El valle escondido de Aragón que ha enamorado a los senderistas: fue un curioso refugio de pastores

Amantes del senderismo y la naturaleza saben que esta es una zona ideal para disfrutar de un ambiente tranquilo y único en mitad de Aragón

Una ruta de senderismo que te dejará con la boca abierta.

Una ruta de senderismo que te dejará con la boca abierta. / Istock / MEDITERRANEAN

Lidia Lozano

Aragón esconde cientos de secretos muy bien guardados que son difíciles de descubrir si no se tiene constancia de ellos. Hay pueblos encantados que fueron hogar de brujas, rutas de senderismo que dejan a cualquiera sin respiración, balnearios con baños milenarios... Todo enmarcado en un territorio en el que, si hay algo que destaca por encima de todo, es el Pirineo, que aunque parezca inexpugnable, alberga en su corazón lugares de cuento con los que soñar despierto.

Entre gigantescas cumbres y rozando el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se abre paso el Valle de Bujaruelo, un auténtico remanso de paz y tranquilidad en el que disfrutar de un paraíso natural lleno de historia. Este lugar que hoy es destino vacacional para los amantes del senderismo y la naturaleza, ha sido punto de tránsito para comerciantes, pastores y viajeros que se veían obligados a atravesar la cadena montañosa por diversos motivos.

Un entorno privilegiado

El valle está atravesado por los ríos Ara y Arazas, que se unifican bajo el Puente de los Navarros y forman el Valle del río Ara hasta la localidad de Aínsa. Tanto este como el de Bujaruelo ofrecen una gran variedad de actividades que practicar al aire libre. De hecho, el último cuenta con una relevancia especial al ser el punto de conexión con la localidad francesa de Gavarnie, donde se ubica el circo glaciar y la cascada más alta de toda Europa.

El puente medieval sobre el río Ara.

El puente medieval sobre el río Ara. / Istock / Jordi Magrans

Ocupa más de 20 kilómetros que se extienden desde el Puente de los Navarros hasta el Collado de los Mulos, y forma parte de la Zona Periférica de Protección del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, además de la Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA), Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Reserva de la Biosfera 'Ordesa-Vignemale'. Su altitud oscila entre los 1.300 y los más de 2.000 metros, y sus picos más emblemáticos son el Gabietos y el Taillón, de más de 3.000.

Las mejores rutas de senderismo

Asimismo, una de las joyas más valoradas del entorno es el puente románico de San Nicolás de Bujaruelo, por donde pasan algunas de las mejores rutas de senderismo de la región. La más pateada es la del camino al Puerto de Bujaruelo, el paso fronterizo que conecta con Francia y conduce al ibón de Bernatuara. Pero hay otras mucho más exigentes, como el ascenso al Monte Perdido o la travesía que conduce al refugio de Góriz, uno de los puntos de partida para el ascenso.

También puede completarse la ruta de la Cascada del río Ara, que es mucho más sencilla y culmina con una preciosa vista del espectacular salto de agua. Así como la ruta a la Cola de Caballo, algo más compleja, que lleva a otra cascada en el corazón del Parque Nacional de Ordesa. La mejor época para cualquiera de ellas es la primavera, el verano o el otoño. En invierno también puede visitarse, pero algunas rutas permanecen cerradas, mientras que otras ofrecen un paisaje cubierto de nieve absolutamente impresionante.

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