El elevado caudal del río Gállego obliga a posponer el descenso de nabatas

Las lluvias de los últimos días han impedido este domingo que los nabateros del Gállego celebraran su XXI descenso para rememorar la histórica labor del traslado de la madera del Pirineo a los valles. La organización tomó la decisión de no navegar, al portar el río Gállego un caudal de 90 metros cúbicos por segundo, el doble de lo que marcaba el sábado por la tarde, y el doble de lo recomendable para realizar la actividad.

Según señalaron desde la asociación, esta es una circunstancia "poco habitual", porque en estas fechas lo usual es tener que pedirle a la CHE que desembalse algo de agua para poder realizar la práctica. Pero el nabatero Fran Fraguas reconoció que el caudal llevaba "un nivel muy peligroso para la práctica de esta actividad".

En este caso, no ha sido culpa del deshielo sino de las precipitaciones persistentes de los últimos días, que fueron las que impidieron celebrar la tradicional bajada, que reunió, pese a todo, a más de un centenar de vecinos y curiosos en torno a la fiesta de las nabatas, puesto que el recorrido no se suspendió hasta justo antes de iniciar el descenso.

"Este río se caracteriza por las curvas de 90 grados y con este caudal la madera tiene mucho peligro de seguir recto en vez de coger la curva provocando un grave accidente. La naturaleza es impredecible, lo tenemos que tenemos que asumir y no podemos marcarle el paso", continuó Fraguas.

Además, este elevado caudal «inunda la vegetación de la ribera», recordó, por lo que «si se cae un nabatero, la corriente podría hacer que fuera a los árboles, donde se podría enredar en las ramas», advirtió.

Motivos de seguridad

Por todo ello se consideró que en la jornada de ayer el río Gállego «no reunía las condiciones apropiadas de seguridad para el descenso», y se tomó la decisión de posponerlo para este mismo sábado, 26 de abril. Esta próxima semana hay previstas menos precipitaciones, lo que permitirá, a priori, desarrollar la actividad con normalidad. Pese a no realizarse el descenso, se mantuvo la tradicional comida de hermandad en_Biscarrués y la fiesta posterior con pinchadiscos, el DJ Alex Pardos, a la que acudieron más de cien personas.

Entre ellos, el entrenador de la SD Huesca, Antonio Hidalgo, y el presidente internacional de los nabateros, el alemán Frank Thiel, quien fue homenajeado regalándole una maqueta de una nabata típica del río Elba.