El turismo en Aragón crece a ritmo de récord en plena especialización

Los registros de la comunidad, tanto en pernoctaciones como en visitantes, aumentan cada año mientras se toman medidas para potenciar «experiencias únicas» y aumentan el número de personas que trabajan en el sector

Un grupo de turistas pasea por la plaza del Pilar.

Un grupo de turistas pasea por la plaza del Pilar. / JAIME GALINDO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Aragón, como el resto de los territorios, ha pasado cuatro días en Fitur presentando al mundo las bondades de su sector turístico. Una puesta de largo que la comunidad realizó amparada en la positiva evolución de visitantes, gastos y pernoctaciones que acumula en los últimos tiempos y que aderezó con su apuesta por la especialización y «las experiencias únicas» para convertir al territorio en un lugar de referencia en el turismo de interior en España.

El dato que lo marca todo es el registro de visitantes. A finales de noviembre, la DGA había notificado la llegada de 3,1 millones de turistas con el final del verano, lo que aseguraba que para el cierre del ejercicio se superarían los cuatro millones. El crecimiento supone un 5% respecto al verano de 2023. La atracción del turista extranjero, también en crecimiento con más de 736.000 hasta septiembre de 2024, 670.000 en el mismo período del 2023, casi un 10% más, es el otro gran objetivo que persigue la comunidad. Además, desde Turismo se apuesta por la especialización.

Una especialización que gusta en el sector, consciente de que «las experiencias» son las nuevas búsquedas en el grupo. Fuentes del Clúster de Turismo Sostenible de la comunidad llaman a que la comunidad sea «pionera en el nuevo modelo turístico» y se atreva a aprovechar «oportunidades»: incluso el cambio climático, la pérdida de nieve en el Pirineo o la ausencia de lluvias pueden impulsar otras actividades que no dependan tanto del factor meteorológico.

Pero mientras se buscan ideas innovadoras, lo que no falla es el clásico modelo de alojamiento y bares y restaurantes. El sector hostelero en Aragón sigue creciendo. A finales de 2024, la comunidad tenía registrados 2.697 restaurantes y 560 cafeterías, con 216.512 plazas. El mismo anuario estadístico que realiza el Ejecutivo autonómico, para 2011, registraba 600 restaurantes menos (2.039) y un número similar de cafeterías (569). En las plazas disponibles la diferencia es mucho mayor, ya que la comunidad podía alojar hace catorce años a 172.900 personas en sus cafeterías y restaurantes, 43.612 plazas menos.

Trabajadores del sector turístico

Y si crecen las personas que caben en los establecimientos, crecen las personas que trabajan en ellos. Los datos del Ministerio de Trabajo muestran que en 2015, primer año contabilizado, Aragón tenía 35.341 afiliados a la Seguridad Social en servicios de alojamiento y de comidas y bebidas. En 2024, son 41.550 personas. El crecimiento, constante en la última década y regular año a año, solo se frenó durante dos cursos, 2020 y 2021, por el impacto de la pandemia que acabó con la actividad turística. El debe en esta creación de empleo lo señalan desde UGT, ya que el aumento en las nóminas no se percibe al mismo ritmo. En 2012, el salario base de un camarero estaba en 1.065 euros y hasta 2022 solo había crecido 104 euros, hasta los 1.169 euros. En los últimos tres años, hasta 2025 y gracias a la reforma de convenios y del SMI, el salario está en 1.332 euros, según los datos del sindicato.

En el sector se lamenta que «muchas soluciones no están dentro de las empresas y de los trabajadores» y hacen un llamamiento a que la política «apueste por solucionar estos problemas». Situaciones de sobreexplotación de espacios, como las pozas del Pirineo en verano, que ya se están regulando por los ayuntamientos; o el colapso del parque de Ordesa, que está siendo estudiado por la DGA, no son deseables para un sector en desarrollo. Tampoco otras problemáticas sociales, como la dificultad del acceso a la vivienda, que impide que los trabajadores se puedan asentar en su lugar de trabajo. «Se necesita una estrategia global de turismo que aborde estos puntos negativos y apueste por la planificación, la conservación y la sensibilización», concluyen. 

El pico de la Expo, el abismo de la pandemia

El cuarto de siglo turístico en Aragón refleja la tendencia creciente del sector en la economía nacional. El crecimiento, como la transformación del modelo, ha sido gradual, pero ha contado con episodios que cambiaron el paso. La Expo de Zaragoza en 2008 refleja el punto álgido, el éxito asociado a un evento internacional que transformó la capital aragonesa. Otro acontecimiento histórico, la pandemia del coronavirus, redujo a la mínima expresión las visitas a Aragón –y a cualquier lugar del planeta.

La Expo registró 5,65 millones de visitantes en sus cuatro meses de vida en 2008. La media diaria, tan solo en el recinto zaragozano, fue de 57.909 turistas visitando el complejo. Hasta 8.500 personas trabajaron durante aquel verano en el desarrollo de la Expo, 2.500 vinculadas directamente a la muestra y, el resto, a la hostelería, seguridad o limpieza.

En el lado opuesto de la balanza, el pozo del año de 2020. El total de la provincia de Zaragoza apenas recibió 570.195 turistas en todo el año, con un registro nulo en el mes de abril. De media, 47,516 personas por mes en la provincia.

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