Se estima que un tercio de los pacientes que requieren estos cuidados paliativos tiene patología oncológica y dos tercios enfermedad no oncológica (insuficiencia cardíaca, insuficiencia respiratoria, enfermedades neurodegenerativas y demencias). «Estamos en una especialidad que obliga a tomar muchas decisiones vitales, lo ideal es acompañar en una transición paulatina», asegura Trueba. En Aragón, los ocho sectores sanitarios (sector I, II, III, Alcañiz, Barbastro, Calatayud, Huesca y Teruel) disponen de Equipos de Soporte y Atención Domiciliaria (ESAD) de lunes a viernes en turno de mañana. Los de los sectores II, III y Teruel están por el Departamento de Sanidad y los restantes lo hacen desde el hospital San Juan de Dios de Zaragoza, que dispone de un convenio de vinculación desde 2019.
Cada equipo está formado por un facultativo médico y un enfermero. Así mismo, los ESAD del sector 1, junto Calatayud, Alcañiz, Barbastro, Huesca y Teruel, disponen de psicóloga. Los especialistas realizan su atención gracias a un convenio de colaboración de la fundación La Caixa con el San Juan de Dios. «Es gratificante saber que estás ayudando a una persona cuando más lo necesita», indica Trueba.
Otras unidades
Aragón también dispone de una unidad de cuidados paliativos pediátricos ubicada en el hospital Materno Infantil de Zaragoza. Realiza atención directa a todos los pacientes de Zaragoza y alrededores y trabaja de forma coordinada con los diferentes sectores sanitarios en los casos que existen en el resto de Aragón, dando apoyo a los profesionales que prestan la atención directa.
El pasado año, esta unidad atendió a 38 niños (los ingresos suelen ser en uci pediátrica o en planta normal), y fallecieron 12, la mayoría en el domicilio. Desde enero, se da asistencia desde esta unidad a 89 niños.
Uno de los objetivos de esta unidad es facilitar el ingreso domiciliario y la atención de estos niños en su entorno, siempre que sea posible, hasta el desenlace final. El 70% de los pacientes menores tiene como diagnóstico principal alguna enfermedad del sistema nervioso.
Los cuidados paliativos de los ESAD se ofrecen a personas de cualquier edad que presenten enfermedad severa avanzada, con gran afectación funcional, que imposibilite su desplazamiento fuera del domicilio y en persona en situaciones de final de vida. Suponen un apoyo presencial en el domicilio y telefónico al trabajo de los equipos de Atención Primaria, especialmente en aquellos casos con necesidades complejas de atención paliativa.
Debido a las peculiaridades demográficas de Aragón, se está fomentando la actividad asistencial que se realiza en los domicilios. Esta es una forma más amable de canalizar la atención. Además, los profesionales consideran necesaria la puesta en marcha de consultas externas que eviten visitas innecesarias a los hospitales en los últimos meses de vida. «A veces las situaciones se cronifican y tenemos que aportar bienestar», señala Fernández.
«Sería deseable disponer de más recursos», explica Trueba. Los profesionales también solicitan que se mejore la atención psicológica garantizando la presencia de estos especialistas y una acreditación «en condiciones» de este desempeño profesional cada vez más necesario para la sociedad.
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