ESPECIAL SOSTENIBILIDAD
Instituciones y empresas invierten y apuestan por los criterios ESG
DPH, Coca-Cola, Grhusa, Grupo Tragsa y Forestalia participan en el segundo desayuno organizado por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN sobre sostenibilidad e innovación para hablar sobre sus proyectos y objetivos a largo plazo

Oliván, vicepresidente de la DPH; Veintemilla, de Grhusa; Cristina Sánchez, gerente de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN; Palma, de Coca-Cola; Fraile, de Forestalia; y García, de Grupo Tragsa. / Laura Trives
Juan Sánchez Alconada
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN celebró el miércoles 9 de abril un nuevo desayuno informativo sobre sostenibilidad e innovación, en esta ocasión, con la presencia de la Diputación Provincial de Huesca (DPH) y de las empresas Coca-Cola, Gestión de Residuos Urbanos Huesca (Grhusa), Grupo Tragsa y Forestalia.
El debate, moderado por Miguel Lagrava, redactor del diario, trató aspectos fundamentales no solo para el futuro de las propias empresas y de la Administración pública, sino también para el porvenir de la sociedad. La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se encuentran, actualmente, entre las principales preocupaciones a nivel mundial. Por ello, y en consonancia con la actual dirección de la UE, la sostenibilidad ocupa un papel protagonista en la mayoría de foros y discusiones, y esta no fue la excepción.
Cabe recordar que sostenibilidad no implica únicamente factores ambientales, sino también elementos sociales y de gobernanza. Sostenibilidad es aquello que, por sus siglas en inglés, se conoce como criterios ESG.
Este, precisamente, fue el primer tema que salió a relucir en el desayuno. Qué papel juega la sostenibilidad y los criterios ESG en la estrategia empresarial o institucional, tanto de las compañías como de las instituciones gubernamentales.
Estrategias en favor de la sostenibilidad
«Pan para hoy, y hambre para mañana». Esto es lo primero que se le vino a la cabeza a Ricardo Oliván, vicepresidente de la DPH en cuanto escuchó la pregunta: «Es lo que mejor refleja de lo que estamos hablando», aseguró.
Como representante de una Administración pública, Oliván recordó que la diputación provincial está sujeta a unas normas fiscales que garantizan que se actúe con sensatez. Porque «ahora se llama sostenibilidad, pero antes se llamaba sensatez». Es decir, el vicepresidente vinculó la sostenibilidad con el sentido común, pues la propia idiosincrasia de las instituciones ya exige, de por sí, una gestión de recursos públicos sostenible.
En las recientes actuaciones de la DPH, como puede ser la mejora del alumbrado o el acondicionamiento de la antigua residencia de niños para acoger el Grado de Medicina, prevalecen criterios de sostenibilidad como el ahorro energético o la eficiencia de recursos. Pero si hay un ámbito en el que la provincia oscense está trabajando en aras de los criterios ESG, ese es el turismo. A este respecto, Oliván afirmó que «el turismo no se entiende sin sostenibilidad».

Ana Cristina Fraile, Directora de Sostenibilidad de Forestalia. / Laura Trives
«Hoy en día, no hay empresa que se precie que no tenga la sostenibilidad integrada en sus propias estructuras. Lo que le exiges a tu empresa, se lo exiges luego a proveedores y clientes»
Ana Cristina Fraile, directora de Sostenibilidad de Forestalia, por su parte, apeló al recuerdo de que, «años atrás, el concepto de sostenibilidad era un acto voluntario y vinculado al compromiso empresarial. Sin embargo, ahora, a través de normativas nacionales y europeas, se ha convertido en cuestión obligatoria y, además, en un elemento competitivo».
Fraile prefiere afrontar este reto como una oportunidad más que como una obligación y, por ello, aseveró que «hoy en día no hay empresa que se precie que no tenga integrada la sostenibilidad en sus propias estructuras».
La representante de Forestalia se centró, entonces, en su preocupación en torno al cambio climático, el cual «estamos sufriendo cada lunes y cada martes» y señaló que su compañía contribuye a esta lucha a partir de la generación de energías renovables.
Energías que pueden ser útiles para las industrias en Aragón y que al mismo tiempo pueden resultar un «polo de atracción», tanto para que vengan más empresas como para que se queden aquellas que ya están en nuestra comunidad. Una comunidad «muy interesante para la instalación de inversiones porque tiene recursos y territorio», certificó Fraile.
En la senda de la sostenibilidad camina Coca-Cola. «En Coca-Cola llevamos tiempo trabajando en este sentido y hay un objetivo claro, el cual, creemos, que es alcanzable». Así comenzó su intervención Nacho Palma, gestor de Comunicación en Aragón de Coca-Cola European Parthers Iberia. La meta de la multinacional no es otra que alcanzar las cero emisiones para el año 2040. Desde 2019, la empresa de refrescos ya ha reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 30%.

Nacho Palma, Gestor de Comunicación en Aragón de Coca-Cola European Parthers Iberia. / Laura Trives
«La sostenibilidad es muy importante a nivel reputacional y hay que tenerla muy en cuenta. Ahora todo el mundo se mueve hacia ahí y está claro que hay que invertir cada día más en ella»
Palma indicó que la sostenibilidad «es muy importante a nivel reputacional y es algo a tener muy en cuenta» porque ahora todo el mundo se mueve por este tema y «está claro que hay que invertir cada día más en ello». En ese sentido, Coca-Cola trabaja para lograr la máxima eficacia.
Por su parte, Grhusa es la empresa encargada de gestionar los residuos en las comarcas oscenses de la Hoya de Huesca, el Alto Gállego y la Jacetania. Su presidente José Miguel Veintemilla, quien también es concejal delegado de Medio Ambiente y Servicios Generales del Ayuntamiento de Huesca, compartió discurso con su compañero de la DPH en materia normativa: Grhusa, compañía pública, debe regirse siempre por los parámetros institucionales y legales.
Pero, además, Veintemilla apuntó que una de las principales líneas de actuación de Grhusa es la economía circular. Para lograrla, resulta «total y absolutamente» imprescindible reciclar, tras recoger los residuos de su contenedor correspondiente. Para ello, «lo que resulta total y absolutamente imprescindible es también la colaboración y aportación de los ciudadanos».
El presidente de Grhusa abogó por «concienciar al ciudadano» para que cada cual desde su casa gestione los residuos domésticos y separe los productos en función del material del que están compuestos. De esta manera, la ciudadanía colabora con, lo que se empieza a conocer como, la minería urbana. Veintemilla la definió así: «Es el hecho de llevar un microondas, un ordenador, o cualquier cosa similar a un punto limpio y, allí, los gestores autorizados lo desmontan para crear y generar un nuevo producto que sale al mercado».
La conservación de hábitats, ecosistemas y espacios naturales –y por tanto, la conservación del medio ambiente– podría considerarse como la principal labor de Grupo Tragsa. No obstante, Arancha García, gerente de Coordinación del mecanismo de respuesta y reconstrucción frente a la dana, no quiso olvidarse de la S y de la G de los criterios ESG.
Porque la gobernanza y el ámbito social también forman parte de la columna vertebral de Tragsa. La empresa opera en todo el territorio nacional y su plantilla está compuesta por más de 26.000 trabajadores que disfrutan, según García, de «empleo de calidad, seguridad, salud e igualdad de oportunidades, sin ningún tipo de discriminación».
El diálogo constante entre personal y empresa es otra de las señas de identidad de Tragsa, la cual apuesta asimismo por «la transversalidad en la gestión sostenible», como apuntó la representante de Grupo Tragsa.
Proyectos e iniciativas concretos
La segunda fase del desayuno se focalizó hacia proyectos de sostenibilidad más concretos de las empresas e instituciones participantes en el debate. Ricardo Oliván fue el primero en tomar la palabra para referirse al Plan Estratégico +Altoaragón y a la marca Aragón Destino Sostenible, que tienen como objetivo último «el desarrollo del conjunto de la provincia».
Estos dos planes abarcan una larga lista de iniciativas impulsadas desde la DPH con el cometido de que «el territorio sea sostenible y, por ende, tenga futuro». Entre los proyectos a llevar a cabo, Oliván enumeró algunos: el plan de vigilancia rural, avances en la planificación de extinción de incendios, la construcción de vivienda, la recuperación de patrimonio eclesiástico, el emprendimiento en hostelería y gastronomía o la ampliación del Grado en Medicina.

Ricardo Oliván, Vicepresidente de la Diputación de Huesca. / Laura Trives
«El diálogo con los ciudadanos es fundamental porque las soluciones a sus problemas deben surgir de ellos. Después, la DPH se encargará de instrumentalizar medidas para resolverlos»
El vicepresidente de la diputación aseguró que todos estos logros han sido posibles gracias al diálogo con el territorio y con los agentes sociales de Huesca, es decir, con sus ciudadanos. Ellos han sido quienes han definido los planes, pues «los problemas y las soluciones a esos problemas tienen que ser identificadas y surgir de quienes los padecen», señaló Oliván. Aunque después tenga que ser «la DPH la encargada de instrumentalizar las medidas para resolverlos y satisfacer las necesidades de los oscenses», añadió.
Antes de centrarse en proyectos concretos, Ana Cristina Fraile, en representación de Forestalia, se mostró crítica con el alto nivel burocrático requerido en el sector de las energías renovables: «Los trámites administrativos para instalar elementos renovables en un lugar pueden alargarse durante años».
Los requisitos exigidos son exhaustivos y ello limita, según Fraile, el desarrollo de más iniciativas y el posible impacto positivo de estas actuaciones en aspectos no sólo ambientales, sino también económicos –con la creación de empleo, por ejemplo– y sociales.
La inversión de Forestalia en el seguimiento de la sostenibilidad de sus proyectos ha sido cercano al millón de euros en los últimos años. Iniciativas que, recalca la directora de Sostenibilidad, no solo tratan de conservar y recuperar hábitats y especies, sino que también buscan la reducción de emisiones de CO2. Hasta el momento, la empresa ya ha evitado alrededor de 4 millones de toneladas de gases contaminantes. Este sistema, apunta Fraile, presenta una gran ventaja: «Lo que le exiges a tu empresa, terminas exigiéndoselo también a tus proveedores y a tus clientes», lo que se transforma en «una especie de círculo vicioso, en el que se van generando sinergias positivas».
Por su parte, desde Coca-Cola expusieron las seis medidas en seis áreas: bebidas, agua, envases, sociedad, clima y cadena de suministro sobre las que desarrollan su apuesta por la sostenibilidad.
La primera medida es la reducción de azúcar en las bebidas producidas por la empresa. Actualmente, el 60% de los refrescos que venden son bajos en azúcar. Además –segunda medida–, toda el agua que emplean las plantas de Coca-Cola para la fabricación de estos productos es devuelta a la naturaleza.
En lo referido a los envases, Nacho Palma, gestor de Comunicación de la multinacional en Aragón, reafirma que, al menos en hostelería, la empresa trata de que el formato principal de venta sea la botella retornable de vidrio. En el caso de las latas, el objetivo es distinto, pues su producción es tal que les resulta imposible recoger todo el PET (un tipo de polietileno, es decir, un tipo de plástico) que distribuyen. Hoy en día, eso sí, el 56% del material que utilizan es reciclado.
Coca-Cola también contribuye a los cambios sociales, apoyando la igualdad de género y de oportunidades y actualmente el 28% de la plantilla total son mujeres y éstas ocupan el 33% de los cargos directivos donde se espera alcanzar el 40% de mujeres para 2030: «Gracias a Dios, ha habido un cambio increíble en este ámbito», celebró Palma.
El ya mencionado compromiso de lograr las cero emisiones en 2040, sumado al uso de energías renovables en sus plantas son las medidas que benefician al clima. Y, por último, Coca-Cola ha realizado una inversión de 250 millones de euros para llevar a cabo proyectos relacionados con el fomento del coche eléctrico o con la reducción de papel, que favorezcan a la cadena de suministro y al medio ambiente.
Gestión de los residuos domésticos
En un sector distinto opera Grhusa, cuyo responsable destacó que «una gestión de residuos domésticos tiene que ir encaminada hacia algún lugar». Y ese lugar quien lo marca es la Unión Europea quien aboga por evitar llevar los residuos al vertedero.
Los ciudadanos deben disponer, por tanto, de medios y alternativas. La que propuso José Miguel Veintemilla, presidente de Grhusa, es la colocación de los distintos contenedores en la misma isla, es decir, en el mismo lugar. De esta forma, el ciudadano no debe «llevar la basura de un sitio a otro», lo que puede desembocar en un irremediable hartazgo.
Esto ayudaría. Pero no sería suficiente. Pues, tras separar, hay que reciclar para que, a su vez, pueda producirse la economía circular. Grhusa, tras recoger los residuos de su correspondiente contenedor y llevarlos a su planta de selección de envases, los distribuye en función de sus componentes. Así, envía el papel y el cartón a Saica, empresa papelera con la que tiene un acuerdo para producir papel y cartón reciclado; o la materia orgánica, a plantas que la convierten en compost, reutilizado para parques o jardines.
Mientras, las iniciativas en favor de la sostenibilidad del Grupo Tragsa aparecen redactadas tanto en su memoria de sostenibilidad anual como en su Plan Estratégico, que tiene una vigencia de cinco años. El actual fue aprobado en 2024 y estará en vigor hasta 2028.

Arancha García, gerente de coordinación del mecanismo de respuesta y reconstrucción frente a la dana de Grupo Tragsa. / Laura Trives
«Los tres principales objetivos de Grupo Tragsa están redactados en nuestro Plan Estratégico y son: la atracción y retención de talento, la preparación del grupo para los cambios y la excelencia»
En estos documentos, Grupo Tragsa ha definido tres objetivos principales. El primero, referido al ámbito social, es la atracción y retención de talento, no solo centrada en Aragón, sino en toda España, ya que la empresa opera a lo largo y ancho del territorio nacional.
La segunda meta es la formación y preparación de su personal para los cambios y transformación del grupo, de manera sostenible. El Grupo Tragsa trabaja en un ámbito que avanza a gran velocidad y está en constante cambio e innovación. Por ello, es fundamental este tipo de objetivos.
La excelencia se erige como tercera y última finalidad. Excelencia es un concepto amplio y abstracto. Arancha García, en representación de la empresa, la dirigió hacia la calidad del servicio público y los factores de desarrollo sostenible, económico y social, sobre todo, en medios rurales.
Lo ejemplificó García con propuestas más concretas, como son la descarbonización –con un plan que pretende reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un 25% para 2028– o la elaboración de cláusulas de consumo responsable (sociales y medioambientales) en los pliegos de licitación, trasladando valores de ESG en el Grupo Tragsa, a la cadena de suministro.
Necesidad de inversión
La necesaria inversión dedicada a la sostenibilidad salió a relucir en la conversación y, en este caso, fue Nacho Palma, representante de Coca-Cola, el que tomó la iniciativa. El gestor de Comunicación en Aragón argumentó que no hay un presupuesto fijado, puesto que «la situación es muy cambiante». Por ello, no pudo dar una cifra exacta porque dependía de muchos factores. El más importante, las ventas: «En función de cómo vayan, destinaremos más o menos».
Lo que sí pudo asegurar es que una parte importante se asignará a programas de conservación de agua o proyectos comunitarios asociados con las energías renovables o el reciclaje. En los últimos cinco años, la inversión de Coca-Cola en este sentido ha rondado los 250 millones de euros.
Le llegó el turno a José Miguel Veintemilla, quien hizo referencia a su compañía –Grhusa– como una empresa que está «en constante crecimiento». Como ejemplo, tomó los más de 300 trabajadores que emplea la empresa.
En este caso, la inversión se ha dirigido a la adquisición de un mayor número de contenedores marrones, es decir, de residuos orgánicos, y a la ampliación de la flota de camiones, que ronda los 60.

José Miguel Veintemilla, Presidente de Grhusa y concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Huesca / Laura Trives
«La innovación permite informar al ciudadano. La sensibilización no es suficiente y es evidente que tenemos que seguir impulsando campañas de sensibilización para concienciar sobre la importancia del reciclaje»
La intención futura de Grhusa consiste en que los vehículos utilizados por la empresa sean eléctricos y, por tanto, menos contaminantes o, en su defecto, crear una planta de digestión anaeróbica. En otras palabras, una factoría que convierta el metano –recogido por la propia compañía– en biogás, con el que poder alimentar a los camiones de recogida y de distribución. El gasto total de Grhusa alcanzaría los 42 millones de euros en total.
«En nuestro caso, vamos a dejar claro que no somos una empresa. Somos una corporación pública que gestiona recursos públicos, y que tiene como objetivo no la obtención de un beneficio, sino la generación de actuaciones en pro del desarrollo y de la sostenibilidad del territorio que contribuya a fijar a la población». Esta aclaración correspondió a Ricardo Oliván. Como vicepresidente de la DPH, declaró que esta es la única finalidad del presupuesto de la administración oscense, hasta el punto, aseguró, de que «podríamos decir que los 105 millones de presupuesto van dedicados al cumplimiento de este objetivo».
«Cada actuación, cada inversión, cada emprendedor en el territorio ayudan también a este objetivo y todavía lo hacen más si utilizan recursos de la zona». Porque, entre otras cosas, evitan el transporte y crean puestos laborales en el Alto Aragón.
El vicepresidente provincial también resaltó la importancia de la inclusión y del bienestar generado por los servicios públicos, antes de volver a centrarse en el turismo, una de las principales actividades económicas de Huesca: «No se puede entender el turismo sin sostenibilidad. El turismo se basa en recursos naturales, culturales y patrimoniales que hay que preservar». «Invertir en sostenibilidad no es cuestión de que sea rentable o no lo sea, es que es nuestra obligación, para que Huesca siga ofreciendo los paisajes que ofrece ahora y para que se pueda vivir allí en el futuro», concluyó Oliván.
Sin entrar en detalles de cifras, Ana Cristina Fraile destacó que los aspectos en los que se orientan principalmente las inversiones de Forestalia es en minimizar el impacto ambiental de los proyectos a través de medidas preventivas correctoras o compensatorias, así como contribuir al conocimiento común sobre fauna, flora o elementos del patrimonio cultural que afloran como consecuencia del seguimiento arqueológico y paleontológico que conllevan las iniciativas de energías renovables.
El desarrollo de los proyectos de renovables supone un importante impacto económico en el ámbito social tanto a través de arrendamientos a particulares o ayuntamientos o a través de tasas e impuestos. Ello permite invertir en el medio rural y contribuir a la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos, con el objetivo de «disminuir la brecha» económica, laboral y de servicios entre zonas de la comunidad y, concretamente, entre pueblos y ciudades.
Cogiendo el relevo de la Diputación de Huesca, Arancha García defendió que Grupo Tragsa también está al servicio de la Administración pública y que, a través de sus proyectos, la empresa aboga por el desarrollo sostenible, sobre todo, en las localidades con poblaciones inferiores a los 5.000 habitantes, con la intención de «empoderarlas».
Con proyectos con entidades sin ánimo de lucro, como Solidarios Nacionales; el uso de energías renovables, con la incorporación de placas fotovoltaicas; o la gestión sostenible y eficiente de los recursos que refuerza la economía circular, Tragsa impulsa los criterios ESG.
En este último caso, destaca, entre otros, la molienda de demoliciones de construcciones para transformarlas en la base de caminos rurales. Invertir en sostenibilidad, por tanto, resulta «rentable para el futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos», finalizó García.

El desayuno informativo contó con la presencia de cuatro empresas punteras en sostenibilidad, además de la DPH, y fue organizado por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. / Laura Trives
Objetivos a medio y largo plazo
La sostenibilidad es un asunto del presente, pero, sobre todo, es un tema de futuro. Así, los objetivos a medio y largo plazo cobran una relevancia especial en esta materia.
En esta línea, la DPH apuesta por «el permanente contacto con el territorio y los ciudadanos para conocer sus inquietudes» y ponerles remedio, modulando respuestas a las nuevas necesidades.
Grupo Tragsa persigue, como meta principal, la consecución de su Plan Estratégico 2024-28, pues incluye «objetivos imprescindibles» transversales en los tres pilares ESG, que requieren una capacidad de adaptación a los cambios, desde la excelencia.
Los retos de Grhusa «los marca Europa y no nos deja desviarnos». El comentario de Veintemilla arrancó la risa del resto de asistentes, para después proseguir: «Quien contamina, paga». Las sanciones desde la UE, aseguró, son importantes.
El presidente de la empresa especializada en gestión de residuos nombró también las dos palabras mágicas que parecen estar en boca de todos últimamente: Inteligencia Artificial, la cual, supuso, «entrará en el proceso más pronto que tarde». A lo que Oliván respondió con un contundente «a lo mejor ya ha entrado, y no nos hemos dado cuenta».
La innovación, fundamental
Aunque ya se habían dado ciertas pinceladas, hasta el momento, el desayuno se había centrado en la sostenibilidad y había pasado de puntillas por el segundo de los temas a tratar: la innovación.
«Una herramienta fundamental», para Oliván. El vicepresidente de la institución provincial alabó la innovación, sobre todo en lo referido a la digitalización, muy útil, afirmó, para informar sobre turismo.
«Esencial» fue el adjetivo elegido por el gestor de comunicación en Aragón de Coca-Cola. Palma mencionó que «hay que amoldarse» a las nuevas tecnologías y especificó su uso para favorecer las campañas de márquetin de la empresa de refrescos.
Para Veintemilla, la principal función de la innovación es la información al ciudadano, porque «las campañas de sensibilización a veces no son suficiente». El presidente de Grhusa presentó dudas de si su mensaje –la importancia de reciclar y valorizar– llega, o no, a la población. Por ello, concluyó: «Es evidente que tenemos que seguir impulsando campañas de sensibilización para que llegue a todo el mundo de la mejor manera posible y para concienciar».
García destacó la inversión de cuatro millones que Grupo Tragsa ha realizado en innovación. La tecnología genera una mayor eficiencia y productividad en las tareas, algunas de las cuales «antes se realizaban sin ningún tipo de expectativa y, gracias a la digitalización y a la mejora de procesos permiten la adaptación y reciclaje de la plantilla que los realizaba.
«La innovación va muy deprisa, con lo cual, a veces, tienes que hacer el esfuerzo de ir a la vez y de acompasar». A pesar de ello, Fraile ve lógico y provechoso realizar ese esfuerzo, pues los beneficios son evidentes. Conceptos como eficiencia, rentabilidad o competitividad son necesarios no solo para optimizar procesos, sino también «para no quedarte antiguo rápidamente», porque «el que innova te adelanta» y, por consiguiente, eso ocasiona que la empresa que no lo hace empieza a «quedar fuera del mercado». La representante de Forestalia añadió que «la innovación es fundamental para el ámbito de la sostenibilidad». Para, por ejemplo, el diseño del producto o la utilización de menos recursos.
Innovación y sostenibilidad son, al fin, dos conceptos que van, y deben ir, de la mano. Las nuevas tecnologías, así como la IA, con el enfoque adecuado, pueden ser claves para aspectos ligados al bienestar social, colaborando en la economía circular, el reciclaje, la descarbonización, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la concienciación social, la igualdad de oportunidades, la protección de hábitats o especies o el cuidado del medio ambiente. Todo ello garantiza un futuro mejor, más limpio y más duradero.
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