Más del 80% del trabajo agrario en Aragón está en manos de la población migrante

Bajo Aragón-Caspe, Valdejalón o La Litera, que concentran la producción de fruta y ganadería de la comunidad, son las comarcas con más vecinos extranjeros

Un trabajador en una finca frutícola de Ricla, en una imagen de archivo.

Un trabajador en una finca frutícola de Ricla, en una imagen de archivo. / Jaime Galindo

David Chic

David Chic

Zaragoza

El trabajo agrario en la comunidad está en un 80% desempeñado por la población migrante, según destacan los estudios del sector elaborados por el sindicato UAGA. Además, estas tareas están fundamentalmente asociadas a las labores ganaderas y la recogida de la fruta, algo que hace que sean las comarcas con más presencia de estos nichos laborales las que acumulen porcentualmente un mayor número de vecinos de origen extranjero. Con todo, en todas ellas tienen que lidiar con la estacionalidad de estas tareas, aunque con los cambios en la contratación este fenómeno va poco a poco disminuyendo.

Del total de trabajadores procedentes de fuera de España, la mitad no pertenecen a la Unión Europea. El responsable de fruta del sindicato agrario, Óscar Moret, manifiesta que no se puede cargar las tintas contra este empleo del campo, muy masculinizado por mucho que sean migrantes, porque eso supone «disparar contra el propio sector primario». En este sentido, reclama que los dirigentes actúen con responsabilidad «sin mezclar las cosas», atendiendo a la emergencia social asociada al colectivo de los temporeros, sobre todo en épocas en las que se duplica la población de muchas localidades y algunos de ellos quedan a la intemperie.

En Aragón es la comarca de Bajo Aragón-Caspe la que acumula un mayor número de vecinos de origen extranjero en su padrón, con un 28% del total. Suman más de 4.300 personas para una población de 15.000 vecinos, algo que suele tensionar la convivencia en los meses de verano. Sin embargo, la mano de obra es fundamental para la economía de la zona.

Pasa lo mismo en territorios que superan el 20% de población migrante como Valdejalón, el Campo de Cariñena o La Litera. En menor medida, aunque con una estructura agraria similar, la población extranjera se ha convertido en una mano de obra imprescindible en el Cinca Medio, la Comunidad de Calatayud y el Matarraña. En todos los casos los trabajos que desempeñan están relacionados con la recogida de la fruta y se extienden desde el mes de abril al de octubre. También son una población fundamental para la ganadería y el sector servicios, aunque en este caso la tendencia es transversal en toda la comunidad.

Integración laboral

La polémica por la negociación sobre el reparto de menores migrantes de la última semana contrasta en territorios en los que se han puesto en marcha programas de integración laboral debido a la falta de mano de obra. «Tenemos que pedir que no se haga política con esta cuestión, la exigencia de Junts de exigir catalán no tiene sentido en el medio rural, es importante poner las cosas en su contexto», reclama Moret.

La fruta duplica el empleo rural a partir de mayo

La contratación laboral del pasado año en el sector agrario fue una de las mejores del último lustro. Así, al buen rendimiento de las cosechas se sumó un aumento en la demanda de mano de obra procedente del extranjero, algo que previsiblemente se repetirá en los trabajos con los frutales que comenzarán a partir de mayo para la campaña de este año. Al menos así lo espera el responsable del sector de fruta de UAGA, Óscar Moret, si se mantiene un clima sin heladas significativas.

La necesidad de trabajadores en el medio rural se duplica entre el mes de abril (el año pasado se contrataron en ese periodo a 11.587 personas) y el de mayo, cuando ya se requieren 21.608. El pasado año, el pico de la campaña se marcó en junio, cuando se registró la contratación de 25.145 trabajadores, un 7,8% más que en el mismo periodo de 2023.

Aunque el porcentaje de trabajadores extranjeros se mantiene prácticamente estable durante todo el año, es en los meses de verano cuando la mano de obra contratada de personas de fuera de España se dispara y pasan de suponer un 81% como pasa en el mes de marzo a ser un 84% en junio. Es en estas fechas cuando se evidencian los problemas de integración, así como el trabajo no regulado. 

En el lado contrario de la distribución de los vecinos nacidos fuera de España se encuentran comarcas turísticas como La Jacetania o la Sierra de Albarracín. En estos territorios, según el informe de la fundación Ebrópolis, los migrantes en Aragón suponen un 8% del sector de la hostelería

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