Teruel se estanca y no alcanza los 5.000 trabajadores en la construcción desde 2012

A diferencia de Zaragoza y Huesca, la provincia turolense se ha estancado

Viviendas en construcción en Teruel.

Viviendas en construcción en Teruel. / Efe / Antonio García

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Zaragoza

Aragón va recuperando poco a poco el ritmo en la construcción. Tras varios años de estancamiento, acentuados por el estallido de la crisis de 2008 a la que la pandemia no ayudó, el impulso a la vivienda –pública y privada– está sirviendo para revitalizar un sector que, eso sí, está viendo esa recuperación lastrada por la falta de mano de obra. Tanto es así que la comunidad cerró el pasado año a tan solo 1.000 visados de obra nueva respecto a 2008, aunque con mucha menos mano de obra. Dos años después del crac financiero, Aragón contaba con más de 45.000 trabajadores del sector de la construcción, cifra que descendió drásticamente hasta los 29.412 de 2014. Desde entonces, ha pasado una década en la que, paso a paso, ya se han alcanzado los 38.677 trabajadores afiliados a la Seguridad Social, datos aupados especialmente por la provincia de Zaragoza y, en especial, por la capital aragonesa. Huesca también ha ido recuperando el pulso, pero Teruel se ha quedado estancada.

En 2010, la provincia sumaba 6.695 empleados en el sector, cifra que se redujo hasta los 5.935 un año después y que, en 2012, bajó por vez primera de la barrera de los 5.000, con 4.955. Un obstáculo que ya no ha conseguido volver a saltar. A diferencia de Zaragoza, Huesca y el global aragonés, 2014 no fue su suelo, ya que los datos de afiliación en la construcción turolense siguieron descendiendo hasta 2016, cuando se quedaron en 4.191 trabajadores. Y, desde 2017 hasta la actualidad, el territorio se ha visto inmerso en varios picos que le impideron sobrepasar los 4.500 afiliados hasta el pasado 2021, pero en 2022 y 2023 volvió a situarse por debajo. El pasado año, en cambio, Teruel consiguió afiliar a 4.705 empleados en el sector de la construcción, aunque sigue a casi 2.000 de los registrados hace tres lustros.

En esta coyuntura han confluido numerosas variables. Cabe destacar, en primer lugar, que la provincia turolense, así como su capital, es la menos poblada de Aragón. Con todo, en 2009 rozó el 15% de los trabajadores totales de la construcción aragonesa, términos porcentuales lejanos a los vividos el pasado año, cuando concluyó el año superando por la mínima el 12% del dato global autonómico.

El presidente de CEOE Teruel, Juan Ciércoles, repara en una clave esencial para entender el fenómeno: "Es la provincia donde menos vivienda tenemos". Un hecho que se suma a la falta de mano de obra generalizada y que traspasa el sector de la construcción. "Para cubrir todas las vacantes para los puestos cualificados tenemos que traer personal de otras comunidades e incluso de otros países", explica Ciércoles, que lamenta que, una vez se acuerda un contingente de trabajadores con terceras naciones, la burocracia entra en juego. "Cuando llegan, la obra casi ha terminado", asevera.

Es por ello que desde la patronal proponen medidas "excepcionales" para provincias como Teruel, Cuenca o Soria que agilicen los permisos de trabajo, especialmente para la población migrante. "Si queremos crecer, necesitamos viviendas dignas. Pero si no tenemos gente, es muy complicado", sentencia.

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