Uno de cada diez asiáticos en Aragón tiene un bar: la comunidad china mantiene su apuesta por la hostelería
Los 10.000 ciudadanos asiáticos que residen en la comunidad regentan al menos 1.400 bares y restaurantes mientras las nuevas generaciones ya se incorporan a las profesiones liberales

Uno de los bares de barrio en Zaragoza regentados por la comunidad china. / Carla Greenwood

Los últimos meses han explicitado las buenas relacionas alcanzada por la economía china en Aragón y la pujanza que se asocia a su acción exterior. La comunidad apuesta por las relaciones empresariales con el gigante asiático y el anuncio de grandes inversiones, impulsada por los gandes grupos teconológicos del país, se lee como un espaldarazo a la industria aragonesa. Llega una fábrica de baterías, se establecen lazos comerciales de importación y exportación, y se favorece la circulación de capitales. Una época de gran sintonía que se verá reforzada por el viaje previsto por una delegación del Ayuntamiento de Zaragoza a la Cámara de Comercio de Zheijang, que representa a más de 20.000 compañías.
Las delegaciones comerciales van y vienen, firmando acuerdos y pactos macroeconómicos que poco parecen afectar a la comunidad china que vive en las calles aragonesas, llegada en su mayoría a finales de los años noventa, y completamente arraigada. Se calcula que viven en la comunidad unos 10.000 ciudadanos de origen asiático, la mayoría de ellos procedentes de China, y casi todos de una misma región. «Hemos encontrado un sitio muy tranquilo para desarrollar nuestros intereses, no tenemos problemas para emprender, colaborar y contribuir a la sociedad que nos acoge», expresa el presidente de la Asociación Amistad y Cooperación de España-China, Xin Te Wang.
La integración de estas personas ha cambiado mucho en las últimas dos décadas, aunque una cuestión se mantiene estable. La mayoría de los negocios que regentan tienen que ver con la hostelería, con hasta 1.400 locales de este tipo repartidos por toda la comunidad. Los perfiles de los mismos, sin embargo, sí que han evolucionado. Lo que en un primero momento eran restaurantes centrados en la gastronomía china ha cambiado a la adquisición de locales tradicionales que buscaban un traspaso.
Aunque no existen cifras actualizadas de cuántos restaurantes, bares y cafeterías existen en Aragón, según los últimos datos disponibles esta presencia oriental supone el 20%. En Zaragoza capital la entidad calcula que se regentan casi 1.200 establecimientos.
Xin Te considera que la existencia de una pequeña Chinatown en Zaragoza en el entorno de la calle Unceta es anecdótica y que no refleja la actividad real de la comunidad en la ciudad. Sin embargo, evidencia que el enclave es fundamental para sentirse arropados por sus iguales. Además, es un punto de atracción para los recién llegados, puesto que permite una integración rápida en un entorno en el que es fácil moverse aunque todavía no se domine el español.
Aragón cuenta con uno s10.000 ciudadanos de origen asiático, siendo casi 6.500 los procedentes de China. Aunque la llegada de extranjeros del continente sigue al alza, lo llegados del país de referencia en la región lleva estancada desde el 2017. En términos porcentuales la migración asiática aporta el 6,2% de las llegadas totales, siendo de China un 3,4%. El país es el quinto en importancia en número de llegadas, por detrás de Rumanía, Marruecos, Colombia o Nicaragua. En 1998 el Instituto Nacional de Estadística recoge que los ciudadanos de esta zona apenas eran medio centenar, abriendo camino a una entrada continuada hasta 2014 cuando ya eran 7.400. Desde entonces, con un ligero descenso durante la crisis económica, el goteo de entradas se mantiene.
«Ya no viene tanta gente como hace unas décadas, la situación para tener negocios en China han mejorado», explica el responsable de la entidad. Esto, además, ha provocado un intenso comercio de compraventa entre los dos territorios. De hecho, la exportación y la importación de productos da trabajo a medio millar de chinos residentes en Aragón, así como a una comunidad flotante de personas que están unos meses en cada país cerrando envíos. La mayoría de los productos que salen de la comunidad tienen que ver con la alimentación, sobre todo en gamas de gran calidad, como el jamón o el vino. «Los comerciales compran envíos al por mayor a las bodegas o los secaderos que luego se distribuyen por terceros a tiendas de Pekín o Shanghái», relata.
Mercado activo
En el ámbito económico la comunidad china ha visto como evolucionaban las oportunidades laborales con la incorporación de las segundas y terceras generaciones al mercado activo. Xin Te explica que entre los hijos y los nietos de los primeros chinos llegados a Aragón ya existen un buen número de universitarios que han abierto negocios propios relacionados con las profesiones liberales, como dentistas o abogados. «Son abiertas a todo el mundo, en cualquier punto de la ciudad, aunque es cierto que los ciudadanos orientales se sienten más cómodos en estos lugares porque conocen nuestras costumbres y fórmulas de cortesía», indica.

Un supermercado regentado por una familia china en Zaragoza. / Carla Greenwood
La comunidad china en Aragón observa con satisfacción los anuncios de grandes inversiones con capital oriental, aunque consideran que no tendrá una afección directa en su vida. «Es una gran noticia, pero nosotros tenemos otro tipo de contribución a la sociedad», manifiesta. La actividad de la propia Asociación Amistad y Cooperación de España-China es un ejemplo de ello. «Desde aquí podemos ayudar a las empresas a que tengan contactos con China, podemos ser útiles para favorecer el intercambio», indica.
Año Nuevo
La reciente celebración del Año Nuevo chino ha sido un éxito en términos de intercambio cultural. De hecho, la presencia del embajador en Zaragoza ha permitido que se hable de la comunidad en los medios de comunicación orientales, algo que normalmente siempre ha estado limitado a Madrid o Barcelona. «Llevo veinte años en España y es la primera vez que se ha conseguido esta visibilidad, las cosas han cambiado mucho y el nombre de Aragón cada vez suena más», evidencia Xin Te.
En el lado opuesto están los aragoneses que optan por China como destino. En la asociación de amistad han nota «un aumento» en las consultas que reciben sobre jóvenes que quieren estudiar en Shanghái o Cantón, aunque no tienen cifras exactas sobre las personas que dan el paso. «Las relaciones comerciales son muy habituales, también las laborales, sobre todo ahora que se pueden hacer muchas cosas a distancia», considera. Esto también ha sucedido tras el fichaje de empresarios por parte de las inversiones chinas.
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