La ‘fiebre’ por la videovigilancia blinda Aragón: estas son las cámaras instaladas de norte a sur

Los municipios de la comunidad duplican los dispositivos en los dos últimos dos años y se extienden hasta 111 poblaciones

Una de las cámaras de videovigilancia instaladas en el barrio zaragozano de Delicias.

Una de las cámaras de videovigilancia instaladas en el barrio zaragozano de Delicias. / Miguel Ángel Gracia

Zaragoza

Hace ya cinco años que Ricla y Los Fayos se estrenaron en Aragón con la implantación de cámaras de videovigilancia en sus calles. Por entonces, entre ambos municipios zaragozanos apenas superaban la decena de dispositivos sin que nadie pudiera llegar a imaginar el boom que han experimentado a lo largo de los últimos años hasta contabilizar más de 1.400 cámaras repartidas entre 111 municipios de las tres provincias. Se trata de la respuesta que han brindado los ayuntamientos de las pequeñas poblaciones a la falta de guardias civiles en el medio rural. También llama poderosamente la atención los datos que maneja el área metropolitana de Zaragoza a razón de los aparatos con los que cuenta Utebo (53), Zuera (52), La Puebla de Alfindén (46), La Muela (34) o Cadrete (22). En cualquier caso, grandes, medianos y pequeños municipios han contribuido a duplicar las cifras a razón de las casi 600 cámaras instaladas en 2023 y las 1.451 de ahora.

O lo que es lo mismo: solo los datos de la provincia de Zaragoza (792) superan con creces los guarismos que sumaban las tres provincias en 2023 (575). Precisamente, uno de los municipios que ha impulsado y consolidado este proyecto es La Puebla de Alfindén, tal y como recuerda su alcaldesa, Pilar Villanueva (PP), al detallar que las cámaras se instalaron en el polígono industrial a lo largo de una primera fase a la que luego se sumó una segunda en el parque, en los equipamientos infantiles y en las entradas y en las salidas del pueblo. «Todo empezó porque había robos en las naves, también de cobre en las arquetas de la luz, y porque la Guardia Civil del cuartel de Alfajarín no tiene efectivos para cubrir toda la zona. Funcionan perfectamente y algo han bajado los delitos», asevera la regidora.

En su caso han seguido los pasos de otros tantos municipios zaragozanos para adherirse a las subvenciones de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y sufragar así la instalación de estos dispositivos, que ya se pueden encontrar en 59 pueblos de la provincia como Caspe (39), Épila (14), Figueruelas (9), Maella (5) o Urrea de Jalón (3). En Huesca constan 32 localidades (515), entre ellas, Monzón (75), Sabiñánigo (35), Igriés (13), Canfranc (10), Siétamo (5) o Sallent de Gállego (2). Y, en Teruel (144), otros 20 municipios, entre ellos, Alcañiz (25), Albalate del Arzobispo (11), Samper de Calanda (4), Calomarde (3) o Beceite (2).

Investigación de asesinatos

Lejos de la capital aragonesa, en la comarca de las Cinco Villas, Ejea de los Caballeros ha blindado sus calles con casi un centenar de aparatos (90) cuyas imágenes son gestionadas por la Policía Local. A ellas se recurrió, por ejemplo, el pasado verano para ayudar a esclarecer el asesinato de Susana L. V. a manos de su exmarido, José Francisco A. S. (España, 1974). Y es que, en un primer momento, el detenido fingió ante la Guardia Civil que tanto él como su exmujer habían sido víctimas de un atraco en la tienda de decoración que regentaba la mujer. Pero el análisis de las cámaras reveló que ningún encapuchado accedió armado al citado establecimiento ni tampoco nadie lo abandonó apresurado.

Buena fe de ello da también el jefe de la Policía Local de La Almunia de Doña Godina, el oficial Pedro Barcelona, al recordar varios episodios en los que las cámaras han facilitado la investigación y el esclarecimiento de ciertos episodios delictivos. Gracias a estas imágenes se logró «sacar» los rostros de los ladrones y la matrícula del coche en el que huyeron los cacos tras hurtar 900 euros a un anciano que sacaba dinero en un cajero de la plaza España. También resolvieron otro hurto en un comercio después de que obtuvieran, «en tan solo 15 minutos», la matrícula de un coche que los amigos de lo ajeno habían robado en Navarra. Y, durante las Fiestas de San Sebastián, no se tuvo ninguna duda de la forma en la que actuó un repartidor de cerveza que amenazó con una barra de hierro al organizador de la discomóvil.

Y, con todo ello, las ventajas son claras en materia de seguridad ciudadana. «Es una reclamación vecinal: todos los años entran solicitudes de vecinos que quieren poner cámaras en sus calles porque les aportan tranquilidad. Hemos esclarecido muchos delitos que hubieran quedado impunes. El futuro de la seguridad es más policías y videovigilancia en el medio rural y, junto a la táser, las cámaras son el mayor avance que hemos tenido en los últimos años», concluye Barcelona. Así lo reflejan los números y la voluntad de los alcaldes aragoneses.

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