Lecitrailer se sube al carro de la industria militar para diversificar el negocio del remolque

La compañía aragonesa se lanza al negocio de la Defensa tras dos años de ensayos y pruebas en la fábrica de Casetas y tras facturar 313 millones en 2024

Varias estructuras metálicas y remolques construidas por la compañía aragonesa, en la fábrica de Casetas.

Varias estructuras metálicas y remolques construidas por la compañía aragonesa, en la fábrica de Casetas. / Lecitrailer

Zaragoza

Lecitrailer, la compañía aragonesa que lidera el sector de los semirremolques en España desde su centro de operaciones en Casetas, abrirá una división enfocada al negocio militar dentro de su estrategia para diversificar la actividad de la empresa. En un contexto geopolítico de alto voltaje en el que las principales potencias mundiales piensan en reforzar el gasto público en Defensa, la dirección de Lecitrailer se lanzó hace dos años a estudiar el mercado para comprobar si podrían aportar sus soluciones a la pujante industria militar. El trabajo ha dado sus frutos y la compañía fabrica desde hace unos meses remolques y semirremolques especializados en usos militares aplicando su modelo de fabricación bajo pedido, así como la carrocería de vehículos a motor adaptada a necesidades específicas y plataformas y estructuras metálicas para aplicaciones militares.

El negocio se dirigirá a través de una filial que comenzó a operar el pasado 20 de enero, Lecitrailer Defensa SL, formada por personal con dilatada experiencia en el sector de la Defensa. «A lo largo de este período, hemos incorporado personal altamente cualificado al equipo y desarrollado nuevos productos, los cuales han sido sometidos a pruebas y certificados», explican desde la empresa a este diario. Los equipos se continuarán fabricando en las instalaciones de Casetas, donde trabajan en torno mil empleados, y se han desarrollado nuevos productos tras unas inversiones –que la compañía prefiere no cuantificar– centradas en equipos de prueba y ensayos.

Apuntan, además, que han diseñado y desarrollado un proceso constructivo innovador para refugios bélicos destinados a la integración de sistemas de mando y control, radar y guerra electrónica, que ofrecen una elevada ratio entre peso y resistencia. Están preparados para integrar sistemas NRBQ (defensa nuclear, radiológica, biológica y química) para la protección de los operadores ante cualquier amenaza en el exterior.

Un refugio con protección NBQ construido por Lecitrailer.

Un refugio con protección NBQ construido por Lecitrailer. / Lecitrailer

Lecitrailer quiere diversificar su negocio a través de un plan estratégico con el que buscan ampliar su presencia en distintos sectores y actividades dentro de su amplia experiencia en el sector de los semirremolques. La compañía aragonesa mantuvo en 2024 su liderazgo en el mercado nacional con una cuota de mercado del 24,8%, seguido muy de cerca por Schmitz Cargobull (23,4%), la fabricante que tiene su base de operaciones en Figueruelas. 

El gigante con sede en Casetas facturó el año pasado 313 millones de euros, lo que supone una caída respecto al año previo tras descender también en el volumen de unidades ensambladas, 7.537, un 11% menos que en 2023. Estas cifras se explican por el enfriamiento del mercado europeo, muy importante para la corporación, dado que exporta el 52% de su producción y es la tercera marca del mercado en Francia y la segunda en Portugal, además de tener presencia destacada en Italia, Reino Unido, Bélgica, Dinamarca o Países Bajos.

Sea como fuere, la posición de liderazgo que ostenta Lecitrailer permite a la compañía reinvertir los beneficios en abrir nuevas líneas de negocio o en innovación. El año pasado, la sociedad invirtió casi nueve millones de euros en un nuevo robot de soldadura y una nueva estación de corte por láser de fibra. 

La apuesta de Lecitrailer por el sector de la Defensa llega justo antes de la presentación del hub que quiere impulsar el Gobierno de Aragón, cuya presentación estaba prevista hoy, aunque se ha postergado sine die por motivos de agenda. Aún así, en los últimos meses se han conocido inversiones como la de Instalaza, la empresa armamentística aragonesa, que inyectará 52 millones de euros en una nueva fábrica en el antiguo polvorín de Cadrete, o la de Escribano, que prevé invertir 15 millones de euros en Binéfar en la planta donde desarrollan tecnología robótica aplicada a peraciones policiales y militares. n

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