Aragón creará 25 empleos al día en 2025 y 2026 pero crecerá menos que España
El BBVA prevé un incremento del PIB de la comunidad del 2,3% para este año y del 1,7% para el próximo, una décima menos que la media del conjunto del país

Marta Alonso, directora territorial BBVA Norte, y Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research. / Servicio especial
La economía aragonesa progresa adecuadamente en sus grandes magnitudes y la previsión es que mantenga una inercia positiva en los dos próximos años, aunque a un ritmo de crecimiento algo menor por la persistencia de ciertos riesgos. El mercado laboral seguirá también dando alegrías, con la previsión de que se creen entre 17.000 y 18.000 nuevos empleos entre 2025 y 2026, es decir, a una media de unos 25 por día. En paralelo, la tasa de paro rondará el 8% en este periodo, un nivel similar al actual (7,6% al cierre de 2024).
Así lo recoge el informe Situación Aragón 2025 elaborado por BBVA Research, que ha sido presentado este miércoles en la Cámara de Zaragoza por Miguel Cardoso, economista jefe del servicio de estudios del banco para España, y Marta Alonso, directora territorial Norte de la entidad financiera.
El crecimiento estimado del PIB de la comunidad autónoma en 2024 podría haber alcanzado el 3%, dos décimas menos que la media española (3,2%), pero por encima del crecimiento promedio entre 1995 y 2029 (1,8%) y casi tres veces superior al de la eurozona (0,8%).
Hacia delante, BBVA Research prevé que el PIB aragonés aumente un 2,2% en 2025 y un 1,8% en 2026, una décima menos en ambos casos que el conjunto del país. Se trata de unas estimaciones prudentes al no contabilizar el impacto de las inversiones empresariales anunciadas en la comunidad, que el pasado año alcanzaron los 40.000 millones de euros, 30.000 de ellos en centros de datos.
"Tratamos de ser cautos cuando se trata de anuncios de inversión privada, pero si se van cumpliendo el sesgo de las previsiones puede ser al alza", precisó Cardoso, que atribuyó el menor crecimiento relativo de Aragón a que su población está creciendo por debajo de la media española, lo que aportará, eso sí, "ganancias de productividad".
Riqueza por habitante
De cumplirse estas previsiones del BBVA, en 2026 la riqueza regional sería un 9% superior al de 2019, mientras que el aumento del PIB per cápita sería de cinco puntos porcentuales, lo que mejoraría su posición relativa en el contexto nacional al situarse un 8,5% por encima de la media española frente al 7,7% del año previo a la pandemia.
El crecimiento de la economía aragonesa ha mostrado un gran dinamismo en 2024, impulsado por el buen comportamiento de la demanda interna, particularmente del consumo privado, y del turismo. Hacia delante, se espera una desaceleración debido a la débil recuperación en Europa, las incertidumbres en el sector exterior derivadas de los cambios en las políticas arancelarias a nivel global, y el inicio de la aplicación de las reglas fiscales en la eurozona. En todo caso, hay un sesgo al alza sobre estas previsiones si continúa la fortaleza de la demanda interna en España.
El entorno urbano tira del empleo
Tras el fuerte empuje de la afiliación en 2023, casi generalizado pero dominado por servicios públicos y comercio, en 2024 estos mismos sectores continúan liderando el dinamismo del empleo. Únicamente la hostelería y la agricultura muestran una desaceleración, mientras que las manufacturas, los servicios públicos y el comercio mantienen su fortaleza.
El empleo se mantuvo dinámico en Zaragoza capital, impulsado por los servicios, y en las áreas urbanas de Huesca y Teruel. Esto se vio favorecido por el aumento de la población activa de origen extranjero, pero también por el dinamismo en la contratación de nacionales.
Los datos de enero (+0,1% m/m CVEC) apuntan a que la desaceleración del empleo observada en el segundo semestre de 2024 continúa en el inicio de este año.
El pinchazo del automóvil
Las exportaciones en Aragón continúan mostrando una evolución dispar entre bienes y servicios. Estas últimas continúan creciendo con fuerza, impulsadas por el aumento del gasto de los extranjeros, reflejado en un incremento del 5,6% en las pernoctaciones de turistas internacionales respecto a 2019 (8,2% en España), mientras que las de residentes nacionales crecieron un 1,6%, superando el incremento del 0,2% en España.
Sin embargo, las exportaciones de bienes, tras aumentar un 8% en 2023 (-1% en España), se contrajeron un 3,6% en 2024, arrastradas por el retroceso del sector del automóvil (-18% en 2024, tras crecer un 37% en 2023).
Aunque en términos nominales las exportaciones de bienes superan en un 25% el nivel de 2019 (+32% en España), en términos reales aún se sitúan un 5,3% por debajo del nivel prepandemia (-1,9% en España).
Tras dos años de fuerte crecimiento, impulsada por los bienes de equipo y el material de transporte, la industria aragonesa desaceleró su crecimiento en 2024. Aun así, el incremento del 1,2% registrado el año pasado superó el estancamiento que refleja el Índice de Producción Industrial (IPI) en España (-0,1%). En todo caso, la tendencia a lo largo del año muestra una desaceleración progresiva: el material de transporte, que había crecido un 5,3% en el segundo semestre de 2023, redujo su avance al 2,1% en el primer semestre de 2024 y terminó contrayéndose un 4% en la segunda mitad del año.
Mejora del poder adquisitivo
La recuperación continuará en 2025 y 2026, aunque a menor ritmo. Este avance se verá respaldado por la contención de los costes energéticos y de los precios de la alimentación, que mantendrán la inflación, tanto general como subyacente, por debajo del 3% en media anual en Aragón y en España. En la comunidad, un 47% de los productos de la cesta de consumo tuvieron una inflación menor del 2% (32% en España) en el cuarto trimestre, aunque un 20% de la cesta de consumo registró una inflación superior al 8% (11% en España).
Este entorno de estabilidad de precios favorecerá una mejora del poder adquisitivo de los salarios y permitirá que la reducción de los tipos de interés continúe, impulsando el consumo y la inversión. Tras una reducción significativa de la cuota hipotecaria en el último año, se espera que el esfuerzo continúe corrigiéndose hasta 2026, aunque con un impulso menor debido a bajadas de tipos menos intensas en 2025 y 2026 en comparación con 2024.
El impacto de esta corrección variará según factores como el nivel de renta y el precio de la vivienda, lo que mantendrá una evolución heterogénea entre regiones. En este contexto, y con datos hasta el mes de noviembre, se prevé que en Aragón los visados se incrementen en 2024 en torno al 25%, por 26, febrero, 2025 encima de lo esperado para el conjunto de España (18%).
Pese a todo, el aumento de los visados para vivienda nueva sigue siendo insuficiente para satisfacer las necesidades de vivienda en la región. Entre 2021 y 2026 se prevé que las viviendas terminadas sean equivalentes sólo al 40% de los hogares que se formarán en Aragón en el mismo periodo.
Por su parte, la inversión en construcción no residencial (en otros edificios y construcciones) empieza a responder a la aceleración observada en la licitación de obras y a la velocidad de crucero de los fondos del PRT,, pero en Aragón el impulso de estas obras está siendo más progresivo.
Por lo tanto, es probable que en 2025 la inversión mantenga cierto dinamismo y contribuyan positivamente a dinamizar la actividad.
Retos para la economía aragonesa
Según BBVA Research, es fundamental avanzar en políticas que incentiven la inversión, generen certidumbre y alivien la escasez de capital humano. La industria enfrenta una elevada incertidumbre debido al incremento en los costes energéticos, los problemas estructurales del sector del automóvil y el estancamiento de la demanda europea, especialmente en Alemania y Francia.
Además, el riesgo de un aumento en los aranceles por parte de EEUU añade presión a un sector ya afectado por estos factores. La falta de inversión, particularmente en el mercado de la vivienda, representa un obstáculo para el crecimiento, sobre todo en las zonas urbanas, donde la oferta insuficiente limita el desarrollo económico.
A esto se suma el incremento de los costes laborales, que podría ralentizar la creación de empleo. El envejecimiento de la población reduce la participación en el mercado laboral y aumenta la dependencia de la inmigración, que en Aragón llega en menor medida que a otros territorios y se concentra en sectores de baja productividad.
Por otro lado, el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), junto con el incremento de las cotizaciones a la Seguridad Social y de otros costes no laborales, podría representar un riesgo si no se acompaña de mejoras en la productividad. Este desafío se intensifica con los cambios en la jornada laboral, que afectan especialmente a las pequeñas empresas.
Además, el envejecimiento de la población podría frenar el crecimiento del consumo, mientras que la consolidación fiscal en España, en paralelo a la de otros países como Francia e Italia, añade incertidumbre. Aunque las finanzas autonómicas están en una mejor posición para afrontar este reto, aún no está claro cuál será su contribución a este esfuerzo.
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