La Universidad de Zaragoza estrena equipamiento tecnológico de última generación para fabricar piezas metálicas altamente complejas

El equipamiento sitúa a la Universidad de Zaragoza a la cabeza de España

Tomografía computarizada estrenada en la Universidad de Zaragoza

Tomografía computarizada estrenada en la Universidad de Zaragoza / UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

El Periódico de Aragón

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La Universidad de Zaragoza (Unizar) estrena un equipamiento científico-tecnológico de última generación, que le sitúa a la cabeza en España a la hora tanto de fabricar piezas metálicas altamente complejas imposibles de producir por otros métodos, como de capturar imágenes detalladas del interior de objetos sin necesidad de desmontarlos o destruirlos y de fusionarlas para generar una reconstrucción 3D completa.

En concreto, se trata de un equipo de tomografía computarizada por rayos X y una impresora 3D para metal, que serán determinantes para múltiples aplicaciones tanto en el ámbito de la investigación como en el industrial, al aportar un elevado valor añadido en varios sectores, ha informado la institución académica.

Debido a sus prestaciones técnicas, los campos de aplicación de los equipos solicitados son numerosos: ingeniería de precisión, bioingeniería --diseño de prótesis e implantes--, metrología industrial, inspección no destructiva, ingeniería de materiales, conservación del patrimonio, ingeniería química --diseño de reactores metálicos microfluídicos--, desarrollo de piezas complejas en sectores como el aeronáutico, el del molde, entre otros.

Pese al potencial de ambos equipos, su presencia en España, y en especial en Aragón, es todavía bastante limitada debido principalmente a su coste. De ahí la trascendencia de que Unizar haya conseguido más de 1,3 millones de euros, a través del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y de los Fondos 'Next Generation', para la adquisición de este equipamiento.

En el Campus Río Ebro

Los equipos están ubicados en el Servicio de Mecánica de Precisión del Servicio General de Apoyo a la Investigación (SAI), en el Campus Río Ebro de la capital aragonesa. Tanto el personal científico de la universidad como el de otros centros de investigación, empresas e industrias pueden solicitar su utilización a través de la aplicación de Gestión del SAI, vía web.

La vicerrectora de Política Científica en funciones, Rosa Bolea, ha destacado la singularidad que supone esta llegada tanto para Unizar como para Aragón al tratarse de "un equipamiento decisivo, con un gran impacto en el sistema de I+D+i de toda la comunidad autónoma".

"Ambas tecnologías se complementan perfectamente. La inspección y verificación de las piezas obtenidas por fabricación aditiva, en muchos casos, debido a su complejidad, solo puede realizarse mediante la tomografía computarizada y desde nuestro campus vamos a ofrecer estas posibilidades técnicas a todas aquellas centros y empresas que lo necesiten", ha añadido.

Tras el encuentro, se ha realizado una visita al nuevo equipamiento, de la mano de los responsables de dichos equipos, los investigadores José Antonio Albajez, director de División de Servicios Transversales del SAI, y Juan José Aguilar, investigador responsable del equipamiento.

En primer lugar, se ha visitado la impresora 3D metálica por fusión de lecho de polvo (EOS M290), que emplea un láser de alta potencia para fundir y fusionar capas de polvo metálico permitiendo fabricar piezas con diseños y geometrías imposibles de obtener mediante otras tecnologías de fabricación.

A este respecto, Aguilar ha recordado que el término fabricación aditiva o impresión 3D se ha popularizado, al poder obtener rápidamente un prototipo frente a las tecnologías tradicionales de fabricación.

Aplicaciones

"Hay múltiples familias de procesos de fabricación aditiva, pero las relacionadas con materiales metálicos son las de mayor importancia económica. Así, la impresora adquirida por la Universidad de Zaragoza, mediante un láser de alta potencia, funde y fusiona capas de polvo metálico --de menos de 100 metros, más finas que un cabello--, permitiendo fabricar piezas con diseños y geometrías imposibles de obtener mediante otras tecnologías de fabricación", ha agregado.

Entre los principales ejemplos de aplicación, Aguilar ha citado, en el sector biomédico, "la fabricación de implantes y prótesis personalizadas para cada paciente"; en el aeronáutico, "la fabricación de piezas mucho más ligeras pero resistentes que permiten reducir el peso de los aviones"; o la fabricación de moldes que permitan una refrigeración más rápida de las piezas inyectadas, incrementando la productividad del proceso, en el del plástico.

A continuación, se han explicado las principales características del equipo de tomografía computarizada industrial --Zeiss Metrotom 800 225 kV HR--, que mediante rayos X es capaz de capturar imágenes detalladas del interior de objetos sin necesidad de desmontarlos o destruirlos, y fusionarlas para generar una reconstrucción 3D completa.

Esta tecnología permite tanto la realización de tareas de inspección para identificar defectos internos en una amplia variedad de materiales como de verificación dimensional con precisión metrológica.

"De la misma manera que con la tomografía computarizada o tomografía de rayos-X, los médicos son capaces de ver en el interior del cuerpo humano con gran detalle, en el ámbito industrial con esta tecnología vamos a afrontar dos tipos de aplicaciones", ha subrayado el director de División de Servicios Transversales del SAI, José Antonio Albájdez.

"Así, un primer grupo de aplicaciones, similar al ámbito médico, consistiría en poder encontrar defectos dentro del material de una pieza, que de otra manera requerirían destruirla para ver su interior, como si quisiéramos ver el interior de un huevo sin romperlo. Y un segundo grupo de aplicaciones consistiría en poder determinar con precisión todas las superficies del objeto y con ello obtener un fichero que pudiera servir para fabricar un duplicado de la pieza o compararlo con su diseño original e identificar cualquier desviación en sus dimensiones", ha explicado.

En realidad, el uso de esta tecnología en el ámbito industrial es mucho más reciente que en el ámbito sanitario debido a que las prestaciones que había que alcanzar son bastante más exigentes: suele ser necesario medir materiales más densos, como los metales, y con precisiones y resoluciones mucho mayores.

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