Entrevista | Belén Lorente Corresponsal de RTVE en Lisboa

Belén Lorente, corresponsal aragonesa en Lisboa: "El pueblo portugués es sufrido, no salen a la calle como aquí"

Lorente, en los pasillos del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.

Lorente, en los pasillos del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza. / CARLA GREENWOOD

Iván Trigo

Iván Trigo

Nacida en Zaragoza, Belén Lorente (1973) es corresponsal de RTVE en Portugal y ha protagonizado este lunes en Paraninfo la sesión del ciclo ‘Corresponsales’, donde ha conversado con el periodista de EL PERIÓIDICO DE ARAGÓN Jorge Heras. Este ciclo está organizado por el vicerrectorado de Cultura y Proyección Social de la Universidad de Zaragoza, que dirige Yolanda Polo, y cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Zaragoza. Lo coordina la periodista Genoveva Crespo.

Son seis años ya en Lisboa y le quedan pocos meses. ¿Qué se llevará de Portugal cuando le toque marchar?

El balance es más que positivo. Trabajar en una corresponsabilidad te hace tener una mirada muy amplia y ver las cosas desde un punto de vista muy diferente al que tienes cuando trabajas en tu país. No me quedaría con algo en concreto, me quedaría con un cúmulo de de cosas buenas, entre ellas haber aprendido a estar sola.

Pero no tiene que ser fácil.

No lo es. Aunque después me acompañaron mis hijos, cuando me fui estaba sola. Gestionar el trabajo y y la soledad es complicado, pero luego me ha servido pues para conocerme a mí misma. 

Portugal es nuestro vecino. Compartimos península e historia.  

Y somos muy parecidos. Los portugueses de mi generación han crecido viendo Verano azul y La abeja Maya. De hecho ellos hablan muy bien español porque la televisión no dobla los programas que son en otros idiomas. Tienen un conocimiento muy amplio de todo lo español y nos quieren mucho. Y fíjate, para ser un país republicano tienen mucho cariño a la Casa Real española.

Pero tampoco somos iguales.

No. Los portugueses son más tranquilos, más diplomáticos. Espero que no me penalicen, pero es verdad que yo creo que esa alegría y ese salseo que tenemos los españoles no lo tienen ellos. Tienen otra manera de ser.

 Y ese cariño que dice que nos tienen los portugueses, ¿es correspondido? España a veces trata con condescendencia a Portugal al igual que Francia puede hacer con España. ¿Tienen ellos esa sensación?

Totalmente. Hay portugueses que miran con recelo al español. Con cautela, como diciendo, ‘a ver este qué me intenta vender’. Es verdad que los españoles nos hemos fijado siempre más en Francia pero creo también que eso está cambiando. Las buenas relaciones entre los dos países en los últimos 15 o 20 años, tanto económicas como en cuanto al turismo, han hecho que cambiemos de opinión. Portugal para España ya no es el país al que ir a comprar toallas o bacalao barato. La gente se va de Erasmus a Lisboa, estudia allí, en una ciudad moderna y que ha cambiado mucho.

La vivienda y la crispación política marcan la agenda de la actualidad en España. ¿Cuáles son los grandes temas de los que se habla en Portugal?

Pues en esto también somos primos hermanos, aunque lo único que nos puede diferenciar del pueblo portugués es que en Portugal no se respira ese ambiente de tensión en la calle. Pero la vivienda es un problemón igual que en España o más porque el salario allí es peor. Piensa que allí el salario mínimo son 870 euros y el precio de la vivienda en los últimos 10 años en Lisboa se ha cuadriplicad. Por menos de 1200 euros no encuentras de alquiler. Es un problema tremendo que está provocando que la gente joven se vaya fuera. Pero bueno, el pueblo portugués es un pueblo sufrido, no salen a las calles como aquí.

Usted informó en directo de la dimisión del primer ministro Antonio Costa. ¿Cómo se vive un momento así?

Fue una mañana de vértigo. Empezaron a salir las noticias de última hora en los medios digitales que informaban de que estaba habiendo registros en la casa del primer ministro. Luego Costa se reunió con el presidente Marcelo Rebelo. Hubo una segunda reunión y ya entonces se decía que parecía que iba a dimitir. Fue todo muy precipitado. Hay una expresión en Portugal para explicar esas cosas que pasan que no te esperas y es cuando las cosas pasan Portugalmente. Nadie esperaba que Costa dimitiera y dimitió. Y nadie esperaba que se fuera a ir a Europa y ahora es presidente del Consejo Europeo.  

¿Ese hacer las cosas 'portugalmente' implica que los políticos lusos dimiten más que los españoles?

Sí. Hace poco ha habido un nuevo caso. Se han hecho unas modificaciones en la ley del suelo para que los ayuntamientos pudieran recalificar suelos rústicos para construir vivienda y ha dimitido un secretario de Estado después de una investigación de la RTP (la radio y la televisión públicas de Portugal) porque se descubrió que antes de redactar estas modificaciones se había montado dos empresas inmobiliarias. Todavía no estaba el negocio hecho pero ya solo porque el asunto chirriaba presentó su dimisión.

Ya ha mencionado que los portugueses conocen mucho España pero, ¿conocen Aragón?

Mucho más de lo que nos imaginamos. Casi todo el mundo sabe dónde está Zaragoz, por ejemplo. Es curioso.

Usted empezó estudiando Química y no Periodismo. ¿Qué le llevó a cambiar?

Pues… como muchos chavales a esa edad, yo sabía lo que no me gustaba, pero había muchas cosas que sí me gustaban. Mi primera opción fue hacer Veterinaria pero no entré. Periodismo me gustaba pero no había en Aragón y entré en Química. Llegué hasta los segundos parciales y tengo que decir que no me fue mal. Pero lo que me gustaba era el Periodismo y decidí cambiarme, aunque a mi familia le sentó fatal (ríe).

¿Alguna vez se ha arrepentido de ese cambio?

No. Nunca. Y es curioso porque yo tenía un concepto del periodismo más enfocado en la prensa y luego fíjate, he trabajado en radio (Cadena Ser) y televisión.

A los periodistas siempre se nos presupone la vocación, pero de eso no se come.

Totalmente. Pero yo aún así siempre recomiendo estudiar aquello que te gusta, sin pensar en qué salidas tiene. Y luego es verdad que yo he tenido mucha suerte: terminé la carrera, conseguí unas prácticas en Radio Zaragoza, se fue una redactora a Sevilla y ya me hicieron un contrato.

Este ciclo, Corresponsales, pone de manifiesto que Aragón es una tierra de la que han salido grandes informadores que han trabajado en el extranjero.

Sí y yo creo que puede que tenga que ver con nuestra forma de ser. Los aragoneses somos gente fuerte, dura, resiliente. Y esa es una virtud muy interesante si eres corresponsal porque es verdad que hay momentos en los que no todo es fácil. Se ve algo como muy bonito, pero hay de todo.

Está a punto de dejar Lisboa. ¿Qué ve cuando mira hacia el futuro?

Estoy en mi cuenta atrás. No me puedo quedar más y ahora estoy aprovechando mucho estos últimos meses sin pensar en qué va a ser después. Lo tengo todo abierto.

¿No conoce el próximo destino?

No.

¿Y hay algún sitio que le gustaría especialmente?

Sí, pero no lo voy a decir. 

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