Un pequeño pueblo de Zaragoza, la otra cara de las obras en la línea de tren de Teruel: "Nos están destrozando los caminos"
El Ayuntamiento de Encinacorba reclama el compromiso de Adif o las empresas contratistas de restituir el daño causado en viales públicos y campos privados: "tenemos pocos recursos como para arreglar todo esto después"

Un camión trabajando en las obras que está ejecutando Adif en la línea de Teruel en Encinacorba. / EL PERIÓDICO

Encinacorba es un pequeño pueblo de menos de 200 habitantes en la provincia de Zaragoza que se encuentra en el eje ferroviario entre la capital aragonesa y Teruel que ahora está en obras para modernizar la infraestructura para que, en un futuro no muy lejano, permita viajar en un tren eléctrico a más velocidad y en menos tiempo adptando la línea al siglo XXI. Pero este escenario idílico incluye un tránsito complicado, el de las obras de construcción, que para ellos está convirtiendo cada día en un calvario.
Desde el pasado mes de septiembre, cuando comenzaron los trabajos en este pequeño municipio, el día a día de sus vecinos se ha visto alterado por el desarrollo de unos trabajos que implica un tráfico inédito en la localidad. "La cantidad de camiones que pasan cada día es brutal", afirma la alcaldesa Belén Berdejo, que ahora está muy preocupada por todo lo que está pasando en torno al municipio: "Nos están destrozando los caminos".
La primera edila explica que durante el desarrollo de las obras se están realizando actuaciones que no estaban previstas, sobre las que nadie avisa y que, en algunos casos, requerirían de un permiso municipal que ninguna de las empresas desplegadas en la zona de obras tiene ni ha solicitado. El problema mayor, añade, que "es bestial el batiburrillo de contratistas y subcontratas que hay en la zona y al final ya no sabes a quién dirigirte", explica.
Cuando se planteó empezar a actuar en este tramo de la línea, se tuvo que trazar un itinerario en los caminos y vías que bordean el municipio, ya que, según argumenta la alcaldesa, "por dentro del pueblo no podían pasar porque, al tener bodegas bajo el suelo, se habría hundido la calzada del peso de los camiones". "Y menos mal que no lo han hecho, porque sería muy peligroso tener pasando por las calles tal cantidad de camiones", añade. La solución fue recurrir a esa vía perimetral que hoy es una calzada completamente cuarteada y que habrá que reasfaltar después de las obras.
Entre esos "grandes quebraderos de cabeza" que están dando esas obras entre los habitantes están las "actuaciones sin la debida autorización que afectan a caminos rurales utilizados para acceder a los puestos de operaciones, lo que ha generado preocupación y malestar entre los vecinos afectados". "Para facilitar el tránsito en doble sentido y permitir el cruce de camiones en trayectos de ida y vuelta, se han ensanchado caminos rurales de forma unilateral, sin solicitar el permiso correspondiente al ayuntamiento. Esta falta de coordinación y respeto por las normativas locales está causando un impacto negativo en la infraestructura rural y en la convivencia de la comunidad", relata la alcaldesa, que destaca que en algunos casos "han invadido terrenos de particulares sin previo aviso causando daños en zonas de cultivo que ahora no pueden utilizar".
Por eso el consistorio "se ha puesto en contacto con las empresas hasta el momento conocidas para llegar a acuerdos de reparación y restitución de los daños que efectivamente se están causando, porque si bien debemos colaborar y asumir las inevitables molestias que temporalmente nos toca soportar, ello no significa que debamos asumir y acatar los daños que tales obras nos están provocando". "Nos queda seguir armándonos de paciencia en lo que es inevitable, pero sin cejar en seguir reclamando a quien corresponda hasta conseguir nuestro propósito y devolver todo a su sitio", añade la alcaldesa.

La calzada de una de las vías perimetrales de Encinacorba, completamente cuarteada. / EL PERIÓDICO
Porque el interlocutor válido en estos casos debería ser Adif pero ella asegura que no ha podido contactar con nadie. Desde este diario sí se ha contactado con el gestor ferroviario y su respuesta es de una llamada a la calma y la paciencia. Las obras avanzan en plazo y pronto terminarán pero, según las fuentes oficiales, todo quedará arreglado después.
"Adif está en contacto permanente con los ayuntamientos de los municipios donde se desarrollan las obras y está a su disposición para recibir y tratar aquellas afectaciones derivadas de la propia ejecución de los trabajos. También se está acordando con las empresas contratistas las medidas preventivas y correctoras que sean necesarias para minimizar el impacto de las obras", aseguran las fuentes oficiales de Adif.
Un compromiso que la alcaldesa, lógicamente, le gustaría tener ahora "por escrito" y no lo consigue. Mientras tanto seguirá buscando una solución para esa vía perimetral y caminos deteriorados que irán a más porque las obras, que tenían un plazo estimado de 9 meses, aún no han terminado.
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