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Crónica política | Hay una alarma que suena en Aragón

El futuro de los menores migrantes que saldrán de Canarias vuelve a quedarse con el debate político de la semana. Vox aprieta cada vez más al Gobierno de Aragón, buscando una confrontación que la DGA no va a permitir, pese a las malas relaciones con el Ejecutivo central.

El presidente de Aragón, Jorge Azcón, y el portavoz de Vox en las Cortes, Alejandro Nolasco, en una imagen de archivo.

El presidente de Aragón, Jorge Azcón, y el portavoz de Vox en las Cortes, Alejandro Nolasco, en una imagen de archivo. / JAIME GALINDO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Zaragoza

Inmigración. Inmigración. Inmigración. La misma palabra resuena en la conversación política en Aragón en las últimas semanas, con Vox utilizando la llegada de los menores migrantes a la Península y su posterior reparto por las comunidades autónomas como caballo de batalla xenófobo para la firma de los presupuestos. Enfrente, el PP (el Gobierno de Jorge Azcón), que se mueve entre la dureza contra el Gobierno central, la solidaridad con los necesitados y el imperio de la ley que no se puede evitar. De fondo, las cuentas autonómicas, esas para las que la alarma sonó hace cuatro meses pero que sigue en los cinco minutos extra que se le suplican al despertador por las mañanas. 

Es mérito de Vox y Junts, proyectos políticos mucho más cercanos de lo que pretenden aparentar, que el debate sea la llegada de nuevos migrantes. La derecha catalana no los quiere en Cataluña, la ultraderecha española no los quiere en España. Mismo cuadro, distinto marco. Y en esas, Vox en Aragón ha cogido la llave inglesa y sigue apretando la tuerca del PP que ha tenido que ceder en dos discursos y un acuerdo. 

El presidente Jorge Azcón satisfizo los oídos del portavoz Alejandro Nolasco en Figan y en sede parlamentaria. Primero, con rechazo a parte del Pacto Verde Europeo, segundo, con una declaración contraria a la inmigración ilegal. Ambas referencias, eso sí, con recado al ala más antieuropeísta de la ultraderecha española: Patriots, su grupo parlamentario en la UE, coordina el aparato agrícola en Bruselas. Aquí somos responsables todos, parecía decir Azcón, ante un Nolasco que como el resto de líderes de Vox hace malabares para culpar solo al continente de lo que sucede en el mundo. Las críticas a Trump ni se esperan. 

Insistió Nolasco frente a un hotel de acogida de migrantes en su rechazo a la inmigración ilegal y pidió ahora una declaración institucional, una carta con destino Moncloa, contra el reparto de migrantes. Azcón, que no ha aportado los datos de plazas al Gobierno central, no va a dar ese regalo a la ultraderecha: en el PP se mantienen en la exigencia de más recursos y en solicitar que la llegada de migrantes sea equilibrada, sin que los deseos de Junts se cumplan. Pero nada de provocar una rebelión contra el Gobierno central. 

Un actor, uno de los más importantes para componer el presupuesto que lo engloba todo, surgió esta semana de manera más intensa ante los medios. Roberto Bermúdez de Castro, consejero de Hacienda de la DGA, avisó a Vox de que “los gobernantes cumplen la ley y el que desobedece va a la cárcel”. Misma línea que la exhibida en el pleno, avisando de que a los menores “no se les marca” cuando llegan a Aragón. Incluso el popular tuvo un alegato autonomista ante Nolasco: “No se entiende que una persona que considera que las comunidades autónomas son basura haya estado un año gobernando”.

En una de esas comparecencias de prensa Bermúdez de Castro dijo que los presupuestos de Aragón para 2025 están “verdes, verdes”, sin guiño alguno a Vox, porque no se han empezado a cocinar. Las conversaciones todavía no están ni en las Cortes ni en el Pignatelli, por mucho que algunos dirigentes de la ultraderecha -la presidenta de las Cortes, Marta Fernández- den por hecho que las cuentas van por el buen camino. Populares y ultraderechistas saben que la conversación todavía está en Madrid, con los dirigentes nacionales de ambos partidos calculando el qué, el cómo y el cuándo de la firma para que cada uno saque una foto lo más positiva posible para el futuro. 

El PP sabe en Aragón que quien decide todo en Vox es Madrid. Pero el equipo de Nolasco sabe, también, que tendrá capacidad de decidir en cuestiones puntuales. Muestra de ello, por ejemplo, el acuerdo arañado al consejero de Sanidad, José Luis Bancalero. Salvar de la reprobación vale la radiología en Teruel, la mejora del hospital de Barbastro y más unidades de salud mental. Nada que incomode a Azcón, con todo ello en su hoja de ruta, pero que sí regala a la ultraderecha una foto del consejero Bancalero con su logo a la espalda. 

Pese a los desencuentros, unos y otros y los que votarán que no creen que las cuentas saldrán adelante. Que es cuestión de tiempo que ambos lleguen a un acuerdo. Algunos parlamentarios incluso hacen porras y marcan en rojo días de pleno con techo de gasto y cuentas autonómicas en el calendario. El PP y su negativa a asumir los postulados de la ultraderecha y Vox y su capacidad para apretar a los conservadores decidirán cuando parar la alarma que no deja de sonar. 

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