Aragón se vuelca en la producción de huevos camperos: "Aquí no se especula"

Los productores de huevos ecológicos apuestan por una venta prácticamente directa a los consumidores y no barajan aumentar los precios por el momento.

Gallinas camperas de la granja Oriche de Allueva.

Gallinas camperas de la granja Oriche de Allueva. / El Periódico de Aragón

David Chic

David Chic

Zaragoza

«Aquí no se especula, no tendría sentido subirles los precios a unos clientes que son casi familia». El joven ganadero Saúl Gazol está al frente de una granja de 3.000 gallinas con la que logra una modesta producción de 74.000 docenas de huevos al año. A pesar de las noticias y del aumento de los precios en los lineales del supermercado, está tratando de mantener las tarifas porque considera que no está «justificado» lo que ha pasado en los últimos meses. «Se aprovechan de lo que pasa en EEUU», indica.

Gazol montó su explotación hace cuatro años en Lanaja cuando decidió darle una rentabilidad mayor a un terreno de su familia. Desde el primer momento optó por una producción ecológica, de forma que se pueda obtener «el mismo beneficio con menos gallina». Esto le permite ofrecer un producto «de mucha calidad» que llega con toda su frescura al consumidor. Esto se logra gracias a los envíos semanales que hace con Correos.

En este tiempo ha notado el encarecimiento de las materias primas que se usan para la fabricación de los piensos, así como el crecimiento de los costes fijos asosciados al transporte. Pero por el momento prefiere mantener un servicio de calidad que le permita afianzar su relación con los clientes, que en un 50% son particulares. El resto de la producción se destina a tiendas y restaurantes. «Para mejorar la calidad de los huevos lo más importante es vigilar mucho la salud de las gallinas», relata.

Esta actitud es compartida en otras explotaciones del mismo perfil, un modelo que ha cobrado protagonismo en Aragón en los últimos años. Es el caso, por ejemplo, de la granja Oriche en la localidad de Allueva en la comarca del Jiloca. La explotación se define como una granja familiar «de gallinas camperas mimadas» y realiza a través de las redes sociales una importante labor de divulgación sobre el sector ganadero.

Las granjas de gallinas son una alternativa que se beneficia de la actual demanda de huevos y permiten una relación directa con los clientes, evitando los sistemas de integración al que están sometidos el resto de ganaderos. Esto implica igualmente buscar nichos diferenciales de mercado, tratando de llegar a unos clientes a los que no les importe pagar un poco más por una docena de huevos frente al producto industrial que se encuentra en los supermercado.

Para Gazol el hecho de criar gallinas ecológicas supone apostar por un determinado tipo de vida implicada con el entorno. Esto hace que la propia granja, su arbolado y terreno estén cuidados con procedimientos ecológicos. «Buscamos ser lo más sostenibles posible, por eso trato de corresponder lo más posible en mi trato al cliente», defiende. Mientras, las gallinas picotean por el suelo.

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