La jubilación de 600 profesionales antes de 2027 inquieta al sistema sanitario aragonés

En los últimos dos años se han incorporado al Salud 384 efectivos que no suplen la carencia estructural de facultativos, especialmente en el medio rural

Una intervención sanitaria en Zaragoza.

Una intervención sanitaria en Zaragoza. / Miguel Ángel Gracia

David Chic

David Chic

Zaragoza

La atención sanitaria en Aragón está en el punto de mira, ejemplificada en la gestión del consejero José Luis Bancalero. Los médicos y usuarios se revelan contra su propuesta de modificar las urgencias de tarde en los centros de salud de Zaragoza y en las Cortes de Aragón los partidos de la oposición reclaman su cese. ¿Qué sucede? La respuesta es compleja, pues como el propio departamento reconoce «la atención sanitaria es dispar» en la comunidad y se ve condicionada por la falta de profesionales (un problema que se agravará en los próximos años con un buen paquete de jubilaciones), la alta demanda asistencial lastrada por el envejecimiento de la población y también por la falta de una dotación presupuestaria adecuada. 

Este domingo una manifestación recorrerá el centro de Zaragoza poniendo el acento en los aspectos profesionales, pero al mismo tiempo los usuarios sienten que las listas de espera y la saturación de las urgencias les alejan de una atención adecuada.

El Gobierno de Aragón se enfrenta a una ecuación compleja, con números difíciles de cuadrar. En total, en el Salud trabajan 26.896 profesionales de los que 14.529 entran en la categoría de sanitarios, el grupo en el que se incluyen médicos, enfermería, matronas o fisioterapeutas. El 31 de enero de 2022 esa cifra era de 14.145, esto quiere decir que en los últimos meses han aumentado en 384 contrataciones en sanitarios a pesar del contexto desfavorable. 

A pesar de esta variación al alza, desde la consejería reconocen que hay «un gran déficit de profesionales sanitarios y aunque se quiera contratar no hay candidatos en paro». Esta falta de profesionales afecta a médicos, principalmente, y matronas. 

El problema irá a más en los próximos años, completando un círculo vicioso de difícil solución. Desde el pasado 2024 hasta 2027 cumplen la edad de jubilación 596 médicos que trabajan en Aragón. Por especialidades, de las salidas previstas, 299 son de especialistas de familia, un colectivo ahora en boca de todos por la reorganización del sector que se espera para el área de la capital aragonesa. 

El reemplazo está provocando enormes quebraderos de cabeza en los despachos de la consejería que andan buscando profesionales en todos los territorios. Por eso ven con buenos ojos la muy probable incorporación del grado de Medicina en la Universidad San Jorge el próximo año, aunque el número de licenciados nuevos formados en Aragón que entrarían en el sistema no será suficiente para cubrir las carencias. Y eso sin contar el tiempo de formación que todavía requieren.

En algunos de estos centros de salud cada médico de Atención Primaria tiene más de 1.800 tarjetas sanitarias. La situación es diferente en el ámbito rural, donde llegan a las 200, aunque atendiendo a varias localidades, algunas hasta de nueve habitantes. 

Dentro de los hospitales la situación también es complicada, con centros fuera de Zaragoza en los que cuesta encontrar profesionales. Los últimos datos reflejan que en Atención Hospitalaria hay trabajando 2.770 facultativos especialistas de área. Las especialidades más deficitarias son Otorrinolaringología, Psiquiatría, Cardiología, Radiología, Neurología o Traumatología. Centros como Teruel o Barbastro sufren estas carencias en su día a día. 

El gasto se duplica al atender a la población mayor de 75 años

La financiación y organización de los servicios públicos, como la Sanidad, es más compleja cuando se tiene que atender a una población dispersa y envejecida. Esta es una realidad que condiciona la labor de la atención a los ciudadanos, por pocos que sean. Aragón representa el 10% del territorio de España, y no llegamos al 3% de la población. 

Un foco de problemas en la organización está en la preponderancia de la capital, donde se concentran más de 700.000 vecinos casi de espaldas a un Aragón que posee 731 municipios y más de 500 de ellos tienen menos de 500 habitantes. 

Las estadísticas que manejan desde la consejería de Sanidad para distribuir los servicios también contemplan que en Aragón hay 100 menores de 16 años por cada 154 mayores de 65 años. Esto supone un alto coste en asistencia y en farmacia. El gasto sanitario a partir de los 75 años casi se duplica, recalcan desde el departamento. «El envejecimiento de la población causa una mayor demanda asistencial, pero también la generada tras la pandemia por el miedo a enfermar», detallan.

Esto es algo que sorprende en la Atención Primaria, es decir, la que se presta en los centros de salud sea cual sea el número de habitantes de las poblaciones a las que atienden. 

En Aragón hay 119 centros de salud del Gobierno de Aragón y 875 consultorios de propiedad municipal (Zaragoza 296, Huesca 309 y Teruel 270) donde se desplazan los equipos sanitarios. Los pueblos de entre cien y doscientas personas solo tienen consulta dos veces por semana y en los más pequeños depende de la organización de los equipos. Con todo, desde el departamento defienden que este compromiso se cumple en zonas despobladas como Teruel en un 97%.

Por su parte, cada uno de los ocho sectores sanitarios en los que se estructura Aragón tiene, al menos, un hospital.  

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