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Aragón, un laboratorio de pruebas para acabar con los vertederos

Un proyecto europeo trabaja para crear un hub de economía circular en Zaragoza y replicarlo en otras ciudades. Busca herramientas para trazar una relación simbiótica entre la generación de residuos y su reutilización en la cadena de valor con el objetivo de dotar de mil y una vidas a los productos que salen de las distintas industrias

La primera biorrefinería urbana de Europa, ubicada en Zaragoza, aspira a valorizar el 30% de los residuos de la ciudad. a

La primera biorrefinería urbana de Europa, ubicada en Zaragoza, aspira a valorizar el 30% de los residuos de la ciudad. a / Laura Trives

M. C .L.

Zaragoza

La rémora y el tiburón se llevan de maravilla. Los bancos de pececillos se adhieren a la piel de los escualos y la limpian de parásitos y restos de escamas a cambio de un veloz transporte por el océano y una dieta asegurada. Aragón, en línea con Europa, quiere que su economía siga el ejemplo simbiótico pero con los consumidores y los residuos. Un 62% de los restos municipales en la comunidad acaban hoy en el vertedero, un porcentaje que debe reducirse al 45% en 2025, cosa que se da por imposible, y a menos de un 20% en 2030. Para eso hay que poner toda la carne en el asador y Zaragoza lleva dos años siendo un laboratorio de pruebas europeo que busca minimizar la presencia de residuos y dotarlos de una segunda vida para demostrar que «la simbiosis industrial y urbana» es posible y que se puede replicar en otras ciudades. 

«Más que una actividad, la economía circular es un concepto, una cultura para gestionar empresas y organizaciones orientada a que las empresas trabajen en base a beneficios sostenibles y medioambientales sin mermar su rentabilidad», explica José Mariano Moneva, Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad e investigador principal del grupo de socioeconomía y sostenibilidad de la Universidad de Zaragoza. El experto incide en que adoptar la economía circular supone «romper» con un modelo productivo histórico, el denominado como lineal, donde todo iba al vertedero. «Ataca desde el diseño un material tiene que idearse para poder ser reutilizado hasta el máximo posible», señala, subrayando que las empresas ya se están lanzando a inversiones en un contexto de materias primas cada vez más caras e inaccesibles, nuevas oportunidades de negocio y la fuerte regulación que marca la Unión Europea

De hecho, el 1 de enero de 2025 entrará en vigor la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) de envases, lo que afectará a todos los productores y comercializadores que ponen embalajes en el mercado español. Bajo el principio de «quién contamina paga», la nueva regulación supondrá costes añadidos para organizar y financiar la correcta gestión de residuos para que España cumpla objetivos marcados de reducción, reutilización y reciclaje.

Ahí entra en juego el proyecto Redol, ese que convirtió en diciembre de 2022 la ciudad de Zaragoza en un laboratorio de pruebas en busca de ser una urbe con cero residuos. Está financiado con 17 millones de euros y busca implementar un conjunto de soluciones innovadoras para optimizar las tecnologías de gestión de la recogida, selección y clasificación de esos residuos. «El proyecto busca trabajar en una simbiosis urbana e industrial enla que colaboran empresas y ciudadanía para crear una nueva cadena de valor añadido para los residuos. La base es la innovación, tanto en la parte de la separación y la clasificación como en el tratamiento de los restos», explica Carmen Bartolomé, directora del grupo de Economía Circular en Circe. 

De hecho, en Zaragoza, el ayuntamiento ha puesto en marcha tres proyectos ambiciosos en la línea de eliminar la necesidad de los vertederos. Por un lado, la recién inaugurada biorrefinería urbana que valorizará los residuos sólidos urbanos junto con lodos de depuración de aguas residuales, convirtiéndolos en nuevos productos de valor añadido, como biopolímeros, biofertilizantes o grafeno verde. En segundo lugar, las obras para una línea específica de tratamiento de residuo orgánico, con una inversión de 11 millones de euros en el Ctruz. Y por último, una segunda refinería que generará, a partir de residuos, metanol y en una fase posterior hidrógeno verde. La previsión es ponerla en marcha en 2030 tras una primera inversión de 160 millones de euros. 

El Gobierno de Aragón puso en marcha en el año 2020, con el cuatripartito a los mandos, una estrategia de Economía Circular que pretendía  optimizar y prolongar el ciclo de vida de los recursos a través del ecodiseño generando un desarrollo socioeconómico y reduciendo los impactos ambientales. Y hace apenas unas semanas el Departamento de Medio Ambiente presentó un plan para cumplir con los objetivos que marca Europa que prevé una inversión de 71 millones de euros para reducir al 20% los residuos que llegan a vertedero. 

Sin embargo, es muy complejo dar cifras sobre el impacto de la economía circular sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de Aragón. Ya lo reconocía el Servicio de Estudios Económicos del Gobierno de Aragón en el año 2021 en el único análisis institucional realizado hasta la fecha, realizado con datos de 2019 en base a la consultora SABI. En el citado documento quedaba reflejado que la economía circular suponía en su conjunto algo más de 7.300 empleos y cerca de 1.105 millones de euros que dejaba un Valor Añadido Bruto de 310 millones. En la última edición de Aragón Circular, que se celebró en enero de 2023, la DGA cifró en cerca de 1.500 empresas que emplean a más de 15.000 personas, el impacto del sector. Algunas de ellas son Grupo López Soriano, Saica, Sphere, Casalé, Tatuine (dedicada al reciclado de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos), Cerfo (reciclaje de paneles fotovoltaicos en Albalate), las distintas iniciativas para producir biometano para aplicar la economía circular en el sector agroganadero o Urbaser, entre otras. 

Sin embargo, esas cifras no se han actualizado y la estrategia Aragón Circular ha quedado algo diluida desde el cambio de Ejecutivo en Aragón. Aún así, se han facilitado durante el último año subvenciones a esta actividad por valor de 4,5 millones procedentes de los fondos Feder, mentras que Sodiar financiará con 270.000 euros actividades a pymes y micropymes. 

Thermowaste ‘limpulará’ 80.000 toneladas de residuos en Ariño

Thermowaste tiene una patente para ‘limpular’ basura y residuos. «Consiste en transformar la basura doméstica en materiales limpios y manipulables en tan solo 30 minutos con una tecnología que no solo elimina patógenos y bacterias sino que extraae la fracción biodegradable más contaminante de los residuos y la convierte en biomasa limpia», explica el CEO de la compañía, Óscar Ribas. Para ello pondrán en marcha a principios de 2025 «un centro de investigación de referencia en economía ciruclar» Ariño en el que invertirán 6,8 millones de euros y creará 25 empleos directos, si bien podría escalar hasta los 80 a medio plazo. El complejo se ubica en los talleres de la antigua mina de carbón a cielo abierto de Samcay prevé alcanzar las 80 toneladas diarias de, entre otros materiales, biomasa granular en su primera fase. El novedoso proyecto ya ha obtenido, tras dos años de espera, la licencia ambiental. 

Querqus, casi tres décadas de apuesta por la sostenibilidad

«Lo que nos conviene a todos es mejorar la circularidad en todo lo posible porque cuando la mejoras no vas a tener estos costes por gestionar residuos. Cuanto menos residuos generas, menos gastos de gestión tendrás», señala Carmen Urbano, directora general de Querqus, una de las empresas referentes en economía circular que se dedica a la fabricación, reparación y reciclaje de palés de madera. La compañía alcanza actualmente los 80 trabajadores y una facturación que ronda los 11 millones de euros. Cuenta con seis centros propios operativos en España en Aragón, Cataluña y Castilla-León. Están en plena expansión de su actividad, por lo que acaban de cerrar la adquisición una parcela de 15.000 metros cuadrados junto a su sede central, situada en el Parque Tecnológico del Reciclado (PTR) de Zaragoza, en la que invertirá dos millones de euros para crecer. 

Las bolsas compostables de Sphere, un icono de la transformación

Bolsas biodegradables y compostables es lo que fabrica la compañía aragonesa Sphere, con más de 60 años de antigüedad y ejemplo de una transformación de su actividad en bases a la sostenibilidad. Hace dos años inautguraron sus nuevas instalaciones en Pedrola, donde levantaron el complejo de economía circular destinado a la fabricación de bolsas biodegradables más grande y avanzado de Europa. La planta, de 32.000 metros cuadrados dedicados a la producción, se basa en el principio del residuo cero y produce 38.000 toneladas. Con casi 300 empleados y previendo alcanzar una facturación cercana a los 100 millones, acaban de invertir ocho millones de euros en el último año para adquirir maquinaria avanzada para producir bolsas de basura, automatizar la logística interna e instalar una planta de energía solar. 

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