El adiós de Lambán a la política: el hombre que lo ha sido todo en Aragón tenía un anhelo

Javier Lambán era un joven profesor de instituto cuando el entonces alcalde de Ejea lo convenció para entrar en las listas electorales de 1983. Mantuvo el acta de concejal hasta 2014, cuando cerró una etapa de siete años como alcalde, fue presidente de la DPZ entre 1999 y 2011 y dirigió el Gobierno de Aragón durante ocho años.

Javier Lambán, junto a Joan Manuel Serrat, en la presentación de las memorias del primero.

Javier Lambán, junto a Joan Manuel Serrat, en la presentación de las memorias del primero. / EL PERIÓDICO

Nada más y nada menos que 42 años ha durado la trayectoria política de Javier Lambán Montañéz, el histórico dirigente socialista al que el entonces alcalde de su Ejea natal, Mariano Berges, convenció cuando apenas contaba 25 primaveras para entrar en las listas y convertirse en concejal de la villa. Era por aquel entonces un joven desmelenado que se acababa de licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad Autónoma de Barcelona, unos años de vino y rosas que sirvieron para consolidar unos sólidos principios socialdemócratas tras un breve paso por los preceptos anarquistas, ideología que abandonó cuando se afilió al PSOE y a la UGT en 1983. Trabajaba entonces como profesor de lengua, latín y griego en el instituto municipal.

Aquel pequeño paso en la política municipal –mantuvo el acta de concejal durante 31 años– le preparó el salto a la Diputación Provincial de Zaragoza, institución que presidió entre 1999 y 2011. En ese camino también logró convertirse en alcalde de Ejea de los Caballeros (2007-2014) mientras ganaba posiciones en la estructura interna del PSOE Aragonés. Vivió en primera línea la cruenta batalla por el poder en la federación socialista, aquel Beirut aragonés de los años 90 que tantas heridas abrió y tras el que se convirtió en secretario general de los socialista en la provincia de Zaragoza en el año 2001.

La política autonómica

Como fiel defensor del federalismo –siempre abogó por un Estado de este tipo y apostó por reformar la labor del Senado para ello–, abandonó la DPZ para dar un nuevo salto: la política autonómica. Logró acceder a las Cortes de Aragón en las elecciones de 2011, cuando Eva Almunia fue derrotada por Luisa Fernanda Rudi. Cuatro años después, Lambán era el candidato socialista llamado a destronar a la política del PP. Lo logró con un gobierno en minoría apoyado en la irrupción de Podemos, Izquierda Unida y con CHA como socio. Logró navegar en un mar tormentoso y consiguió revalidar el gobierno en 2019, cuando formó un cuatripartiro con los morados, la izquierda aragonesista y el PAR.

Amante del fútbol –una grave lesión le apartó de los terrenos de juego y se considera un «madridista tribal»– y de la canción de autor (por encima de todo, Serrat y Lluis Llach) , se doctoró por la Universidad de Zaragoza con una tesis sobre la Reforma Agraria en Aragón en la II República, un trabajo que recibió la calificación cum laude. Está casado, tiene una hija y dos nietas.

En sus últimos años de Gobierno tuvo una obsesión: cerrar las heridas que enfrentan a las dos Españas antes del centenario de la guerra civil a través de un pacto de Estado. Y por eso quiso reivindicar esa Tercera España denostada por la que los liberales de la Transición tanto abogaron. Lo demostró cuando le regaló las obras completas de Manuel Chaves Nogales –periodista sevillano que murió en el exilio– a la entonces lideresa de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

Cuando Jorge Azcón le ganó las elecciones, aquellas en las que las filas de Lambán se mostraban convencidísimas de poder igualar las tres legislaturas de Marcelino Iglesias, el político ejeano decidió poner rumbo al Senado. Fue designado por las Cortes de Aragón el 8 de septiembre de 2023 con el objetivo de impulsar una reforma de la institución para convertirla en una cámara que aunara las voces de las autonomías. Ayer se despidió de su último cargo en la política institucional. 

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