Pilar Alegría se estrena al frente del PSOE en Zaragoza: El álbum ya está completo

La ministra eligió ayer la capital aragonesa para exhibir el nuevo tono de la familia socialista en la comunidad. Todas las caras conocidas, de todos los bandos habidos en el tiempo, abrazaron a la ministra y rubricaron el cambio de tiempo en el PSOE autonómico.

La secretaria general del PSOE Aragón, Pilar Alegría, abraza a su casi rival en la carrera orgánica, Darío Villagrasa.

La secretaria general del PSOE Aragón, Pilar Alegría, abraza a su casi rival en la carrera orgánica, Darío Villagrasa. / RUBÉN RUIZ

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Zaragoza

El liderazgo en los partidos políticos no va de tener a todos los militantes contentos, pero completar el álbum de cromos no amarga a nadie. Pilar Alegría, en su puesta de largo como nueva secretaria general del PSOE Aragón, exhibió que su colección está terminada, que todos los polos socialistas orbitan a su alrededor y que la piedra angular del proyecto, ella, convence a todos.

Porque en las primeras filas no faltaba nadie. Los tres secretarios provinciales (Juan Antonio Sánchez Quero, Fernando Sabés y Mayte Pérez), el casi rival en las primarias Darío Villagrasa y lo que parece ser ya el núcleo de confianza de Alegría: Manoli Berges (alcaldesa de Pedrola), Eduardo Arilla (alcalde de Borja) y Rafael Guía (alcalde de Andorra). Teresa Ladrero, vicepresidenta de la DPZ y cuyo fallido nombramiento para Ferraz desató el único conato de incendio en el proceso orgánico, o el expresidente Marcelino Iglesias también ocuparon puestos de honor.

En el intermedio, diputados nacionales y autonómicos compartían conversaciones con alcaldes y concejales de todos los rincones de Aragón. Altos cargos, como Susana Sumelzo (secretaria de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el español en el mundo) se dejaban ver por las filas de un PSOE Aragón que quizá no es sanchista al 100%, pero que ya piensa cómo definir la corriente de su nueva líder.

El cambio en la tendencia del partido hacia un nuevo horizonte se mostró desde el inicio del acto. Alegría, que fue la estrella de un acto en el que participaron la portavoz municipal, Lola Ranera, y el alcalde de Soria, Carlos Martínez, volvió a abrazar y besar a los 800 militantes que se desplazaron hasta el Palacio de Congresos para poder decir aquello de «yo estuve ahí» al recordar el estreno de la ministra al frente del partido.

Más nombres y más caras que en La Zaida, a mediados de diciembre, dando carpetazo a un proceso orgánico que murió antes de haber nacido. Y también más gestos: el abrazo y el guiño cómplice a Villagrasa o la intervención de Ranera en el acto, tras cambiar al alcalde de Bujaraloz por la titular de Educación, son símbolos para limar poco a poco distancias entre la militancia y ampliar el espacio con el pasado.

Decía Villagrasa en su campaña que buscaba construir «un tiempo nuevo» para el partido en Aragón y Alegría ya ha tomado los planos para edificar desde cero. Con que la obra esté lista en 2027 le valdrá al PSOE, que ya centra sus esfuerzos en Jorge Azcón: una oposición más dura, constante y, sobre todo, sujetada por una ministra con más focos y mensajes de mayor calado.

En esos planes, la única incógnita es Javier Lambán. El expresidente autonómico y exlíder del partido en la comunidad fue el único rostro que falló en la completa lista que logró reunir Alegría en el Palacio de Congresos. Volverá, previsiblemente, con el Congreso que el partido celebrará en poco más de un mes. Entonces se verá si la herida fraternal del PSOE ya ha cerrado o si todavía queda al menos un punto por curarse.

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