¿Por qué la Sareb no cede viviendas o suelos gratis a Aragón? Una deuda que nadie quiere pagar

Desde el Ejecutivo autonómico no se explican cómo teniendo viviendas vacías o libres y suelos rústicos y residenciales yermos y en desuso, una entidad de carácter público no es capaz de formalizar una entrega gratuita

El consejero de Fomento, Transportes y Vivienda de la DGA, Octavio López, y la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez.

El consejero de Fomento, Transportes y Vivienda de la DGA, Octavio López, y la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez. / Gobierno de Aragón

David López

David López

Zaragoza

El Gobierno de Aragón quiere actualmente la cesión gratuita de activos de la Sareb en Zaragoza y el resto de la comunidad, más suelos residenciales o que poder recalificar que viviendas a medio terminar o ya construidas, pero está siendo un muro insalvable. Desde el Ejecutivo autonómico no se explican cómo teniendo viviendas vacías o libres y suelos rústicos y residenciales yermos y en desuso, una entidad de carácter público no es capaz de formalizar una entrega gratuita, por un tiempo limitado si es necesario, que ellos puedan convertir en oportunidades para los aragoneses que necesitan una vivienda. Y transcurrido ese tiempo, la propiedad vuelva al Estado.

El principal problema, como era de esperar, es que la Sareb pide dinero a la DGA por todos ellos, a precio de mercado como lo tienen en su comercialización directa al público a través de portales inmobiliarios en los que, curiosamente, el comprador casi siempre se entera de que el vendedor es la Sareb a la hora de formalizar la compraventa y escriturar la propiedad.

¿Por qué entre una entidad pública y una administración no son capaces de ponerse de acuerdo? ¿Por qué hay que pagar por ellas o dejar que sigan en desuso durante años? La explicación es sencilla desde la sociedad de activos inmobiliarios creada por el Estado en 2012. En su día absorbió miles de propiedades con préstamos impagados, obras sin terminar, suelos sin edificar... de propietarios en quiebra, absorbieron activos tóxicos, a precios desorbitados, que arrastraban una deuda valorada en 50.000 millones de euros.

Durante doce años se han ido desprendiendo de ellas hasta abonar con los ingresos generado más de 21.000 millones. Quedan otros 29.000. Cada año restan unos 1.000 millones de euros de esa deuda, con un tíquet medio de «entre 95.000 y 98.000 euros» de media por vivienda a sabiendas de que al precio que se hace genera pérdidas.

Parten con la ventaja de que el 100% de los que comercializan se venden, aunque con el hándicap de que casi siempre dejan deuda y conlleva antes un laborioso (y costoso) trámite con la propiedad hasta que pueden ponerla a la venta. Así que, con todos estos datos, la respuesta a la pregunta es contundente: ¿Por qué no regala Sareb sus propiedades a la DGA? Porque si lo hiciera alguien debería asumir esa abultada deuda que arrastran todos esos activos disponibles. Y nadie quiere heredar esa losa.

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