TURISMO EN ARAGÓN

El pequeño pueblo de Zaragoza con un castillo privado donde aún se lava la ropa en el lavadero

Se encuentra a orillas del río Gállego y cuenta con varias bonitas ermitas en su alrededor

Panorámica del pequeño pueblo de Zaragoza con un castillo privado

Panorámica del pequeño pueblo de Zaragoza con un castillo privado / ASÍ ES ARAGÓN

Aragón no sería lo mismo sin sus pueblos. Los pequeños núcleos de población de Zaragoza, Huesca y Teruel han sufrido durante las últimas décadas el fenómeno de la despoblación dejando muchas de las casas del casco urbano sin vecinos. A pesar de la marcha, o fallecimiento, de los habitantes, la belleza del patrimonio arquitectónico y natural del municipio perdura generación tras generación al igual que algunas tradiciones de toda la vida.

Tristemente, las provincias de Teruel y Zaragoza cuentan con muchos pueblos que no alcanzan la barrera demográfica de los 100 habitantes en 2024 según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, algunas localidades defienden a capa y espada gracias a su atractivo el famoso dicho de que "el tamaño no importa". Uno de los pueblos más bonitos y desconocidos de Aragón cuenta con un castillo de propiedad privada y entre las tradiciones de siempre se mantiene la de acudir al lavadero a limpiar la ropa.

Ardisa es el pueblo de las Cinco Villas situado en la parte más oriental de la provincia de Zaragoza a orillas del río Gállego, que a pocos metros del casco urbano cae por una presa que da lugar a un embalse con el mismo nombre de la localidad. Ardisa es uno de los pueblos de la provincia que no alcanza los 100 habitantes (76 en 2024 según el INE) pero cuenta con un patrimonio arquitectónico muy interesante.

Los visitantes que se aventuren a una escapada hasta el pueblo cincovillés quedarán sorprendidos por la iglesia de Santa Ana, que alberga retablos góticos hispano-flamencos y renacentistas. La arquitectura religiosa tiene mucho peso en Ardisa donde otro punto imprescindible de visitar es la Ermita de San Vicente, conocida por su Cristo crucificado en estilo románico que ya se exhibe en el Museo Diocesano de Jaca. También es interesante la Ermita de Nuestra Señora de Miramonte, de estilo románico, a la que se va en romería durante las fiestas populares.

Sin embargo, la joya de Ardisa es sin ninguna duda el Castillo de la Ballesta, de propiedad privada que sobresale junto al río Gállego. Esta edificación, cuyos orígenes se datan del siglo XI, está compuesta por un gran cuerpo central de planta cuadrada de catorce metros de lado que envuelve una torre más primitiva de siete metros de lado y todo el conjunto rodeado a su vez por una muralla también de forma cuadrada tal como informa el Gobierno de Aragón.

Castillo de la Ballesta en Ardisa

Castillo de la Ballesta en Ardisa / FRANCISCO BOLEA

La tradición del lavadero

Ardisa ha estado desde siempre muy ligada al río Gállego. En el pueblo se encuentra el único embarcadero utilizable de las Cinco Villas y famoso es el descenso de aproximadamente 15 kilómetros por el Gállego que se hace cada mes de agosto.

Los vecinos de Ardisa habían ido toda la vida hasta orillas del río a lavar la ropa. Sin embargo, tal como explica la web Turismo de las Cinco Villas, desde 1934 se crearon unas nuevas instalaciones en el pueblo para facilitar el trabajo de las vecinas.

Un lugar que hace poco fue restaurado y cada cierto tiempo se puede ver a alguien que sigue lavando la ropa siguiendo el modelo tradicional. Además, cada año se lleva a cabo la jornada de recuperación de la colada tradicional que llevan a cabo las mujeres en su lavadero.

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