Salud mental: el 54% de los pacientes espera entre uno y tres meses para conseguir su cita

El 15% de los aragoneses acudió a consulta el año pasado y la mayoría elige la sanidad pública n Preocupan los jóvenes y las personas mayores

Varias sanitarias charlan en una sala de la unidad infanto-juvenil de salud mental en una imagen de archivo.

Varias sanitarias charlan en una sala de la unidad infanto-juvenil de salud mental en una imagen de archivo. / SERVICIO ESPECIAL

Carlota Gomar

Carlota Gomar

Zaragoza

Lo positivo es que se ha roto el tabú de la salud mental. Que, ya sin vergüenza, se busca ayuda cuando es necesario. Lo negativo es que este aumento de la demanda de la atención psicológica y psiquiátrica no ha supuesto su correspondiente incremento del número de especialistas, por lo que la demora para ser atendido por un experto clínico es abultada. En Aragón, el 15% de la población tuvo la necesidad de recurrir el año pasado a la consulta por un problema de salud mental o malestar emocional. Así lo recoge el Barómetro Sanitario 2024 del ministerio de Sanidad en el que, por primera vez, el Gobierno analiza aspectos relacionados con los problemas anímicos. La mayoría opta por la sanidad pública y espera de media entre uno y tres meses en ser atendido. 

Las situaciones por las que uno busca ayuda pueden ser muy variadas. Más allá de las enfermedades diagnosticadas con un trastorno mental grave (esquizofrenia, psicosis, trastorno bipolar...), la ansiedad, el estrés, la depresión o la baja autoestima muchas veces requieren de un apoyo y acompañamiento clínico que, hasta hace unos años, era todo un tabú en la sociedad.

La pandemia y el cambio generacional cambió por completo esta dinámica, pero no los ritmos de la castigada sanidad pública. «Siempre ha sido un tabú y muchos síntomas estaban ocultos. Había un estigma por miedo al rechazo de la sociedad», explica la responsable del equipo de Intervención Psicosocial de la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme), Lola Sobrino . Un avance social que ha aumentado la demanda de médicos expertos en salud mental al que, sin embargo, no se ha sumado la sanidad pública. «La ratio de profesionales no se ha aumentado por lo que el tiempo de espera para ser atendido aumenta considerablemente, el tiempo de atención en consulta se reduce y se ven directamente perjudicadas aquellas personas con un problema de salud mental severo», explica Sobrino. 

Una cuestión de clases

Esto provoca que, irremediablemente, la gente acuda a sanitarios privados. «La salud mental no puede estar condicionada por los recursos económicos que uno tenga», subrayan desde Asapme, que alerta del «intrusismo» y de su «peligro», sobre todo a través de las redes sociales. 

«La ayuda profesional tiene que ser tratada por profesionales acreditados porque, en caso contrario, puede ser muy perjudicial para el paciente», explica Sobrino, que pone otro problema sobre la mesa: la falta de relevo generacional en la rama de la psiquiatría, con el añadido de que la tasa actual es insuficiente. En España hay 6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, mientras que en Europa la media está en 12 por cada 100.000. «Los datos evidencian que no hay suficientes médicos», reitera, más ahora que la demanda ha aumentado. 

Volviendo al barómetro del Ministerio, en España, la media de personas que necesita atención el año pasado se elevó al 18,2%. En el caso de Aragón, el 60% acude a la sanidad pública, mientras que un 8% recurre a su seguro médico y un 23% a un especialista privado. De las atenciones en centros públicos, el 45% las asume el médico de cabecera, el 28,4% un psicólogo y un 25,9% un psiquiatra.

Lista de espera

El factor de la lista de espera es clave para elegir la sanidad pública (además de monetaria). El 19,8% de los encuestados esperó de media un mes hasta la primera consulta, un 54% entre uno y tres meses y un 14% lo hizo durante más de tres meses. 

Los perfiles que más preocupan por su vulnerabilidad son los jóvenes y las personas mayores. Los primeros porque se encuentran en un momento de desarrollo personal y madurativo que requiere de un alto proceso de sociabilidad y adaptación a nuevos roles y los segundos, porque afrontan una nueva etapa, como es la jubilación, lo que obliga a afrontar un nuevo estilo de vida. En este caso, la soledad no deseada puede ser peligrosa, matiza Sobrino. 

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