Ikea se hace mayor de edad en Zaragoza

La tienda que cambió la forma de comprar en Zaragoza se hace mayor de edad. El macroestablecimiento de Ikea en Puerto Venecia cumplirá en marzo del año que viene su 18 cumpleaños en la capital aragonesa y uno de los puntos neurálgicos del comercio en la ciudad. Y lo hará con nueva directora a los mandos de la nave. Desirée Sánchez Ruiz asumió a principios de septiembre las riendas de la empresa en Zaragoza y su área de influencia tras casi 25 años en la compañía.

Por las puertas de Ikea Zaragoza pasaron durante el último año más de 1,7 millones de personas que se dejaron perder por ese recorrido de sillones 'Strandmond', librerías 'Billy' o mesas 'Lack'. Una de las características de las tiendas de Ikea es la organización interna de cada establecimiento. Cada tienda tiene un esquema, un ambiente distinto. «Nuestro modelo se basa en que el consumidor vea que esta es su casa. Por eso tenemos un programa de visitas a hogares en el que visitamos distintos mercados, como las poblaciones del Pirineo, cogemos esa información y la aplicamos a hogares a nivel global. Nos gusta entender cómo vive una persona sola, la gente que comparte piso o las familias», cuenta la nueva directora, recién llegada desde Reino Unido, donde ha desempeñado distintos puestos de responsabilidad en Wembley, Southampton y Sheffield.

Cuenta Sánchez que aún recuerda los autocares que se fletaban desde Zaragoza a la tienda de Badalona, donde empezó trabajando como cajera. «Creo que la accesibilidad, la asequibilidad y el compromiso social es lo que ha llevado a Ikea a estar donde está», señala la directora de la planta, que hoy cuenta con 289 empleados.

Lejos queda aquel 2 de mayo del año 2007 en el que autoridades aragonesas (Juan Alberto Belloch y Arturo Aliaga, entre otros) y responsables de la multinacional sueca inauguraron el establecimiento. Incluso talaron un tronco al más puro estilo leñador escandinavo.

La tienda de Ikea Zaragoza y su área de influencia forman parte del «mercado central» de la compañía en España, que conforma junto a la tienda de Valladolid y su área de influencia, los dos puntos de planificación y recogida en Lérida y Tudela y los puntos de recogida de Huesca, Teruel y Soria. En el último ejercicio fiscal, el área registró una facturación de 119 millones de euros, lo que hace de Aragón «una presencia relevante para nosotros», explican desde la compañía.

En los últimos años, concretamente desde el ejercicio de 2020, los visitantes a Ikea Zaragoza se han incrementado más de un 26%, alcanzando los 1,76 millones de personas en 2023. Del total, en el último ejercicio, 433.000 pasaron por el famoso restaurante de la tienda a degustar los famosos perritos calientes a 50 céntimos o las míticas albóndigas 'Huvudroll'.

Otra de las cuestiones más interesantes en una cadena como Ikea es la forma en la que los muebles llegan a la tienda. En el caso de Zaragoza, la mayor parte de la mercancía llega a través del almacén logístico de Valls (Tarragona) o de forma directa. Utilizan la vía ferroviaria y el transporte por carretera. El porcentaje ferroviario es de un 7%, la mayoría viene por carretera. Además, parte de las entregas por esta vía llegan al puerto de Barcelona en barco (13%). Estos datos suelen variar bastante ya que dependen de la época del año y del producto a transportar.

El sector del mueble ha experimentado un fuerte vaivén desde el despegue de las ventas electrónicas. La nueva forma de comprar choca de forma frontal con la experiencia por la que apuestan en Ikea: perderse por el laberíntico recorrido de salones, cocinas, habitaciones, lámparas o vajillas. Sin embargo, la directora de la planta de Zaragoza cree que el modelo presencial y el digital «pueden convivir sin ningún tipo de problema». «Reino Unido es un país muy pionero en lo que es la venta 'online' y yo creo que la tienda física como la conocemos juega un papel muy importante. Ofrecemos la inspiración de una gama única, pero es verdad que tenemos que adaptarnos a lo que el cliente quiere. La venta por internet irá ganando mucho más peso, pero una no excluye la otra», explica Desirée Sánchez.

En los últimos tiempos, organizaciones como el Sindicato Obrero Aragonés denunció casos de represión sindical en la tienda de Zaragoza y despidos a principios de este año. «Desde Ikea respetamos la libertad de trabajar con los sindicatos y los despidos que se hayan podido producir son meditados y están justificados», señalan desde la compañía.