¿Por qué hay cada vez menos perdices rojas y liebres ibéricas en Aragón?

La Universidad de Zaragoza y los cazadores se unen para buscar la causa del declive de estas dos especies

Muestras de perdices y liebres cazadas en los últimos meses en las comarcas aragonesas en los laboratorios de la Facultad de Veterinaria.

Muestras de perdices y liebres cazadas en los últimos meses en las comarcas aragonesas en los laboratorios de la Facultad de Veterinaria. / Farcaza

David Chic

David Chic

Zaragoza

La perdiz roja y la liebre ibérica está sufriendo un notable declive en los montes aragoneses. Al ser dos especies notablemente apreciadas por los cazadores, han sido los miembros de este colectivo los que han detectado la ausencia de animales en los cotos y los que han decidido colaborar con la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza en una recogida de muestras que permitirá trazar un mapa de las enfermedades que afectan a estas poblaciones y determinar las causas exactas de su mortalidad, probablemente muy relacionada con el aumento de mosquitos como vectores de transmisión de infecciones debido al aumento de las temperaturas.

La investigadora Maricruz Arnal, del departamento de Patología Animal, está al frente de un estudio pionero para el que se han recogido muestras en casi todas las comarcas aragonesas. «Son especies de las que sabemos poco y se observa un declive progresivo que empieza a ser preocupante», señala. La perdiz roja, sobre todo, no es una ave especialmente estudiada y conocer los anticuerpos que ha generado en la sangre en las distintas zonas de Aragón permitirá establecer un mapa sobre los diferentes patógenos a los que está expuesta. 

En principio, el trabajo se centrará en conocer cómo afectan a la población cinegética afecciones como los virus Influenza, Newcastle, el virus del Nilo occidental o el Bagaza. Todos ellos con muy agresivos, capaces de provocar encefalitis graves y problemas respiratorios que causan la muerte de los ejemplares. Los cazadores han reunido en los últimos meses muestras de 130 animales, en su mayoría del valle medio del Ebro y del sistema Ibérico. En el caso de la liebre ibérica se tratará de analizar la mixomatosis y leishmaniasis. En este ensayo el material de partida es algo menor, con un total de 30 muestras. Ninguno de los dos animales es habitual en la cordillera pirenaica, donde tienen mayor presencia otras variedades de las mismas.

La investigadora asume que en este momento «pocas cosas se pueden hacer» para revertir la tendencia a la baja. Aunque no está claro el origen último de la mortandad, el aumento de las temperaturas asociado al cambio climático parece estar detrás de la proliferación de los mosquitos que actúan como transmisores de los virus analizados. 

El reciente fin de la temporada de caza dará durante unos meses un respiro a las poblaciones afectadas, reduciendo significativamente la presión a la que están expuestas, por lo menos hasta que se abra de nuevo la veda. En este tiempo los colaboradores de la Federación Aragonesa de Caza (Farcaza) han sido los encargados de recoger las diferentes muestras que están siendo analizadas entre las perdices y liebres abatidas. Los resultados de la investigación podrían estar listos de forma preliminar en unos dos meses.

Por otro lado, desde la federación de cazadores ha recordado a sus asociados que si encuentran alguna de estas especies de caza menor muerta «sin causa justificada aparente» deben avisar a la entidad, que tratará de recoger el ejemplar a través de su personal para enviarlo a la Facultad de Veterinaria en el marco de la vigilancia epidemiológica anual realizada por el Gobierno de Aragón. Gracias a esta colaboración la temporada pasada se pudo detectar con rapidez un caso de sarna en las patas de una perdiz roja en Teruel.

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