Política

Crónica política | Crisis en Podemos Aragón: dos vueltas a un solo círculo

La ruptura total entre el único diputado autonómico de Podemos, Andoni Corrales, y el equipo técnico encargado de resucitar a la formación en Aragón dibuja un futuro complicado para el partido. Las evidentes diferencias llenan de rumores las bases de los podemistas, que ya trabajan en la reconstrucción oficial que tendrá lugar a lo largo de 2025.

El equipo técnico de Podemos Aragón, junto al secretario de Organización, Pablo Fernández, esta semana en Zaragoza.

El equipo técnico de Podemos Aragón, junto al secretario de Organización, Pablo Fernández, esta semana en Zaragoza. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

La visita del secretario de Organización de Podemos, Pablo Fernández, a la sede de Podemos Aragón esta semana destapó un secreto bien guardado que viene afectando a la formación morada en los últimos meses. La ruptura es total entre la dirección de Ione Belarra en Madrid y el único representante de Podemos con cargo institucional destacado en Aragón, Andoni Corrales.

Por ahora, los puentes están rotos entre quienes acompañan a Corrales en la agrupación del Parlamento autonómico y el equipo técnico elegido por la dirección del partido, de quienes no se supo nada en Aragón hasta esta semana. El partido, que llegó a atesorar 14 diputados en las Cortes de Aragón hace ahora una década, afronta uno de sus momentos más difíciles.

Según Fernández, que bendijo la acción del equipo técnico, la militancia «se está recuperando» en Aragón al calor de su distanciamiento de Sumar en el Congreso de los Diputados y del empujón de las elecciones Europeas con Irene Montero al frente. Fuentes del equipo técnico confirman ese movimiento con la comunidad, «para recuperar efectivos», y con una mirada al puñado de cargos institucionales que mantienen en algunos consistorios, «conociendo qué necesitan del partido y cómo se les puede ayudar».

Pero las pocas bases que le quedan al partido en la comunidad viven divididas y confundidas por la situación en Aragón. Lejos quedan las tardes de asambleas y de reuniones de los círculos que se distribuían por buena parte de la geografía aragonesa. Y lejos queda el poder de presión que pudo ejercer el partido en aquella primera legislatura en las Cortes, con Pablo Echenique al frente, o en la segunda, llegando a entrar por primera vez al Gobierno cuatripartito liderado por Javier Lambán, de la mano de Maru Díaz, que fue consejera de Universidad.

Ahora toca gestionar la escasez. El descalabro electoral de la formación morada en mayo de 2023 acabó con quien fue su cabeza de lista, la propia Díaz, entonces coordinadora autonómica de la formación, dando un paso al lado y abandonando toda actividad política. Su número dos, su secretario de organización, Andoni Corrales, no tomó el mismo camino y asumió entonces el único escaño que las urnas le otorgaron a Podemos. Desvinculado por voluntad propia de toda la actividad orgánica del partido, desde que es diputado autonómico han pasado por la cúpula una coordinadora, Marta de Santos, y una gestora impuesta desde Madrid, cuya portavoz es Pilar Gimeno.

El diputado autonómico de Podemos, Andoni Corrales, junto a otros portavoces parlamentarios.

El diputado autonómico de Podemos, Andoni Corrales, junto a otros portavoces parlamentarios. / LAURA TRIVES

El runrún entre las bases no cesa. Más desde que se confirmara que Corrales no tiene previsto dimitir de su cargo, a pesar de explicitarse que la ruptura es total con la dirección del partido. Él se debe, dijo en declaraciones a este diario, «a los 20.000 aragoneses» que le votaron. Y recordó que nadie ha votado al equipo técnico, elegido dedocrácticamente desde Madrid.

«Como cualquier relación que se rompe, hubo un primer momento de duelo e incomprensión, pero ya está superado», esgrimen desde el equipo técnico, donde insisten una y otra vez que se lleva trabajando «desde hace tiempo para provocar la expansión de Podemos por Aragón». No hay, eso sí, fecha aún para la asamblea que de facto expondría esa reconstrucción.

De fondo, más allá de las discrepancias políticas y el desgaste personal de los dirigentes de una formación que tuvo un ascenso y una caída casi igual de fulgurantes, ahora quedan las cuitas internas, el debate por la financiación del partido y un trabajo ímprobo para coser las heridas. Quienes estuvieron un día al mando del partido en la comunidad están alejados no solo de Podemos, sino de la política. Maru Díaz, Violeta Barba, Nacho Escartín, Itxaso Cabrera, Erika Sanz o Marta de Santos, solo por citar algunos ejemplos. Los ahora responsables del equipo técnico no han tenido cargos conocidos en la comunidad. Cuando menos apoyos han tenido en las urnas, en Podemos coexisten dos corrientes, la de Corrales en las Cortes de Aragón, y la que intenta mantener la dirección nacional dando su apoyo y «legitimidad política» al equipo técnico.

La nueva gestora, compuesta por ocho personas, defiende que la militancia «sabe que muchas cosas no habrían sido posibles sin Podemos», en referencia a los efectos del pasado Gobierno, compartido con el PSOE. Para insuflar aire e intentar que las bases y la sociedad aragonesa vuelvan a creerse el potencial del partido, el equipo técnico organizará actos y jornadas que, como explicó Fernández al comienzo de la semana, contarán con algunos de los primeros espadas nacionales. A escala, el próximo 1 de febrero, junto al Instituto República y Democracia, el equipo técnico tanteará el trabajo hecho en las últimas semanas con una nueva cita en el centro cívico de La Almozara. 

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