Industria

El pueblo que vive de los coches en Aragón: la llegada de la gigafactoría es un "notición"

Los alcaldes de los municipios que recibirán el proyecto de Stellantis y CATL

Exterior de la fábrica de coches de Stellantis en Figueruelas, que vuelve a ser protagonista de una de las mayores inversiones de la historia de Aragón.

Exterior de la fábrica de coches de Stellantis en Figueruelas, que vuelve a ser protagonista de una de las mayores inversiones de la historia de Aragón. / Efe / Javier Cebollada

Zaragoza

La llegada de la gigafactoría ha caído como un «notición» en la Ribera Alta del Ebro, la comarca donde se enmarcará la inversión de 4.100 millones de euros de la joint venture de Stellantis y la china CATL. Allí han vivido esta semana una mezcolanza de «alegría y tranquilidad», sobre todo por la certidumbre que arroja el proyecto para las familias de los 4.500 empleados de la fábrica de automóviles en Figueruelas y los consecuentes puestos de trabajo en la fuerte industria auxiliar.

En la comarca, cerca del 45% del empleo pertenece al sector industrial, con una especial preponderancia de las empresas dedicadas a la automoción, con compañías punteras como Módulos Ribera Alta (Figueruelas), Adient (Alagón), Linde-Wiemann (Pedrola) o Asai (Pinseque), entre muchas otras. Hasta 10.300 trabajadores congregan las actividades fabriles del motor sobre un total de 18.152 empleados, según el último parte de la Tesorería de la Seguridad Social, a fecha de noviembre de este año.

«No por esperada deja de ser una grandísima noticia. Es un notición que nos aporta muchísima alegría y tranquilidad. Todos los días estamos escuchando que cierran fábricas de coches en Europa. Nuestra dependencia del sector de la automoción es total, ya que hay muchísimas familias que dependen de la factoría. No me atrevo a hablar de horizonte, pero las perspectivas de viabilidad son a largo plazo y por eso celebramos el anuncio, porque apuntala y consolida el empleo», afirma Luis Bertol, el alcalde de Figueruelas, el municipio zaragozano que hace algo más de 40 años se vio sacudido, para bien, por el desembarco de la General Motors.

Parecido opina el presidente de la comarca Ribera Alta del Ebro, José Miguel Achón, que habla de «una noticia estupenda que ha alegrado a todos los ayuntamientos». De hecho, espera que para el municipio del que es alcalde, Alcalá de Ebro, suponga un revulsivo.

Para ello será imprescindible afrontar uno de los mayores problemas que tienen los municipios de la zona: la falta de viviendas. «La construcción de casas y pisos ha estado muy parada y ahora nos faltan. Si queremos fijar población, necesitamos empezar a atajar el problema, bien consiguiendo que los propietarios que tienen casas vacías la pongan en el mercado, bien promoviendo a través del sector público», señala Achón. «Hay miles de personas que vendrán a trabajar y necesitamos soluciones habitacionales. Se ha convertido en una emergencia crear una oferta mayor de vivienda a través de la colaboración público privada, porque hasta ahora ha sido nula», refrenda Luis Bertol.

En esta ocasión, la inversión de Stellantis y CATL recibirá toda una alfombra roja por parte del Gobierno autonómico en forma de Proyecto de Interés General de Aragón (PIGA). Esta fórmula permite que sea el Ejecutivo regional el que esté a los mandos burocráticos de la operación al calificarlo como iniciativa supramunicipal, lo que resta protagonismo a los ayuntamientos, ya que se exime a la compañía de pagar los impuestos municipales. «No nos preocupa en absoluto, ya que Figueruelas está casi supradotada de infraestructuras. Lo importante es consolidar el empleo industrial en la comarca», subraya el alcalde del municipio, haciendo referencia a que la redacción del «PIGA lleva cocinándose años» y que «se ha llevado con la debida discreción», ya que estas inversiones siempre «penden de un hilo», concluye.

El otro asunto pendiente será la formación del talento local para preparar el inicio de la producción. «Los empleos de la gigafactoría son altamente cualificados, por lo que vendría muy bien un grado relacionado con la electrificación del automóvil», considera el presidente comarcal.

La planta se ubicará sobre 80 hectáreas de terreno localizadas en los términos municipales de Figueruelas y Pedrola. No será necesario proceder a expropiaciones forzosas ni a compra de terrenos, dado que la parcela ya pertenece a Stellantis desde los tiempos de la General Motors, cuando adquirió cerca de 320 hectáreas para futuros desarrollos. 

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