El santuario más espectacular de España está en un desconocido pueblo pegado a Aragón

El paisaje de la zona y su gastronomía son otros dos atractivos que invitan a hacer una escapada por este paradero navarro

Panorámica de Ujué

Panorámica de Ujué / Istock / Alexandre Arocas

Lidia Lozano

A pesar de su pequeño tamaño en comparación con otras regiones de España, Navarra esconde un enorme patrimonio natural, cultural y arquitectónico. Tal era la importancia que tenía en sus orígenes que constituía un reino en sí mismo, fundado en el siglo IX como reino de Pamplona. Aunque sus verdaderos inicios como población se remontan al Pleistoceno, hace unos 100.000 años.

No hay que viajar tan atrás en el tiempo para conocer uno de los santuarios más espectaculares de todo el país que, curiosamente, se erige en un pueblo navarro de 172 habitantes (según datos del INE de 2024). A 53 kilómetros de la capital se alza sobre una colina Ujué, con 815 metros sobre el nivel del mar, que gobierna la cordillera pirenaica hasta la ribera del Ebro al norte y el Moncayo al sur. Este pequeño pueblo se encuentra a dos pasos de Las Cinco Villas no muy lejos de Sádaba.

Como todo buen pueblo español que se precie, Ujué cuenta con una leyenda que lo hace aún más interesante de lo que ya resulta por su riqueza histórica y patrimonial. Cuentan los anales del lugar que un pastor se sintió atraído por una paloma que entraba y salía de un agujero mientras cuidaba a su rebaño. El hombre la siguió y halló una imagen de Santa María. Las gentes de los pueblos vecinos creyeron la necesidad de asentarse allí y así fue como nació Ujué.

El santuario más espectacular

En torno a esta historia también se construyó la iglesia-fortaleza de Santa María de Ujué, el precioso santuario que nos atañe. El actual edificio se construyó bajo la orden de Sancho Ramírez sobre una iglesia románica del siglo XI, aunque hay evidencia de que ya existía un templo prerrománico del siglo anterior. Más tarde, Carlos II el Malo ordenó que se derribara parte de las naves y se construyera una gran nave central de estilo gótico.

La iglesia fortificada de Santa María de Ujué

La iglesia fortificada de Santa María de Ujué / Istock / KarSol

También se construyeron bajo su mandato pasos de ronda rodeando la iglesia y torres almenadas que otorgan al conjunto ese aspecto de fortificación que lo hace tan impresionante. Aun así, de la anterior construcción románica se conservó la cabecera en tres tramos con triple ábside semicircular y una torre adherida al muro sur. Allí mismo se abre paso una galería desde donde se observa una preciosa vista de la ribera de Navarra.

Uno de sus elementos más llamativos es la portada gótica, considerada como una de las más ricamente decoradas de toda la provincia: relieves sobre animales, la vida de Jesucristo, la vendimia y una escena de la Última Cena en la que aparecen un gallo, los tres reyes magos y el rey Carlos II vestido de clérigo. Aquella imagen que se dice que encontró el pastor está en el ábside central.

Un pueblo de leyenda

Muy a pesar de los fieles a la leyenda, la imagen fue creada en 1190 y hoy es un ejemplo del arte románico. El mismo monarca que aparece representado en la puerta fue quien mandó cubrirla de plata y colocar a su lado su corazón. En junio de 1936 se declaró Monumento Nacional y todavía hoy se considera como uno de los templos más bellos jamás erigidos en Navarra y también en España.

Calle medieval del pueblo de Ujué

Calle medieval del pueblo de Ujué / Istock / SvetlanaSF

Este es uno de los grandes atractivos de Ujué, pero no el único, pues también cuenta con otros dos pilares: el paisaje de la sierra de Ujué y la gastronomía típica basada en las migas del pastor con receta secreta. Además de otros monumentos como las ruinas de la iglesia de San Miguel del siglo XIII, la ermita de la Blanca de la misma época y la cruz del saludo del siglo XIV.

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