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Proyecto estratégico

Tropiezo del parque tecnológico de Zaragoza: se retrasa unos meses por un recurso administrativo

El Gobierno de Aragón vuelve a adjudicar a la consultora Idom la elaboración del plan director tras anular el Tacpa el primer contrato por un recurso de Compás, la empresa que perdió la licitación

Recreación virtual del futuro parque tecnológico de Zaragoza, que se ubicará en el entorno del campus universitario del Actur.

Recreación virtual del futuro parque tecnológico de Zaragoza, que se ubicará en el entorno del campus universitario del Actur. / El Periódico

Zaragoza

Uno de los proyectos estrella del Gobierno de Jorge Azcón ha tropezado con un imprevisto administrativo que obligará a retrasar varios meses el impulso de la iniciativa. La redacción del plan director y del estudio de viabilidad del parque tecnológico y de innovación de Zaragoza, que supondrá la urbanización de cerca de 50 hectáreas en el entorno del campus universitario Río Ebro, ha tenido que volverse a adjudicar tras el recurso presentado por la empresa que perdió la licitación. Tras llevarse a cabo una nueva valoración de las ofertas presentadas por las dos firmas que pujaron, la consultora vasca Idom ha logrado hacerse por segunda vez con el contrato, como ya ocurrió en julio.

Idom, que tiene oficina en Zaragoza, se ha comprometido a tener listo el trabajo en un plazo de tres meses y medio desde la nueva formalización del contrato, el pasado 30 de octubre. Por tanto, no será hasta mediados de febrero cuando se conozcan los pormenores técnicos y conceptuales del proyecto, algo que inicialmente estaba previsto que ocurriera a principios de noviembre. No obstante, la intención el Ejecutivo autonómico es presentar un avance de estos documentos antes de que acabe el año, como así anunció Azcón en el reciente debate sobre el estado de la comunidad.

El motivo de este desfase, que será de entre tres y cuatro meses, es que el Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Aragón (Tacpa) estimó parcialmente, por un acuerdo del pasado 18 de septiembre, el recurso especial que interpuso Compás Consultores, el otro licitador, frente a la resolución del 18 de julio formulada por el Instituto Aragonés de Fomento (IAF), por la que se aprobó la adjudicación a Idom, que quedó así anulada.

En concreto, el tribunal administrativo cuestionó los criterios de adjudicación sujetos a juicio de valor e instó a una nueva valoración por técnicos diferentes del primer informe. «Existe discordancia entre los criterios de valoración de las ofertas recogidos en el pliego de cláusulas administrativas particulares (PCAP) y los criterios de valoración empleados en el informe técnico», señaló el Tacpa.

Nueva valoración de puntos

Tras este dictamen, la mesa de contratación del IAF encargó una nueva valoración de las ofertas presentadas en los criterios que fueron motivo de conflicto. Idom consiguió finalmente 40,35 puntos –tres menos que en la calificación anterior–y Compás , 34,43 –prácticamente la misma nota–. De esta manera, la primera empresa se impuso nuevamente con una puntuación total 88,35 frente a 83,94 de la segunda.

Desde el Departamento de Presidencia, Economía y Justicia del Gobierno de Aragón, que pilota el despliegue del parque tecnológico, quitaron hierro al ligero retraso provocado por el recurso administrativo. Consideraron que no va a producirse un freno sustancial en el lanzamiento del proyecto, ya que creen que se recuperará parte del tiempo perdido. «Internamente hemos seguido trabajando», apuntaron desde la consejería que lidera Mar Vaquero.

En este sentido, destacaron que hay conversaciones avanzadas con otras administraciones e instituciones implicadas, como la Universidad de Zaragoza, el Ayuntamiento de Zaragoza o la Dirección General de Urbanismo de la DGA

Los trabajos que elabore Idom serán determinantes para detallar los pasos a seguir para dar forma al futuro complejo, que se plantea que sea un pulmón verde y digital con servicios de alojamiento compartido (cohousing) y un edificio emblemático para usos colaborativos.

La consultora debe definir el programa de necesidades del parque con los agentes del ecosistema tecnológico y de innovación. Para ello, abrirá un proceso de escucha y toma de datos. Además, analizará la situación urbanística de los terrenos, que precisarán una recalificación de usos. Si nada se vuelve a torcer, las primeras máquinas trabajando en los suelos podrían verse en 2025.

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