LA ACTIVIDAD DEL ORGANISMO SUPERVISOR EN LA COMUNIDAD

El edificio de Zaragoza que mueve, guarda y destruye el dinero en Aragón

El Banco de España atesora 150 años de historia en Zaragoza

Interior del Banco de España, en Zaragoza.

Interior del Banco de España, en Zaragoza. / Miguel Ángel Gracia

Zaragoza

En el corazón de la ciudad de Zaragoza, en una de las esquinas más cotizadas de la céntrica plaza de España, que hace chaflán con el Coso, se levanta uno de los edificios públicos más importantes de Aragón. También es el más vigilado y blindado por razones obvias. Allí se levanta la colosal oficina del Banco de España, un sede cargada de historia y algunos secretos que sigue jugando un papel esencial en el día a día de la sociedad. Es la casa del dinero, donde el bien más líquido de la economía se supervisa, custodia y, en ocasiones, destruye.

El organismo supervisor ha abierto de forma exclusiva a este diario las puertas de su sucursal zaragozana, que atesora 150 años de historia en sus diferentes ubicaciones en la ciudad. La visita por las diferentes estancias es guiada por Julio Gil Dolz, director de la oficina, en la que trabajan 31 personas. El recorrido permite conocer de cerca la desconocida y esencial labor que la entidad de derecho pública realiza dentro de estos muros. «Todo el dinero de Aragón pasa por aquí», asegura el anfitrión para abrir boca.

Vista exterior del edificio del Banco de España en Zaragoza, situado en el número 8 de plaza de España.

Vista exterior del edificio del Banco de España en Zaragoza, situado en el número 8 de plaza de España. / Miguel Ángel Gracia

El edificio, de siete plantas y sótano, es reconocido desde el exterior por las grandes columnas que embellecen sus dos fachadas principales. Traspasada la gran puerta de entrada, realizada con placas de piedra y mármol de Calatorao, y tras subir una pequeña escalinata se encuentra el control de acceso. La seguridad lo es todo en este lugar. El edificio está custodiado por la Guardia Civil, que cuenta con un destacamento permanente.

Superado el control, se alza la planta baja, que muestra la cara más pública del edificio. Un elegante patio de operaciones da la bienvenida. Aunque el trasiego de gente y operaciones no es el de antaño, debido al decreciente peso del dinero físico, por sus ventanillas pasan al día unas 600 personas para hacer uso de los distintos servicios que ofrece el organismo, siempre en horario de mañana, de 8.30 a 14.00 horas.

Desde la pandemia, solo puede accederse con cita previa. «Así se presta un mejor servicio. Se evitan colas y esperas», explica. ¿Qué puede hacerse en este lugar? El menú es variado: la recogida de billetes y monedas falsas, el canje de billetes deteriorados, la suscripción de deuda pública (letras, bonos y obligaciones del Estado), la solicitud de información de la Central de Información de Riesgos (CIR) o la presentación de reclamaciones o consultas relativas a los servicios bancarios que prestan las entidades de crédito.

Pero la principal actividad que se hace en este edificio no es visible para el público, pero es básica para que billetes y monedas circulen entre comercios, bancos y consumidores. Se trata de una operativa sensible y confidencial que tiene que ver con el ciclo del dinero contante y sonante, que continúa siendo el medio de pago más utilizado en España, aunque haya caído su uso. «Con esta actividad dotamos de efectivo a toda Aragón», apunta.

El director del Banco de España en Zaragoza, Julio Gil, en su despacho.

El director del Banco de España en Zaragoza, Julio Gil, en su despacho. / Miguel Ángel Gracia

El dinero llega en grandes cantidades en los blindados de empresas de seguridad como Loomis o Prosegur. Aquí se comprueba su autenticidad y aptitud para volver a la circulación. Los billetes falsos se retiran y los que no son aptos se destruyen. Los que están en buen estado, vuelven a circular.

Todo ese proceso se realiza con tecnología de última generación, máquinas capaces de analizar 200 características de los billetes que procesan ocho unidades por segundo. A los mandos de estos prodigios están el día de la visita Sandra, Alberto, María y Ainhara, familiarizados en manipular ingentes volúmenes de dinero cada día. «Cuando entras aquí a trabajar impacta, pero ahora lo vemos como si fuera papel», comentan. Los billetes que no pasan el filtro acaban hechos virutas, al igual que los de 500 euros, que se destruyen todos.

El mayor tesoro del edificio está en el sótano, donde se encuentra la cámara acorazada, un lugar inexpugnable y vigilado con estrictas medidas de seguridad. La oficina actúa de reserva de dinero para todo Aragón y ante cualquier eventualidad, como sucedió en 2017, cuando fue sucursal de contingencia para atender las grandes retiradas de efectivo que hubo en Cataluña por el procés.

150 años de historia en Zaragoza

La sucursal del Banco de España en Zaragoza nace a partir de un decreto-ley de 1874 que le concede el monopolio de emisión de billetes en todo el territorio nacional. El Banco de Zaragoza, facultado hasta el momento para emitir billetes en la plaza, quedaba privado de esta prerrogativa, acordando su fusión con el Banco de España poco después.

La inauguración de la primera sucursal se produce el 15 de octubre de 1874, en el número 5 de la plaza España. En 1875 se traslada al antiguo número 67 de la calle del Coso --donde ahora se ubica una oficina de Bankinter--.

El solar en el que se encuentran las oficinas actuales del Banco de España fue adquirido al Banco Aragonés de Crédito. Anteriormente estaba ocupado por la antigua Fonda Europa. Las obras de construcción se inician el 25 de julio de 1933 y la sucursal se inaugura el 10 de agosto de 1936.

El edificio actual, situado en el número de la plaza España, es el resultado de la agregación del inmueble levantado hace 88 años, según proyecto de los arquitectos Juan de Zavala y Romualdo de Madariaga y Céspedes; de la construcción sita en la calle de Josefa Amar y Borbón, realizada por el arquitecto Regino Borobio; y de una tercera de la calle del Coso, obra de María Pilar Sancho Marco.

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