A FONDO I Nuestro mayores
La soledad no deseada es una de nuestras preocupaciones más hondas porque te hace vulnerable e incrementa el riesgo de padecer enfermedades, abusos y maltrato

Dos personas mayores pasean por una calle de Zaragoza, en una imagen de archivo. / ÁNGEL DE CASTRO
Concepción Gimeno Gracia / Justicia de Aragón
Ser mayor exige haber sido un niño, un adolescente, una persona de mediana edad y, en consecuencia, haber superado muchas pruebas. Por tanto, ser mayor te convierte en una persona experta en la vida, experta en vivir. Nuestros mayores son los que nos acompañan cuando, por no haber alcanzado la edad adulta, necesariamente dependemos de otras personas para desarrollarnos y, por ello, son nuestra primera fuente de conocimiento y uno de nuestros pilares básicos en la vida.
Cuando el tiempo pasa, los que fuimos niños nos convertimos en adultos, crecemos y, en la mayoría de los casos, pasamos a desenvolvernos de manera autónoma, sin que necesitemos esa presencia constante de otros para continuar. Es entonces cuando quienes nos cuidaron, nos ayudaron, quienes estuvieron siempre aconsejándonos, apoyándonos, empiezan a necesitar a aquellos a los que cuidaron.
Poco a poco, se va acercando ese momento de la vida en que quien cuidó necesita ser cuidado, quien aconsejó necesita ser aconsejado, y quien apoyó necesita ser apoyado. Para El Justicia de Aragón, nuestros mayores son esenciales. En su entorno descubrimos, en bastantes más ocasiones de las que podrían pensarse, enfermedad, falta de fuerzas, desesperanza y soledad. Soledad no deseada.
Esta es una de nuestras preocupaciones más hondas, porque la soledad no deseada, además del sufrimiento que provoca en quien la padece, te hace vulnerable e incrementa el riesgo de padecer enfermedades, abusos y maltrato. El 10 de junio de 2020, el entonces Justicia de Aragón, Ángel Dolado, firmaba un convenio de colaboración con el Gobierno de Aragón, que dio lugar a la constitución del Observatorio Aragonés de la Soledad, a fecha 30 de septiembre de ese mismo año.
Recogido el testigo desde el 16 de febrero de 2024, fecha de mi nombramiento, seguimos trabajando para conseguir sus objetivos que consisten, esencialmente, en promover la existencia de un grupo permanente de análisis, dirigido a velar por las personas mayores que viven en soledad no elegida.
También, a favorecer su atención y protección, así como a la prevención de situaciones de aislamiento y exclusión social, y a fomentar su bienestar emocional y su seguridad, sensibilizando a la sociedad aragonesa de esta situación. A lo anterior se añaden nuestras visitas a los centros residenciales de mayores, con el objeto de conocer la realidad de las personas que se encuentran en los mismos, constatar los niveles del servicio que se presta y alertar, en su caso, a la Administración de las deficiencias que podamos percibir. En estos casi diez meses, el Justicia de Aragón ha visitado 19 centros residenciales.
Las Administraciones deben aportar todos los recursos posibles para mejorar la calidad de vida en estos centros. Resulta esencial, en lo que se refiere a los medios humanos dedicados a la atención de estas personas, exigir la mayor profesionalización posible y el incremento progresivo de su número. Igualmente, debe repararse en los medios materiales y económicos que se destinan y reconocer que resulta y resultará necesario, cada vez más dado el conocido envejecimiento de la población, intensificar los esfuerzos en este aspecto, porque sin recursos no es posible.
También debe trabajarse, cada día más, en la creación de puntos de encuentro que propicien nuevos vínculos, y en alentar iniciativas para crear redes de apoyo y facilitar intercambios generacionales, involucrando así a los más jóvenes, que pueden ser buenos aliados para contribuir a la inclusión social.
A El Justicia de Aragón le consta que en esta labor colaboran numerosas entidades sociales, que son conscientes de que nuestros mayores son nuestros, son de todos. Por tanto, todos debemos poner de nuestra parte para mejorar una situación que afecta a un importante número de personas y que irá creciendo, en una sociedad como la aragonesa en la que en este momento el 21% de la población tiene más de 65 años y el 15% de estas personas viven solas.
En mi calidad de actual Justicia de Aragón, reafirmo mi compromiso con la defensa y promoción de los derechos de las personas mayores a los que, desde aquí, quiero dar las gracias, por mucho.
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