La reconversión de Plaza Imperial: del 'apocalipsis retail' a la resurrección

El complejo comercial de la carretera de Madrid renace de sus cenizas tras el cierre total de la galería de tiendas en 2022

Vista exterior de la entrada a la galería comercial de Plaza Imperial, que se cerró hacer casi ya tres años.

Vista exterior de la entrada a la galería comercial de Plaza Imperial, que se cerró hacer casi ya tres años. / Ángel de Castro

Zaragoza

El apocalipsis retail no ha llegado a Zaragoza. El concepto, acuñado hace unos años en Estados Unidos por el cierre masivo de centros comerciales que provocó el auge de las ventas por internet, parecía cobrar sentido en Plaza Imperial. Tras una lenta agonía, el proyecto tocó fondo en 2022 con el cierre total de la galería de tiendas, sobre la que pesaba incluso la amenaza de derribo en busca de nuevos usos para los suelos. La suerte ha cambiado para este complejo, que cuenta ahora con un potente plan de inversión para reposicionarse en el mercado. Un giro con el que se trata de recuperar el esplendor de los inicios con un nuevo concepto.

Han pasado casi 17 años desde que se puso en marcha la primera fase del espacio de compras y ocio impulsado al calor de la pujante Plataforma Logística de Zaragoza. Abrió a bombo y platillo en los tiempos de vino y rosas previos al pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Las cifras de los comienzos eran faraónica: 132.000 metros cuadrados de superficie comercial, una galería de 170 locales, 4.000 plazas de aparcamiento y 5.000 empleos. La inversión ascendió a 325 millones de euros, de los que 230 los puso el promotor de las instalaciones.

Hasta un monorraíl en los inicios

En ese momento era el mayor centro comercial de la ciudad y hasta contaba con un monorraíl que unía la galería comercial y el parque de medianas superficies. La alegría duró poco tiempo. El declive no tardó en llegar. Primero, por los estragos de la crisis económica de por entonces y, después, por la dura competencia que supuso la apertura completa de Puerto Venecia en 2012, que le arrebató algunos de sus principales inquilinos.

Los cierres de tiendas fueron una constante a lo largo de los años conforme se fueron apagando sus iconos comerciales, como el hipermercado Eroski o Primark. El naufragio de Plaza Imperial fue un calvario para los inversores vascos (Procom y Eroski) que lo promovieron, un fiasco económico cuyo único bálsamo fue una sentencia del Tribunal Supremo, que en 2024 obligó al Banco de Irlanda a pagarles 103 millones por incumplir un acuerdo de compra del complejo. 

Inversión y nuevo modelo

El centro acabó siendo vendido en 2018 a la firma madrileña Inversiones Carney, que se lo quedó por apenas 15 millones, el 6,5% de lo que costó levantarlo. La puntilla le llegó en 2020, con la irrupción de La Torre Outlet, que también le robó buena parte de los comercios más insignes que le quedaban como Verdecora, Decathlon o Fifty. La crisis fue tal que en 2022 se produjo el cierre total de la galería de tiendas. A pesar de todo, el proyecto se mantuvo a flote gracias al parque de medianas, de 56.000 metros cuadrados, que ha mantenido una ocupación de más del 90%.

El exitoso desembarco del hipermercado Costco hace seis meses ha dado la vuelta a la situación. La llegada de la locomotora estadounidense ha animado a los propietarios a impulsar una reconversión del complejo, que pasará a llamarse Plaza Park. El proyecto contempla una inversión de 56 millones con el objetivo de reposicionar el complejo. Parte de la antigua galería comercial se demolerá para construir otro parque de medianas superficies, un modelo en auge en el sector. La estructura de las salas de cine y el área de restauración se mantendrá. Renovarse o morir.

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