Filas de estudiantes para entrar a las bibliotecas de Zaragoza: "He llegado a las 8.10 horas y ya había cola"

Los universitarios madrugan para ir a las salas de estudio y preparar los exámenes del primer cuatrimestre

Los universitarios, este jueves, haciendo fila en la puerta de la Biblioteca de Aragón antes de las 9.00 horas.

Los universitarios, este jueves, haciendo fila en la puerta de la Biblioteca de Aragón antes de las 9.00 horas. / Servicio Especial

Zaragoza

Mochila, apuntes y a la fila. Es la dinámica de muchos universitarios que en estas fechas se preparan en las bibliotecas de Zaragoza para los exámenes del primer cuatrimestre. Defienden que en las salas de estudio se «concentran» más, pero para acceder a ellas en estas fechas festivas deben madrugar. Así, a partir de las 8.00 horas -o antes- llegan a la sala de la CAI o a la Biblioteca de Aragón, entre otras, y esperan en una larga fila a que se abran las puertas.

Una de las universitarias es Natalia, que estudia Ciencias de la Actividad Física y el Deporte con Nutrición en Huesca, pero que vive en Zaragoza. Su alarma sonó este jueves a las 7.25 horas y, cuarenta y cinco minutos más tarde, hacía fila en la CAI. «Abre a las 8.15 horas y cuando he llegado ya había gente», contó. Aun así, prefiere estudiar en la biblioteca porque se concentra más. «Si me distraigo, como veo a la gente estudiar, me motivo y sigo», indicó.

Aunque le gustaría no tener que esperar para entrar, afirma que «solo hay fila los festivos» porque no todas las salas de estudio están abiertas. Muchas de las bibliotecas de la Universidad de Zaragoza, como la María Moliner, entre otras, cierran en Navidad, Semana Santa y verano por medidas de ahorro energético.

Los estudiantes haciendo cola ayer a las 8.15 horas en las puertas de la CAI.

Los estudiantes haciendo cola ayer a las 8.15 horas en las puertas de la CAI. / Servicio Especial

Por su parte, la Biblioteca de Aragón abre sus puertas a las 9.00 horas. A ella suele acudir Blanca, que cursa Ingeniería Industrial. «Venir a las 9.00 horas es arriesgado porque hay pocos espacios abiertos, todos tenemos que estudiar y la gente no quiere quedarse sin sitio, entonces hay agobio general», dijo. Según explicó, aunque «ir un poco antes» es mejor opción, no garantiza un hueco. «Hay veces que aunque vayas antes de que abra no consigues sitio. Depende del día», afirmó.

A ello se suma que, en las últimas semanas, esta ha cerrado varias tardes. La de ayer fue una de ellas. «Prefiero estudiar fuera de casa, pero en Navidad es complicado porque están cerradas, abren solo por las mañanas. Es horrible», sostuvo Julia, que este jueves madrugó para ir a la Biblioteca de Aragón. La que no pasó por sus opciones fue la sala de la CAI. «Se hace mucha fila y es imposible entrar si no te levantas a las 7.00 horas», apuntó.

También para Lucía, estudiante de Medicina, las filas son un «rollo». Considera que «se deberían abrir más bibliotecas en época de exámenes». «No es normal que vayamos y nos quedemos muchas veces sin sitio o que tengamos que dejar las cosas en la mesa porque volvemos por la tarde y no hay hueco», afirmó.

Son precisamente estas cuestiones las que han hecho que Cristina, que oposita a Policía Nacional y que terminó Biomedicina en 2023, haya dejado de ir a las bibliotecas. «Me concentro más ahí, pero me quedo en casa por no madrugar tanto», dijo, y recordó su rutina de hace un año: «Iba a las 8.00 al Edificio Modular, que abría a las 8.15 horas. Estudiaba hasta las 13.00 para irme pronto a comer y volver a las 15.00, porque si no ya estaba lleno otra vez». Con todo, muchas veces se quedaba sin hueco. «Aunque estuviera vacía, no había sitio porque dejaban los libros puestos», comentó.

Mochilas, apuntes, filas... Parece que, un año más, la cuesta de enero también es empinada para los universitarios

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