Los agricultores independientes vuelven a Zaragoza por el futuro del sector con una manifestación improvisada

Un año después de los sucesos en La Aljafería, con un millar de profesionales reclamando el fin de los acuerdos con terceros países y atacando a las políticas europeas, representantes del campo regresan a la capital aragonesa

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Zaragoza

Los agricultores independientes aragoneses volvieron a las calles de Zaragoza. Un millar de profesionales del sector primario regresaron a la capital aragonesa, bajo las siglas de Unaspi y AEGA, para reclamar un futuro mejor para el sector, con la improvisación en la movilización como nota descriptiva. Tan solo Vox atendió a la llamada de los agricultores independientes, unas horas después de votar en contra de una moción para crear una comisión especial para abordar en las Cortes el porvenir de la agricultura y la ganadería.

La jornada comenzó tranquila y, sobre todo, con mucha preparación. Un potente dispositivo policial blindó el palacio de La Aljafería, donde se celebraba sesión plenaria, para evitar que el episodio del tractor atravesando el puente del foso de la casa de las Cortes de Aragón se volviesen a repetir. Decenas de efectivos policiales, tocineras y coches cruzados en cada uno de los accesos y la puerta principal cerrada daban una imagen de la movilización de recursos que también se había efectuado por parte de la Policía. 

Fuerte dispositivo policial durante la protesta de los agricultores.

Fuerte dispositivo policial durante la protesta de los agricultores. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

La jornada comenzaba tranquila, con una concentración en la calle Diputados, frente al palacio. Encuentro entre los cientos de agricultores que fueron llegando. Muchos de municipios aragoneses, pero también una nutrida representación de la Comunidad Valenciana, Navarra o Castilla y León, para unir fuerzas en una lucha que, según relataban los presentes, es «de toda la sociedad».

La lectura de manifiestos y declaraciones ante los medios de comunicación remarcó las potentes críticas a la Agenda 2030, el rechazo a las políticas europeas para el sector primario y la petición de eliminar los tratados con terceros países, en especial el recién firmado Mercosur.

La lectura de los manifiestos fue el pistoletazo de salida a un día cargado de naranjas, botas de vino, queso, chorizo, pan y alguna cerveza, lo que mostró lo camaradería entre los cientos de participantes en la movilización. Una concentración controlada, hasta que los líderes de esta llamaron a reeditar el «rodear el Congreso» con un «rodear La Aljafería». 

Los participantes abandonaron la calle de los Diputados en busca de las otras entradas al palacio. Espontáneamente, como siempre en este movimiento, varios manifestantes cortaron la Avenida de Madrid. A partir de ahí, la improvisación. «Si el policía va para un lado, nosotros para otro», bromeaban en los grupos, donde se aseguraba que la tarea era «dar por el culo». Desde ahí, tras cortar la rotonda de la Ciudadanía durante un buen rato, una vuelta por la ciudad. Paseo María Agustín hasta la plaza Paraíso, con el tranvía y el tráfico cortados en pleno centro de Zaragoza. Continuó la marcha por Gran Vía hasta la confluencia con la avenida Goya, completando el regreso hacia La Aljafería pasada la esperada hora de comer, donde los ánimos se disiparon y la concentración encontró su final.

Los discursos de la movilización

«Las políticas verdes nos llevan a la ruina», afirmó Paco Latorre, portavoz de AEGA, que lamentó «la competencia desleal» de los productos de otros países que podrán entrar en la UE gracias al último acuerdo firmado.

A nivel nacional, Miguel Ángel Aguilera, coordinador de Unaspi, recuperó la breve historia de la organización y lamentó que en este año «no se ha conseguido nada», aunque pudo celebrar «la consolidación de asociaciones en todas las provincias» y que, gracias a un acuerdo con Vox, sus peticiones serán escuchadas en Bruselas: «Vamos a poder trasladar el mensaje».

José Ramón Pous, presidente de la valenciana Adaribera, agradeció la colaboración de los independientes aragoneses durante la Dana, ya que donaron miles de euros para la recuperación de la zona tras el desastre natural. Pous criticó que los pactos políticos «pretenden aniquilar la soberanía alimentaria» del país.

Desde Navarra, Semilla y Bellarra recordó que el campo «no lucha por los puestos de trabajo, sino por la alimentación de todos los europeos». Agrygal, venidos desde Castilla y León, animó al sector a «estar más unido que nunca».

A la vuelta de la particular tournée de los agricultores por el centro de Zaragoza, tres diputados de Vox, encabezados por el exvicepresidente autonómico Alejandro Nolasco, tuvieron un breve encuentro con los espontáneos. Nolasco, Fermín Civiac y Santiago Morón salieron de los muros de La Aljafería e intercambiaron impresiones con los profesionales del campo, que también les criticaron algunas acciones de la ultraderecha a nivel europeo.

Los tres ultraderechistas presumieron de las acciones de su partido, como el rechazo al pacto verde europeo o a la Agenda 2030, y tomaron un manifiesto de los agricultores, que prometieron llevar a las Cortes. La ultraderecha ocultó su voto en contra a la creación de una comisión especial por el campo y olvidó mencionar su apoyo a Trump, que confirmó el miércoles sus aranceles a los productos europeos

Tracking Pixel Contents