La lucha contra la despoblación: "Sin bar y sin tienda los pueblos ya podemos cerrar"

Medio centenar de municipios de Teruel, como Alacón y Crivillén, ha recibido ayudas para el mantenimiento de sus tiendas y bares multiservicios

El momento del guiñote en el bar de Crivillén, lugar de encuentro para sus vecinos.

El momento del guiñote en el bar de Crivillén, lugar de encuentro para sus vecinos. / EL PERIÓDICO

Laura Carnicero

Laura Carnicero

Zaragoza

La vida discurre en torno a una mesa. Con un café, con una comida, con una partida de cartas. El cierre del bar en un pueblo es el comienzo del fin de la vida en común. Por eso en la provincia de Teruel se inventaron hace años el modelo de los multiservicios, tiendas y bares apoyados por los ayuntamientos y regentados para dar servicio a la clientela, sea poca o mucha en cada día del año.

Las ayudas del Gobierno de Aragón a los multiservicios han dejado un reparto de cerca de 400.000 euros, principalmente en medio centenar de municipios de Teruel, donde la tradición de este tipo de negocios está más consolidada.

Es el caso del bar multiservicios de Crivillén, que regenta Judith Escali desde hace más de dos años. "Para ser un bar de un pueblo con tan poquita gente, se trabaja. No tanto en invierno como en verano, pero se trabaja bien. Aquí la mayoría de los vecinos están jubilados, vienen a tomar el café por la mañana, y a jugar al guiñote después de comer. El bar y la terraza son el punto de encuentro principal en el pueblo", cuenta Escali, que llegó a la localidad hace ya siete años, y estuvo trabajando primero realizando labores de mantenimiento y limpieza en el ayuntamiento.

El multiservicio rural de Alacón lleva en marcha más de dos años.

El multiservicio rural de Alacón lleva en marcha más de dos años. / EL PERIÓDICO

Las novedades en el bar ya se dejan notar, con la compra de una caja registradora nueva, un nuevo congelador y la renovación también de otros electrodomésticos como el lavavajillas y el botellero. La instalación del aire acondicionado ha sido otra de las novedades que disfrutarán el próximo verano. Según Escali, para trabajar en Crivillén, de apenas 90 habitantes, es importante tener en cuenta que "los ingresos extra del verano compensan las pérdidas del invierno".

"En verano, el pueblo toma mucha vida: es impresionante", cuenta quien regente también la tienda del pueblo, que compagina ambos negocios. Ahora, con 63 años, ni se plantea moverse de este municipio de la comarca Andorra-Sierra de Arcos, adonde se mudó porque vivía su hija, que falleció. "Si nadie tiene inconveniente, me gustaría jubilarme aquí. Trabajo en lo que me gusta, me gusta la gente del pueblo y vivo con comodidad", explica. Con su puerta abierta, mantiene también abierto un espacio clave para la vida en común en el municipio.

En Alacón, pueblo vecino de la misma comarca, también han recibido una ayuda para mejorar su tienda multiservicios. Su alcalde, Ricardo Alquezar, explica que las ayudas del Gobierno de Aragón o de la Diputación Provincial de Teruel son básicas para el municipio. "Si no nos ayudan con subvenciones, los pueblos pequeños no tenemos nada que hacer", resume gráficamente el primer edil de Teruel Existe.

En Alacón se quedaron sin bar con la pandemia de covid, y estuvieron año y medio sin servicio. "Tuvimos que cambiar una subvención para poner en marcha el multiservicio", recuerda. Ahora, gestionan tanto la tienda como el bar de esta manera, a través del ayuntamiento. "Si no funcionan ni la tienda, ni el bar, los pueblos ya podemos cerrar", añade.

Derribo de una casa en el centro de Vera de Moncayo.

Derribo de una casa en el centro de Vera de Moncayo. / EL PERIÓDICO

En otros municipios, la llegada de las ayudas del Gobierno de Aragón ha servido para derribar inmuebles y ganar espacios para la vida en común. Es el caso de Vera de Moncayo. Su alcalde, Ángel Bonel (PP), explica que el ayuntamiento adquirió una vivienda de 800 metros construidos en un solar de 350 metros cuadrados con el objetivo de ampliar los aparcamientos en el casco urbano. "Teníamos una falta notable de espacios para aparcar dentro y fuera del municipio y por eso vamos a crear una zona de aparcamiento ordenado", explica.

En su caso, recuerda que el coste del derribo de las casas antiguas a veces supera el propio coste de la vivienda, más todavía por el elevado precio de la gestión de residuos urbanos. En su caso, la subvención del Gobierno de Aragón supera los 65.000 euros. "La subvención ha supuesto una gran ayuda porque nos permite desarrollar parte de nuestro programa electoral y dar respuesta a una de las necesidades del municipio", explica Bonel.

Ahora, han adjudicado las obras de pavimentación donde se habilitará el mencionado aparcamiento y una zona lúdica. "Todavía no hemos decidido si la zona lúdica se destinará a niños o a mayores, pero en cualquier caso la idea es ganar espacio para los vecinos", añade.

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