Vida en comunidad entre personas con discapacidad: "La convivencia es muy bonita y muy cordial"

Beatriz, Caridad y Ángel, que forman parte del proyecto 'Mi casa: una vida en comunidad', abren las puertas de su casa para dar a conocer cómo es su día a día

Caridad, que forma parte del proyecto Mi casa: una vida en comunidad, prepara un café en la cocina de su piso.

Caridad, que forma parte del proyecto Mi casa: una vida en comunidad, prepara un café en la cocina de su piso. / Miguel Ángel Gracia

Beatriz, Caridad y Ángel comparten piso en el Actur. Forman parte de Mi casa: una vida en comunidad, un proyecto puesto en marcha por Plena Inclusión que busca facilitar la convivencia entre personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Los inquilinos han abierto este lunes por la mañana las puertas de su hogar para dar a conocer cómo ha cambiado su vida desde que empezaron a convivir hace más de un año.

La primera en presentarse es Caridad, que espera en la entrada de su casa para dar la bienvenida. Por detrás de ella se ve a Ángel, que saluda con educación desde la puerta de la cocina. A la derecha, en el salón, les espera su compañera Beatriz. Convaleciente de una lesión, cuenta desde el sofá que entre ellos hay buena relación y que se cuidan los unos a los otros. Conoce a Ángel desde 2018 y juntos van cada martes y jueves de 11.00 a 13.00 a La Nave, un centro de día y ocupacional de Kairós, entidad que gestiona este piso del Actur

Los inquilinos cuentan también con la ayuda de educadores que están durante todo el día en el piso para supervisar algunas tareas. Con su ayuda, cuenta Caridad, hacen la cama, limpian la casa, etc. Pero estas no son sus actividades favoritas. Ella prefiere ir al teatro, a nadar o a tomar algo. Detrás de ella espera un bizcocho que ha preparado para la ocasión aunque, confiesa tímidamente, cocinar no está entre sus aficiones.

Caridad saca a la mesa el bizcocho que ha preparado para la ocasión.

Caridad saca a la mesa el bizcocho que ha preparado para la ocasión. / Miguel Ángel Gracia

Todo bajo una convivencia que, indica Caridad, es «bonita y muy cordial». «Nos ayudamos los unos a los otros», apunta. Ángel da prueba de ello. Con Beatriz comparte su afición por el Barça, que unida a otra de sus pasiones, el dibujo, le ha llevado a decorar la pared con el escudo del equipo coloreado.

Y no solo tiene relación entre los compañeros de piso. Caridad y Beatriz pasarán la Navidad con sus familias, pero él lo hará junto a otros usuarios del proyecto. En total, 26 personas participan en 'Mi casa', alojadas en ocho pisos distribuidos entre Zaragoza, Monzón, Barbastro y Andorra y que gestionan Cedes, Atadi y Valentia, además de Kairós.

Pero si algo ocupa su salón es la pantalla con la que, a través del «metaverso», expresan sus preferencias a los educadores, según explica Gregorio Centro, director gerente de Kairós- Así, cada uno de ellos tiene creado un avatar digital que les permite expresar, por ejemplo, qué quieren comer, pero que también les sirve como recordatorio para actividades que deben hacer o citas que tengan en su agenda.

Beatriz y Ángel descansan en el sofá de su casa.

Beatriz y Ángel descansan en el sofá de su casa. / Miguel Ángel Gracia

Los tres sienten que sus vidas han mejorado desde que están en el piso. El proyecto finalizará el 31 de diciembre, pero desde la Consejería de Bienestar Social y Familia trabajan en darle continuidad -con una inversión de 1,5 millones de euros cada año- para que nuevos usuarios puedan sumarse al estilo de vida de Beatriz, Caridad, Ángel.

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