Dolores Pascual, directora general del Agua: "No se contempla un escenario en el que no se haga Yesa"

María Dolores Pascual, directora general del Agua del Ministerio de Transición Ecológica, este jueves en las instalaciones de la Feria de Zaragoza. / Laura Trives
Nacida en Huesca en 1968, María Dolores Pascual está al frente de la política hidráulica de España desde enero de 2024. Hasta entonces, fue la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), la primera mujer en liderar el casi centenario organismo. Estuvo al mando del gestor de la cuenca durante la elaboración del plan hidrológico vigente entre 2021 y 2027. Pertenece al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Participó esta semana en varias ponencias en el Salón Internacional del Agua y del Riego (Smagua), en la Feria de Zaragoza.
PREGUNTA (P): ¿Cómo están viviendo el temporal de lluvias después del desastre en Valencia?
RESPUESTA (R): Tenemos un nuevo episodio de lluvias abundantes en la cuenca del Júcar, del Segura, la margen derecha del Ebro y una pequeña parte del Tajo. Mantenemos una coordinación constante con las Confederaciones, que han gestionado sus infraestructuras a través de embalses preventivos para acoger algunos caudales importantes. En general, se está gestionando con normalidad.
(P): Lo mencionó en su ponencia: hay que trabajar en estar muy prevenidos ante futuras avenidas.
(R): El cambio climático, por las características específicas del Mediterráneo, hace que las danas se produzcan cada vez con más frecuencia y que sus consecuencias sean cada vez más importantes. Hay que hacer una política de prevención, algo en lo que se trabaja desde hace años, para que la próxima avenida siempre nos encuentre mejor preparados de lo que estamos en la actualidad. Hay directivas comunitarias de prevención de inundaciones traspuestas al derecho español que estamos aplicando y que pasan por tener sistemas automáticos de información hidrológica con mayor capacidad predictiva, sistemas de alerta temprana y una línea muy relevante asociada a cartografía de zonas inundables. En los próximos planes hidrológicos se incluirán anejos de medidas en este sentido para las distintas demarcaciones con el objetivo de que sean una hoja de ruta para que todas las Administraciones públicas para mejorar.
(P): La CHE, de la que usted era presidenta hasta hace dos años, propone recortar las dotaciones de riego a los grandes sistemas. ¿Es un camino de no regreso?
(R): No se trata de recortar suministros. Dentro de la planificación están las dotaciones objetivo, que se incluyeron en el plan de 1998 con arreglo a unos estudios de 1993. La realidad del regadío de entonces no se corresponde con la del año 2028 o 2033, por lo que tenemos que revisar los metros cúbicos por hectárea y año en función de cada cultivo. Lo hemos ido haciendo en las distintas cuencas, pero en la del Ebro todavía no se había revisado esta cuestión. Teniendo en cuenta que la mayor parte de los sistemas se ha modernizado y que la realidad del sector es diferente, parece lógico que la nueva planificación incorpore esa nueva realidad para casar las demanas y los recursos. Y hoy, afortunadamente, hay muchos sistemas de riego en la cuenca que no necesitan esas dotaciones.
(P): Los regantes aluden a que el problema está precisamente en los regadíos con sistemas tradicionales.
(R): Creo que el malestar se ha producido en ese caso, sí. Pero también creo que, como en todo, hay que trabajar en base a un objetivo y que por supuesto debemos tener en cuenta la realidad social de los regadíos tradicionales. Será un objetivo a corto, medio o largo plazo, y esos regadíos tendrán que intentar llegar a él a través de un plan de adaptación. Las propuestas que se están haciendo están por debajo de los consumos medios actuales. Y me consta que uno de los elementos fundamentales se basa en los consumos de los últimos años. Insisto: si revisamos el plan, ¿por qué no nos adaptamos a la nueva realidad?
(P): Usted, que tiene la perspectiva global, podrá decirnos si las dotaciones en la cuenca del Ebro son superiores o inferiores a las de otras cuencas.
(R): (Asiente). Las del Ebro son altas, más altas. Depende mucho de la disponibilidad del recursos, de la altitud o de la temperatura, pero comparativamente son altas. Eso no quiere decir que haya que hacer una dotación media para toda España: no tienen nada que ver los cultivos del Duero con los del Levante. La agricultura debe hacer un esfuerzo como lo están haciendo todos los sectores económicos, desde el abastecimiento a la industria o la ganadería. Y creo que hay una cierta imagen de marca con respecto a los productos agropecuarios españoles, que son de muy alta calidad, y esa sostenibilidad en la utilización de los recursos naturales es un elemento muy relevante.

Pascual, en un momento de la entrevista, esta semana en las instalaciones de la Feria de Zaragoza. / Laura Trives
(P): Estos dos asuntos de los que hemos hablado llevan inequívocamente a la regulación. Cuando se acaben las cinco obras pendientes en la cuenca del Ebro (Yesa, Mularroya, Almudévar, Santolea y San Pedro Manrique), la capacidad de almacenamiento será del 60%, pero los regantes insisten en que necesitan más.
(R): Un 60% para el Ebro es una cantidad considerable y suficiente. La realidad de la cuenca del Ebro es diferente a la de otras cuencas, que tienen embalses con capacidad hiperanual porque sus ríos no son capaces de llenarlos todos los años. Son cuencas con su regulación hecha desde hace tiempo pero creo que tienen cierto desequilibrio entre su capacidad de regulación y otros usos del río. Siempre he dicho que el Ebro está en una muy buena situación para llegar a un equilibrio de demandas y de conservación de los hábitats y ecosistemas acuáticos. Si el recurso solo se entiende desde el punto de vista económico nos encontraremos con que esas masas de agua no se pueden mantener en buen estado. Tenemos que ver qué usos hay en la cuenca y plantear cuáles son las herramientas. Es igual que con el tema de las inundaciones. Cuando hablamos del Ebro Resilience u otro tipo de proyectos tradicionales de defensa de las inundaciones, tenemos que leer el contexto del problema, como si aguas arriba o aguas abajo hay más o menos población. Es evidente que en el Levante no podemos actuar como lo hacemos en el Ebro por la densidad de población que hay. Así que con las piezas que tenemos haremos el puzle.
(P): ¿Se contempla un escenario sin el recrecimiento de Yesa?
(R): No se contempla la posibilidad de no hacer Yesa. Tanto el ministerio como la Confederación ponen a los mejores profesionales a su disposición y trabajan con todo el rigor para la explotación con todas las garantías. Es una obra muy compleja que ha tenido muchas vicisitudes a lo largo de su historia. La modificación número cuatro está a punto de llegar al Consejo de Estado, será en los próximos meses.
(P): ¿Biscarrués es necesario? ¿Tiene algún viso de prosperar?
(R): Tendrá que verse a lo largo de todo el proceso de redacción del nuevo plan hidrológico y entiendo que será uno de los planteamientos de los regantes. Yo entiendo que el embalse de Almudévar y lo que ya está regulado en el Gállego y en el Cinca es suficiente para dar garantía a Riegos del Alto Aragón. Es uno de los mejores sistema de regadío que hay en España, que tiene ante sí grandes retos y lo primero que tiene que hacer es encajar Almudévar en la gestión de su sistema.
(P): Las confederaciones trabajan ya en la elaboración de los planes hidrológicos de cuarto ciclo. ¿Por dónde van a ir los tiros?
(R): Las líneas básicas son el mayor control y rigor en los aprovechamientos, el avance en la implantación de los caudales ecológicos y seguir el camino marcado hasta ahora, porque las políticas erráticas no nos llevan a ningún sitio. Siempre digo que, en el caso del Ebro, el plan hidrológico del tercer ciclo no nos gustó a nadie porque precisamente era el mejor que se podía alcanzar. Se hizo un esfuerzo muy importante por parte de todos para caminar hacia un Ebro sostenible, equilibrado. El agua cambia cada día, y debemos ser flexibles a la hora de hablar de las nuevas necesidades y retos, y por eso lo revisamos cada seis años. No revisamos para cambiar de paradigma.
(P): Hay una creciente demanda para usos industriales.
(R): La cuestión de los centros de datos preocupa porque se están desarrollando por todo el país. La mayor demanda que tienen es energética, más que hídrica, ya que son circuitos cerrados para la refrigeración. En cuanto al hidrógeno verde, puede ser una opción de generación energética pero es muy demandante del agua, habrá que ver cómo se plantean los proyectos y superar todos los procesos administrativos. La principal cuestión está en los lugares donde el recurso hídrico es escaso y está muy comprometido, donde el ministerio plantea apostar por la reutilización y la desalación. Lo primero que tendrán que tener todos los proyectos es un informe de compatibilidad con el plan hidrológico vigente para ver si los recursos existentes se pueden utilizar para estas demandas.
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