Las comarcas de Aragón con más población migrante: "Es una oportunidad de desarrollo"

Los presidentes comarcales destacan su contribución al sector primario y al mantenimiento de servicios básicos para la población 

Una de las sesiones formativas a migrantes de los servicios sociales de la comarca de La Litera.

Una de las sesiones formativas a migrantes de los servicios sociales de la comarca de La Litera. / La Litera

David Chic

David Chic

Zaragoza

Muchos pueblos aragoneses si no fuera por la inmigración no podrían mantener sus servicios. Los colegios ya tienen un 50% de alumnos de fuera de Aragón, los bares los regentan personas llegadas de otras latitudes y las tareas agrícolas llevan varias décadas desempeñadas por extranjeros. Una realidad que tiene su reflejo en la estadística, con comarcas como el Bajo Aragón-Caspe en la que el 28% de sus residentes es extranjero. La convivencia es un reto, pero también la vivienda y la adaptación empresarial.

El presidente de la comarca de Bajo Cinca, José Javier Ferrer, es consciente de esta situación. Con un 23,7% de población migrante en sus localidades, indica que sin esta mano de obra no podrían salir adelante negocios relacionados con la fruta o la ganadería. «Existen meses en los que llega gente en masa y las relaciones se pueden desbordar, pero los Servicios Sociales siempre están alerta para atender todas las necesidades», explica.

Respecto a lo sucedido en las últimas semanas, indica que el flujo es constante desde hace varios años y que no notan la crisis canaria. Aunque eso sí, reclaman más implicación por parte del Ejecutivo estatal, pues la atención de una población flotante como la que reciben durante el verano «conlleva mucho gasto y actuaciones».

La migración con la que lidian en La Litera tiene algo menos de estacional, por lo que el trabajo con los Servicios Sociales puede ser más directo y profundo. La alcaldesa de Esplús y presidenta de la comarca, Tania Solans, destaca la buena marcha de los proyectos Hacemos comunidad y Reencuentros familiares con los que orientan y asesoran en todos los trámites de extranjería y nacionalidad.

Gracias a estos servicios, la comarca trabaja con asociaciones de inmigrantes y se hace formación en salud, refuerzo de clases de español y de preparación para el examen de nacionalidad a los que no pueden acceder por vía normalizada. Además, se orienta y ayuda en el proceso de reagrupación familiar, se acompaña cuando llegan y se lleva un seguimiento para que la adaptación sea lo mejor posible.

También se ayuda en el sector sanitario, educativo y laboral, así como con el problema habitacional. «La llegada de inmigrantes ha sido muy beneficiosa, si no fuera por ellos no se podrían mantener abiertos los locales sociales», reconoce Solans. «Para nosotros son una oportunidad de desarrollo», considera.

Algo parecido sucede en un territorio en el que se mezclan usos agrícolas e industriales como es la comarca de Valdejalón. «El problema de la falta de vivienda no lo sufren solo los inmigrantes, pero es más acuciante entre la gente que tiene menos poder adquisitivo», destaca su presidente, Jesús Bazán. Por eso pide más implicación por parte de las autoridades, sobre todo a la hora de facilitar el acceso al alquiler. «Estamos en un territorio con mucha oferta de trabajo y existe actividad todo el año», reconoce.

En el lado contrario de la tabla está el Maestrazgo, que no llega al 10% de población de origen extranjero. «La comarca necesita trabajadores, más de los que tenemos, gente con ganas de trabajar y de integrarse», explica el presidente, Fernando Safont.

En su territorio, los migrantes llevan viviendo más de una década «perfectamente integrados» desempeñando labores en las canteras, los aserraderos y la construcción. «Nunca hemos tenido problemas con la convivencia», indica. En estos momento, los puestos que más urgencia tienen para cubrir tienen que ver con el sector turístico.

Tracking Pixel Contents