El delicado proceso de valoración de la dependencia

Los técnicos de la consejería de Bienestar Social esperan analizar este 2025 unas 12.000 solicitudes de dependencia con las que unas 4.000 personas entrarán dentro del sistema de ayudas y prestaciones. El procedimiento se actualizó en el 2019 y busca que el ciudadano presente la mínima documentación.

Uno de los puestos de atención a la dependencia de la consejería de Bienestar Social y Familia, esta semana en Zaragoza.

Uno de los puestos de atención a la dependencia de la consejería de Bienestar Social y Familia, esta semana en Zaragoza. / Miguel Ángel Gracia

David Chic

David Chic

La valoración de la dependencia en Aragón ha pegado un vuelco en los últimos meses. La consejería de Bienestar Social considera que se ha pasado de un retraso «inadmisible» a ir reduciendo poco a poco la lista de espera. Un cambio favorecido por la incorporación de dos nuevos equipos de valoración, el eslabón fundamental de una cadena administrativa que incide en el bienestar de miles de familias aragonesas.

La consejería señala que al mismo tiempo se han comenzado a admitir todas la solicitudes, un dato que ha aumentado en un 200% porque en opinión de la consejera Carmen Susín hasta la llegada del nuevo equipo al departamento estas nuevas entradas estabas «topadas» creando una lista de espera «invisible» en la que quedaban acumulados todos aquellos expedientes que no se podían resolver. «Decidimos que eso era inadmisible y que los ciudadanos tenían que tener derecho a solicitar su dependencia, y en eso pusimos todos nuestros esfuerzos», manifiesta la responsable del departamento. 

Con este cambio por las diferentes oficinas de la consejería de Bienestar social pasaron el pasado año 12.000 solicitudes de dependencia, a una media de 1.000 expedientes nuevos mensuales de los que se han admitido casi 4.000, lo que implica que en el sistema aragonés de la dependencia están recibiendo prestaciones o servicios cuatro millares más de personas. El procedimiento se actualizó en el 2019 y busca que el ciudadano presente la mínima documentación. Por el momento se está reduciendo la lista de espera.

La llegada de los expedientes al sistema siempre es presencial. La labor del trabajador social es fundamental, asesorando a los ciudadanos en todo momento en el proceso. En ocasiones alguna de estas solicitudes se tienen que desviar a otras áreas de la Administración porque la persona que la ha iniciado desconoce exactamente en qué consiste y otras modalidades se ajustan más a sus necesidades. 

Para este 2025 se calcula un ritmo de trabajo similar, con una entrada de 1.000/1.200 solicitudes mensuales. El trabajador social apuesta por los recursos que permiten a la persona con dependencia continuar en su hogar, una nueva tendencia que ahorra costes y mejora el bienestar. Todas estas solicitudes llevan aparejada una visita al domicilio, la parte más costosa del proceso de valoración. En esa reunión personal se descubren las posibilidades de la vivienda, las capacidades reales del solicitante y las condiciones de su entorno.

A pesar de las listas de espera, los retrasos, y los bandazos asociados a la actividad política, Aragón puede presumir de estar en una posición elevada en el ránquin de comunidades autónomas que lidian con la burocracia de la dependencia. La media estatal es de 334 días a la hora de resolver un expediente que en la comunidad se finiquita en unos 189, un dato lastrado sobre todo por la provincia de Zaragoza ya que en Huesca o en Teruel se requieren menos de 100 jornadas para obtener una respuesta.

Con todo, el sistema está en el límite de su funcionamiento a pesar del compromiso de dotarlo con más medios. Los técnicos reconocen que faltan valoradores para poder realizar todas las visitas. Un cambio que servirá para mantener el compromiso con la autonomía de los dependientes.  

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