Una tarde de Navidad de paseo y sin frío en Zaragoza: "A seguir la celebración, que no pare"

Los zaragozanos salen a dar una vuelta por el centro de la ciudad para ver los puestos de la plaza del Pilar y disfrutar del ambiente

Luces, conversaciones y encuentros entre conocidos en una tarde de Navidad más calurosa de lo habitual. Han sido muchos los zaragozanos que este 25 de diciembre, una vez digerida la comida, han salido a pasear por el centro de la ciudad para disfrutar de la tarde con sus familiares y seres queridos. 

A la altura de la plaza Aragón está Mari Carmen, que va acompañada de dos señoras con las que va a compartir la tarde. ¿Su plan? Pasear y tomar café. «Con eso suficiente, terminamos así el día», cuenta, y agrega que ha tenido una jornada tranquila. «Este año hemos estado muy poquitos… Cada vez faltan más y se nota», apunta.

Agarradas del brazo, las tres continúan su camino por un paseo Independencia cada vez más animado y lleno de gente. Cerca de los cines Palafox, dos mujeres hacen gestos para reunir a su grupo. «Estamos españoles, algunos de Zaragoza y otros que vienen de Madrid; mexicanos; daneses y estadounidenses», expresa Maribí Arrospide, una de las integrantes. Maribí explica que muchos de ellos no se conocieron hasta el día de Nochebuena porque son familiares de la pareja de una de las sobrinas de la familia. «Increíble, todo muy internacional», comenta entre risas. Su siguiente plan para la tarde de Navidad es llevarlos a su casa a beber cava y comer turrones. «A seguir la celebración, que no pare», sostiene.

Motivados, en parte, por el buen tiempo, cada vez son más los zaragozanos que pasean por el centro de la ciudad. Los termómetros marcan los 15 grados y varias personas hacen fila en el Smöoy de la calle Alfonso para pedir un yogur helado.

Y mientras unos optan por el helado, otros son más tradicionales y meriendan un clásico chocolate con churros. Así, una gran fila sale de la chocolatería La Fama, donde familias y grupos de amigos esperan a que llegue su turno. Es el caso de Pilar: «Una vez haga el pedido iré a casa a pasear a mi perrita y a comerme una lechuga para desengrasar», cuenta entre risas. 

La mayoría también aprovecha el buen tiempo para pasear con los más pequeños. «Hemos comido en familia y ahora vamos a pasear porque se está muy bien», expresa Encarna, que lleva con ella un carrito de bebé. «Como no hace aire ni hace frío hemos salido a ver el ambiente que hay por la ciudad», agrega.

De fondo, un artista callejero canta para animar el paseo navideño de los muchos zaragozanos que se dirigen hacia los puestos de la plaza del Pilar. Como cuenta Olga, de Ke Pedrolo, el día de Navidad es una buena fecha para los comerciantes. «Es un día de paseo, pero siempre está el que ha dejado la compra para última hora o se ha encontrado con algo que no esperaba en Papa Noel», dice. Hace muchos años que pone su tienda en la plaza del Pilar, y afirma que el 25 de diciembre «es un día bonito y bueno (a nivel comercial) a la vez». «Este año, además, es increíble el día que ha salido. Así que muy agradecida al tiempo y a la gente que ha salido a la calle a mirar cosas y pasear», apunta.

 Con ella coincide Enrique Beltrán, que vende productos garrapiñados y que sostiene que «con buen tiempo viene mucha gente». «Otros días ha hecho viento y han sido peores, pero hoy la gente va comprando», cuenta mientras prepara las tejas que luego empaqueta para vender. 

La jornada no está siendo tan buena para la Sombrería Bygotico. «Hoy hay menos gente que en años anteriores en esta misma fecha», señala uno de los dependientes mientras organiza los sombreros y boinas de lana. Ni él ni su compañera saben explicar el porqué, pero explican que han percibido que «la gente está más triste, enfadada, nerviosa». «Se ve que quieren comprar, pero no lo pueden permitir y se enfadan con los precios», comenta ella, que puntualiza que «los precios son los mismos que hace diez años, no han cambiado». 

De fondo se escuchan risas infantiles. Vienen del otro lado de la plaza, donde los niños se tiran en trineo una y otra vez. Luces, alegría y diversión en una tarde de Navidad tan festiva como lo habitual.

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