Iberfoil trabajará al 100% en su nueva fábrica en Sabiñánigo en abril y contratará a 40 empleados

Iberfoil acaba de lograr el permiso ambiental para operar a pleno rendimiento su complejo dedicado a la economía circular junto a su planta en Sabiñánigo. La filial del grupo Alibérico invertirá finalmente 45 millones de euros (algo superior a los 41 que preveía en un principio) para producir bobinas de aluminio verde a través de la valorización de las chatarras producidas en las 17 plantas de la compañía en España y la que recoge de sus clientes.

La nueva factoría, que funcionaba en pruebas desde 2023, estará plenamente operativa entre finales de marzo y primeros del mes de abril de este mismo año con el objetivo de funcionar los siete días de la semana. El equipo de Iberfoil se halla inmerso en el proceso de selección de personal técnico para tal fin, con la proyección de contratar a 40 trabajadores antes de primavera, que se sumarán a la plantilla de 120 empleados con los que cuenta hoy la compañía.

El proyecto Integra, como se denomina la iniciativa, tiene previsto fabricar 25.000 toneladas de bobinas al año, de las cuales el 60% serán destinadas a la exportación, principalmente a Europa y Estados Unidos. La factoría tiene unas dimensiones de 43.000 metros cuadrados y se ubica sobre unos suelos que la empresa compró en 2018 a Alcoa.

El Boletín Oficial de Aragón publicó ayer la declaración de impacto ambiental y se otorga la Autorización Ambiental Integrada al proyecto, con el que Iberfoil quiere convertirse en «un referente de la economía circular y la sostenibilidad industrial en España», señalan desde la compañía. 

La iniciativa cuenta con el aval del Gobierno de Aragón desde el año 2021, fecha en la que el el Ministerio de Industria aprobó una financiación de 31,7 millones de euros para el proyecto a través del Fondo de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva (Faiip).

Los equipos y maquinaria necesarios para las nuevas líneas de fundición se instalarán en la nave de almacenamiento existente, que ocupa 9.376 metros cuadrados, la cual será adecuada para tal fin. Según consta en la documentación, el proyecto se realizará en dos fases: en la primera operará con dos líneas de fundición, un sistema de producción que duplicará la capacidad en la segunda fase. 

El proyecto reduce el consumo de aluminio primario y secundario un 70% en la fase 1, y un 40%, en la fase 2, ya que en su lugar se utilizarán chatarras externas y residuos propios como rechazos de proceso, virutas y escorias. El régimen de funcionamiento de la planta será de 24 horas al día, durante 340 días al año. Cuando esté plenamente operativa, la capacidad de producción podría alcanzar las 44.200 toneladas de bobinas de aluminio al año. Del mismo modo, el consumo de agua de la actividad se verá incrementado un 57% en la primera fase y se disparará al doble de la demanda actual durante la segunda fase, hasta alcanzar los 200.560 metros cúbicos al año. 

En cuanto a las necesidades energéticas, la nueva planta de Iberfoil estima un requerimiento de 59.000 megavatios año (MWh) en electricidad, 71.200 MWh de gas natural y 34.394 litros de gasóleo para carretetillas, vehículos y palas cargadoras.