Jornadas internacionales

El expolio con detectores de metales se ceba con el patrimonio aragonés

Casi «cada día» se detectan casos de robos «de baja intensidad» de materiales en los diferentes yacimientos arqueológicos de la comunidad. La comunidad celebra una jornadas internacionales para abordar la cooperación ante las sustracciones

Un grupo de arqueólogos trabaja en un yacimiento del área del Moncayo.

Un grupo de arqueólogos trabaja en un yacimiento del área del Moncayo. / El Periódico de Aragón

David Chic

David Chic

Zaragoza

La protección del patrimonio arqueológico frente a los robos y el expolio es una de las grandes asignaturas pendientes de las fuerzas y cuerpos de seguridad de los países que cuentan con un rico registro arqueológico de su pasado. En Aragón, una comunidad que ha sufrido robos sonados como los protagonizados por Erik el Belga en los años 70 o el expolio de los llamados cascos de Aratis a lo largo de varias décadas, el fenómeno se sigue produciendo, aunque considerado «de baja intensidad». 

Así lo explicó ayer el jefe de sección de Prevención del Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón. Francisco Romeo, durante la inauguración del II congreso internacional Expolio y tráfico ilícito de bienes arqueológicos: técnicas de análisis y estrategias de defensa, organizado por el Ejecutivo aragonés, la Universidad de Zaragoza, Policía Nacional y Guardia Civil. «Casi cada día tenemos noticia de actuaciones con detectores de metal, por eso estamos obligados a desplegar una vigilancia continua», expresó. 

En los últimos años, en los que no se ha contabilizado un aumento de los grandes robos, son estas personas conocidas habitualmente como piteros los que generan mayores destrozos en los yacimientos aragoneses. «Provocan una destrucción innecesaria del patrimonio, pues al destrozar el terreno se pierde un registro de la memoria de nuestros antepasados que es esencial e irrecuperable, y al mismo tiempo desaparecen piezas que pueden ser muy relevantes», lamentó.

Para revertir esta moda el Gobierno de Aragón apuesta por la modificación de la ley de Patrimonio aragonesa que permite a la Guardia Civil y a Policía Nacional trabajar con mayor eficiencia, pues les autoriza a intervenir de forma inmediata los aparatos de detección. Además se promueven las denuncias y se ha intensificado la vigilancia en las zonas en las que se detecta una actividad intensa de expoliadores, algo que puede pasar cuando se corre la voz de que aparecen piezas gracias a estas técnicas.

Por otro lado, desde el Gobierno de Aragón también tienen constancia del uso de detectores con un fin realmente recreativo, algo que tampoco se permite. «En este caso se llevan un tirón de orejas en forma de sanción administrativa de carácter económico y es realmente efectivo», señala Romeo.

Hijas de su tiempo

En el lado contrario se encuentra el expolio de patrimonio en forma de robo de obras de arte. «Eran sustracciones hijas de su tiempo, de cuando no había alarmas en las iglesias, con ermitas sin ningún tipo de vigilancia ni protección, prácticamente abandonadas a su suerte, y en las que era muy fácil entrar», recuerda. Estas prácticas son «anecdóticas» en Aragón con únicamente «el hurto de algún cáliz», ejemplos en los que según el jefe de prevención «no se puede hablar de expolio como tal» pues son robos ordinarios «con fines económicos de piezas que no son históricas». 

Los restos arqueológicos que se roban en Aragón, así como en el resto de los territorios, rápidamente entran en el circuito internacional. «Los delitos casi siempre son transfronterizos», afirma Romeo. En el congreso que se está celebrando en Zaragoza ponen en común sus estrategias todos los cuerpos policiales europeos, la Interpol y diferentes centros de investigación. El Ejecutivo autonómico destacó las actuaciones para la protección del patrimonio cultural emprendidas en los últimos años, tanto de forma individual como junto a otras administraciones y agentes implicados, como el Ministerio de Cultura, la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional o la sección de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil.

Así, el capitán jefe de la sección de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil, Juan José Águila, manifestó que el cuerpo «mantiene un fuerte compromiso en la defensa del patrimonio cultural» y evidenció que el expolio del yacimiento de Aratis, «fue un caso paradigmático» por la coordinación internacional.

La inspectora jefa de la Brigada de Patrimonio Cultural de la Policía Nacional, Montserrat de Pedro, reafirmó el compromiso de la Policía con el patrimonio histórico: «Llevamos casi 50 años dedicándonos a esta labor, los cumpliremos en 2027», indicó. 

El Gobierno de Aragón pide más particiación en el Grupo Nicosia

La consejera de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Tomasa Hernández, ha señalado este jueves en la inauguración del congreso internacional contra el expolio que si roban el patrimonio «nos roban nuestra misma esencia», dado que el patrimonio cultural es uno de los pilares fundamentales que conforman la identidad propia de Aragón. 

La consejera ha recordado que la comunidad forma parta del denominado ‘Grupo Aragón’ del Convenio de Nicosia, en el que participa en calidad de asesora, para lograr «una lucha coordinada y efectiva contra estos delitos» en todo el mundo. 

Por ello, ha animado al Estado español a que lo suscriba, «para lo cual encontrará en Aragón al mejor aliado para su impulso, puesto que estamos muy concienciados».

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