Así es el pueblo de Aragón que parece un museo vivo de la Edad Media: tiene una muralla medieval de más de 4 kilómetros

Con multitud de leyendas increíbles, este pueblo de la provincia de Zaragoza esconde entre sus murallas secretos curiosísimos que merece la pena descubrir

Así es el pueblo de Aragón que parece un museo vivo de la Edad Media.

PI STUDIO

Paula R. Insunza

Sinceramente, ¿qué haríamos nosotros sin los pueblos aragoneses? Cada pueblo tiene una historia que, afirmándolo con creces, da forma al Aragón que conocemos hoy. Tristemente, algunos de ellos se acaban perdiendo y la despoblación acaba ganando en esta injusta partida. Pero todavía hay esperanza, y muchos pueblos ponen en marcha medidas contra la fuga de habitantes que salvan su historia.  

En concreto, hay un pueblo de Zaragoza que más que olvidado parece estar muy vivo, tanto que aseguran ser un museo medieval al aire libr. Con tal premisa, ¿cómo no vamos a querer saber todos sus secretos? Su historia fluctúa entre ocas, fuentes, murallas y la aparición de la Virgen María. ¿Quieres saber de qué pueblo estoy hablando? Pues acompáñame para poder descubrir juntos las mil y una maravillas que ofrece Daroca, un auténtico pueblo de leyenda.

Descubre este precioso pueblo, que tiene una historia única.

Descubre este precioso pueblo, que tiene una historia única. / Istock / José Miguel Sánchez

La leyenda de un pueblo medieval único

Viajamos hoy hasta Daroca, un municipio zaragozano situado en el mismísimo valle del Jiloca. A ambos lados del pueblo encontramos los cerros San Jorge y San Cristóbal, lo que le protege y le da una posición única como puesto defensivo. Porque ya sabemos perfectamente que los pueblos de Aragón fueron enclaves únicos en las antiguas guerras.  

La primera referencia que encontramos de este lugar en la documentación es en el año 837, cuando aparece nombrado como una ciudad de bastante importancia de al-Ándalus, en la que se encontraba la familia de los Banu al-Muhayir. Pasarían 400 años hasta que cayese en manos de Alfonso I de Aragón. 

Vista superior de los antiguos edificios de piedra que forman la ciudad monumental de Daroca, Zaragoza.

Vista superior de los antiguos edificios de piedra que forman la ciudad monumental de Daroca, Zaragoza. / Istock / José Miguel Sánchez

De aquí viene la primera leyenda de Daroca: al poco de la conquista de Alfonso I, se planeó la recuperación de la ciudad por parte de los musulmanes. Aprovecharon la noche para intentar hacer un asalto a la ciudad con los guardias dormidos. A punto estaban de atacar Daroca, cuando unas ocas comenzaron a graznar despertando a los centilas. Estos animales evitaron el terrible enfrentamiento, y así es como desde entonces podemos ver seis ocas en el escudo de Daroca, además de su nombre, que cambio de Calat-Darawca a Daroca.  

Estrecho callejón de casas de piedra que conduce a la zona monumental de la ciudad de Daroca, Zaragoza.

Estrecho callejón de casas de piedra que conduce a la zona monumental de la ciudad de Daroca, Zaragoza. / Istock / José Miguel Sánchez

Otra de las leyendas conocidas en este pueblo es la que precede a la creación de la ermita de Nazaret, una preciosa ermita enclaustrada en una gruta que puede presumir de tener una belleza única. Se dice que la Virgen María se le apareció aquí a una joven a la que pidió que hiciese esta Ermita. Hoy en día la Ermita de Nazaret es uno de los edificios más importantes y místicos de la localidad.

Lo que tienes que ver sí o sí en tu viaje a Daroca

Nombrada hace ya 57 años como Conjunto Histórico Artístico, Daroca es un municipio que esconde un gran valor patrimonial entre sus murallas y que no puedes dejar de visitar si estás por la provincia de Zaragoza. Entre sus muchos monumentos deberás dedicar algo de tiempo a la Basílica de Santa María de los Sagrados Corporales, una iglesia de estilo románico que destaca por atesorar en su interior un retablo jubé con un valor artístico único. Sus iglesias de San Juan Bautista, San Miguel de Arcángel y Santo Domingo de Silos merecen también mención especial y son una visita obligada.

Basílica de Santa María de los Sagrados Corporales.

Basílica de Santa María de los Sagrados Corporales. / Istock / Jose Miguel Sanchez

Sin embargo, hay un elemento del municipio de Daroca que devuelve a épocas pasadas y hace sentir que realmente estamos en un "museo vivo". Se trata sin duda de la fuente de los veinte caños. ¿Dónde se realizaba la mayor parte de la vida en la antigüedad? Pues en las fuentes de los pueblos, sobre todo cuando eran tan grandes como est. Las mujeres se reunían aquí para charlar, lavar o cotillear mientras dejaban a los niños correr por la plaza para que no molestasen. 

Un auténtico sello de los pueblos españoles que es indispensable atesorar y seguir cuidando para no perderlo. Esta fuente con veinte caños, de ahí su nombre, es una de las pocas fuentes monumentales conservadas en Aragón, algo que ya comentaba al principio del artículo: hay que valorar los elementos que nos llevaron hasta lo que somos hoy, o no sabremos cuál es nuestra esencia. 

Fuente de Veinte Caños de Daroca, en Zaragoza.

Fuente de Veinte Caños de Daroca, en Zaragoza. / Istock / María Sonia Salvador Verdugo

La leyenda de la "morica" que vaga por el castillo de Daroca

No podemos irnos de Daroca sin hablar por supuesto de su muralla y su Castillo Mayor. Las murallas de Daroca rodeaban la ciudad y discurrían también por los montes y campos cercanos. Con 4 kilómetros de longitud y más de 100 torreones, era en antaño una de las más grandes de España. Coronando la muralla tenemos el Castillo Mayor, al que por cierto no le falta leyenda, como al resto del pueblo, es conocido también como el 'castillo de la Morica Encantada'.

El último gobernante musulmán de Daroca mandó traer a una preciosa "morica" del desierto para convertirla en su esposa. Ella, forzada y como era de esperar en contra del matrimonio, encontró el amor en un cristiano muy apuesto que había sido encarcelado en el castillo. Un criado, bastante cotilla por cierto, contó el amorío al gobernante musulmán, que mandó la decapitación inmediata de la muchacha. Desde entonces por las noches se escucha el lamento de la pobre morica que vaga por el castillo en busca de su amor. 

El pueblo de Daroca, con el Castillo Mayor en lo alto y la muralla, en la provincia de Zaragoza.

El pueblo de Daroca, con el Castillo Mayor en lo alto y la muralla, en la provincia de Zaragoza. / Istock / curtoicurto

Da casi para un libro, ¿no? Y eso que me he dejado bastantes historias más en el bolsillo. Pero eso ya te dejo que lo descubras tú, en tu visita a Daroca, que sé que después de leer este artículo te la has marcado en la lista de pueblos que ver este 2025. Ten cuidado, la leyenda de Daroca atrapa a todo aquel que lo visita. 

Tracking Pixel Contents